Se ha descubierto la existencia de unas 4.000 medicinas en la comunidad de curanderos, incluidos remedios derivados del marango (en la imagen), una especie vegetal del género Moringa (Fotografía: Ton Rulkens).
El Bioresources Development and Conservation Programme (BDCP), creado por un científico (el Dr. Maurice Iwu) en 1992, es una organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro de la República Federal de Nigeria (Nigeria). Desde su fundación, el BDCP ha colaborado con asociados locales, nacionales e internacionales con objeto de prestar apoyo a los recursos humanos y biológicos del país y promover, al mismo tiempo, sus conocimientos tradicionales, incluidos los relativos a las medicinas tradicionales.
Esta ONG ha sido la primera en adoptar políticas y forjar alianzas que apoyan la investigación del potencial económico y terapéutico, a menudo no aprovechado, de las medicinas tradicionales. Al mismo tiempo, el BDCP ha prestado asistencia a científicos nigerianos y ha contribuido a un aumento de la proyección socioeconómica de los curanderos del país.
Además, el BDCP ha establecido empresas mixtas imaginativas entre curanderos y científicos de Nigeria y científicos internacionales como Lisa Conte, una empresaria que fundó Shaman Pharmaceuticals Inc. (Shaman PI) en San Francisco (California, Estados Unidos). Por medio de su colaboración con Shaman PI, un fabricante de medicamentos establecido en 1991, el BDCP pudo facilitar la firma de un acuerdo de participación en los beneficios entre los curanderos, los científicos nigerianos y esa empresa farmacéutica.
Como consecuencia, en parte, de esas alianzas, el BDCP reforzó su capacidad y logró crear las condiciones necesarias para que el futuro económico de los curanderos y los científicos en Nigeria avance sobre bases sólidas hacia el desarrollo. Además, por medio de varios programas de conservación, esta ONG está contribuyendo a la preservación del medio ambiente del país.
Nigeria, que posee una gran variedad de recursos humanos y naturales (en su territorio viven más de 250 grupos culturales y hay vastas superficies de bosques tropicales), cuenta con una larga historia de conocimientos tradicionales sobre remedios que provienen de las plantas. Se estima que esos conocimientos, que se han transmitido de una generación de curanderos a otra, permitían atender el 80% de las necesidades de la población en materia de cuidado de la salud, lo que pone de relieve la importante función que esos conocimientos han desempeñado en la historia sanitaria del país.
Además, los curanderos (y sus conocimientos) no solo han sido cruciales para los resultados en materia de salud (el desenlace de un problema de salud que afecta a la longevidad o a la calidad de la vida) en Nigeria, sino que también han sido depositarios de un inmenso acervo de conocimientos médicos tradicionales especializados. De hecho, se ha descubierto la existencia de unas 4.000 medicinas en el seno de ese grupo. Esos conocimientos abarcan miles de especies vegetales, incluidas la semilla del Paraíso (Aframomum melegueta, una especie utilizada para tratar las infecciones microbianas), la Lagenaria breviflora (una fruta empleada como analgésico por las mujeres durante el parto) y la cola amarga (Garcinia kola, un árbol forestal que da frutos de los que se obtienen medicinas para tratar las infecciones de laringe).
Sin embargo, durante siglos, los curanderos habían mantenido sus conocimientos de los remedios basados en plantas dentro de los confines de una comunidad muy unida, que los custodiaba como un secreto bien guardado. Desde comienzos del siglo XX, los etnobiólogos (antropólogos que estudian a los curanderos y sus remedios basados en plantas) se han interesado cada vez más por reunir datos (incluidos los nombres de las plantas y las afecciones que se tratan con ellas) provenientes de esta comunidad aislada.
Desde el inicio de la década de 1990, los curanderos también han sido objeto de la atención creciente de bioprospectores, entre los que figuran el BDCP, Shaman P.I. y otras entidades que llevan a cabo actividades de bioprospección, que consisten en la búsqueda de muestras y compuestos biológicos de especies vegetales con objeto de comercializar los remedios que se elaboren a partir de ellos.
Nigeria, que posee una gran variedad de recursos humanos y naturales, cuenta con una larga historia de conocimientos tradicionales sobre medicinas de origen vegetal (Fotografía: Africa Renewal).
Además, esos científicos han contado con la colaboración de algunos curanderos en sus intentos por descubrir los principios activos que constituyen el fundamento de los tratamientos tradicionales. De hecho, cientos de productos farmacéuticos que se utilizan actualmente en el mundo entero provienen de plantas. El 75% de esas plantas es originario de bosques tropicales de África y de América del Sur y se descubrió a raíz de estudios sobre los curanderos y sus remedios tradicionales.
Teniendo presente todo lo anterior, el BDCP ha trabajado con varios asociados, entre los que pueden mencionarse el Gobierno de Nigeria y algunas empresas farmacéuticas, para dar mayor notoriedad a los curanderos. Además, ha creado una base de datos de remedios de curanderos con el propósito de garantizar una participación equitativa de las partes interesadas en los beneficios que se deriven de la elaboración y comercialización de futuros tratamientos que puedan desarrollarse.
Antes de iniciar la ardua labor de reunir datos sobre los conocimientos tradicionales medicinales en Nigeria, el BDCP, Shaman P.I. y diversos organismos del Gobierno de Nigeria (los asociados) establecieron protocolos claros sobre el trabajo con curanderos en ese país.
Dado que, históricamente, los curanderos habían trabajado en una situación de relativo aislamiento de las estructuras de gobierno y de comercio existentes, desde el principio, los asociados velaron por que la relación con los curanderos se basara en la transparencia como principio que les permitiría ganarse su confianza. También se aseguraron de que se reforzara la capacidad de los curanderos para ser autosuficientes y se estableció un mecanismo para que estos participaran equitativamente en los beneficios que pudieran derivarse de esa colaboración.
Una de las primeras intervenciones del proceso de colaboración con los curanderos consistió en mejorar su capacidad para defender sus propios intereses por medio de la formación de cooperativas. Para ello prestaron un apoyo fundamental los asociados y la sección africana de los Grupos Internacionales Cooperativos de la Biodiversidad (ICBG África), una organización que apoya el descubrimiento de nuevos fármacos, la conservación de la diversidad biológica y el crecimiento económico sostenible.
Tras la formación de esas cooperativas (incluido el Nigerian Union of Herbal Medical Practitioners), los curanderos han podido disponer de un registro centralizado de quiénes tienen la consideración de curanderos, adoptar códigos de conducta y normas (conforme a las que, por ejemplo, se fijan las cualificaciones mínimas que se ha de tener para poder actuar como curandero) y lograr que sus miembros tengan una mayor visibilidad. Además, el haberse unido en cooperativas les ha permitido aunar sus intereses y promocionar su defensa ante las partes interesadas (entre otros, el Gobierno de Nigeria) desde una posición reforzada.
Después de terminar la labor previa de estudio bioprospectivo en Nigeria, los asociados iniciaron la fase científica de investigación y desarrollo (I+D), que permitió establecer una taxonomía o clasificación de las distintas especies vegetales utilizadas por los curanderos del país. Parte de ese proceso consistió en que investigadores de Shaman P.I. y del BDCP llevaran a cabo una serie de entrevistas con curanderos a los que se les pidió, por ejemplo, que clasificaran, por orden de importancia o valor, las plantas que utilizaban en sus remedios.
Una de las primeras intervenciones del proceso de colaboración con los curanderos consistió en mejorar su capacidad para defender sus propios intereses por medio de la formación de cooperativas (Fotografía: Jeremy Weate).
Si bien no fue este un planteamiento infalible (no siempre sirvió para predecir los resultados en lo tocante a la eficacia o las posibilidades de comercialización), sí permitió que los científicos centraran su actividad de I+D en las plantas en las que ya se habían observado posibles propiedades curativas. Las entrevistas también sirvieron de ayuda a los curanderos para sus prácticas medicinales al permitirles beneficiarse de información nueva sobre las plantas basada en publicaciones científicas que le facilitaron los asociados.
Una vez que se acabó de reunir, clasificar y registrar en una gran base de datos (farmacopea) los distintos ejemplares de plantas, se trasladó la fase de I+D del terreno al laboratorio, donde, por medio de un cribado, se investigaron las supuestas propiedades medicinales de las plantas. A continuación, los elementos más prometedores se sometieron a un proceso de fraccionamiento (mediante este procedimiento, se separa, por ejemplo, un sólido en sus componentes constitutivos) en las instalaciones de I+D de Shaman P.I. en los Estados Unidos. Posteriormente, se emplearon técnicas modernas de análisis químico para examinar la estructura de esas plantas, de modo que se pudiera determinar cuáles eran sus componentes activos, es decir, aquella parte de los medicamentos que tiene efectos biológicos en un individuo.
La colaboración del BDCP con Shaman P.I. fue una unión fructífera entre intereses y objetivos farmacéuticos internacionales, por una parte, y aspiraciones científicas locales y conocimientos especializados de los curanderos, por otra. Como consecuencia del enfoque etnográfico pionero de Shaman PI, conforme al cual las investigaciones se guían inicialmente por los conocimientos de los curanderos y no por pruebas de laboratorio realizadas in situ, esa empresa farmacéutica pudo trabajar en estrecha colaboración con las comunidades tradicionales y crear un modelo empresarial bidireccional con sus asociados de distintas partes del mundo, incluido el BDCP.
Así, por conducto de Healing Forest Conservancy, un órgano sin fines de lucro de Shaman P.I. establecido en 1990 con el propósito de que lleve a cabo actividades de I+D y ejecute políticas de participación en los beneficios en nombre de Shaman PI, los curanderos del país podían esperar recibir regalías de todos aquellos productos comercializados que se basaran en investigaciones inspiradas por sus conocimientos tradicionales.
Además de esos ingresos futuros, al comienzo de la investigación Shaman P.I. efectuó pagos a corto plazo o abonó tasas de acceso a los curanderos, los guías, los recolectores de ejemplares de plantas y otros ayudantes. Una organización independiente, establecida por el BDCP y llamada Fund for Integrated Rural Development and Traditional Medicine, facilitó la realización de esos pagos.
De la administración del Fund for Integrated Rural Development and Traditional Medicine, establecido con una donación de 40.000 dólares EE.UU. de Healing Forest Conservancy, se encargó una junta directiva entre cuyos integrantes figuraban funcionarios gubernamentales, miembros respetados de la comunidad y representantes de las cooperativas de curanderos. Además, Healing Forest Conservancy pudo participar en cuatro expediciones de campo etnobotánicas con el BDCP y varios curanderos. Esas expediciones no se iniciaron hasta que se contó con el consentimiento fundamentado previo de los curanderos y se firmaron con ellos acuerdos confidenciales y privados en los que se preveía el pago de una retribución justa.
Esos acuerdos se basaron, en parte, en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), un tratado internacional, auspiciado por las Naciones Unidas, en el que se han abordado algunos aspectos relacionados con la diversidad biológica y la participación equitativa en los beneficios.
Cabe señalar, asimismo, que una parte del presupuesto de I+D de Shaman P.I. se dedicó a mejorar las instalaciones locales en Nigeria. Entre 1990 y 1996, por conducto del Fund for Integrated Rural Development and Traditional Medicine, la empresa farmacéutica destinó 200.000 dólares EE.UU. al BDCP y sus asociados, incluidos los curanderos. Gracias a esa inversión, varios curanderos de Nigeria han podido elaborar y empaquetar sus propios remedios, que se han vendido localmente.
Aparte de su colaboración con Shaman PI, el BDCP se ha asociado con varias instituciones de distintas partes del mundo, las cuales han prestado asistencia a esta ONG en materia de evaluación e investigación de muestras biológicas. Entre esos asociados del BDCP figuran universidades de la República del Camerún, la República de Sudáfrica, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América.
El BDCP también se ha dotado de instalaciones de I+D propias en las que pueden llevarse a cabo procedimientos científicos, comprendidos los análisis y la estandarización química de las plantas y la certificación orgánica y la autenticación de especies vegetales cultivadas. Gracias al apoyo logístico prestado por los ICBG África y la ayuda brindada por las cooperativas de curanderos, el BDCP inició ensayos de cultivo de distintas especies vegetales como, por ejemplo, el haba de Calabar (Physostigma venenosum), que puede ser venenosa y cuya potencia se descubrió a raíz de las entrevistas realizadas a varios curanderos.
Sobre la base de la taxonomía elaborada, se han establecido en Nigeria viveros y jardines, incluido un herbario de referencia (una colección de especies vegetales preservadas en el interior de un local), de cuya administración se encarga el BDCP.
Based on the resulting taxonomy, plant nurseries and gardens including a reference herbarium (a housed collection of preserved plant species) have been established in Nigeria under BDCP management.
Por último, cabe señalar que el BDCP ha aumentado su capacidad para llevar a cabo varias actividades de I+D, como la recopilación de plantas, el fraccionamiento, las encuestas etnobiológicas y la evaluación del valor económico de lo descubierto, la conservación del medio ambiente, la formación etnobotánica de nuevos científicos y el fortalecimiento de las capacidades locales en beneficio de los curanderos merced a la aportación de fondos y al suministro de equipo agrícola.
Desde el principio, tanto en el BDCP como en Shaman PI eran perfectamente conscientes de la importancia de utilizar el sistema de P.I. para salvaguardar los activos de P.I. que permitirían atraer a los posibles inversores y crear nuevas oportunidades de expansión. A tal fin, en 1989, el Dr. Iwu y Shaman PI presentaron una solicitud de patente de la dioscoretina y su uso como agente hipoglucémico (para el tratamiento de la diabetes), por conducto de la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos de América (USPTO). Un año más tarde, procuraron protección internacional mediante la presentación de una solicitud internacional de patente la invención obtuvo protección internacional en virtud del sistema del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), que administra la Organización Internacional de la Propiedad Intelectual (OMPI).
De los cientos de productos farmacéuticos que se utilizan hoy en día en todo el mundo, el 74% se deriva de plantas como el árbol de savia, originario de África y Sudamérica (fotografía: Ahmad Fuad Morad)
El Dr. Iwu y otros socios presentaron además solicitudes de patente de compuestos antimicóticos y antiparasitarios (1999) así como alcaloides obtenidos del árbol Picralima nitida, utilizados para el tratamiento de enfermedades protozoales (1991) por conducto de la USPTO y mediante el sistema del PCT.
Pese a la importancia de sus activos de P.I., Shaman PI puso fin a su colaboración con el BDCP y tuvo que cerrar, en parte debido a la desfavorable situación económica mundial dominante a finales del decenio de 2000. Por otra parte, en 2011 la empresa farmacéutica se topó con la imposibilidad de desarrollar sus tratamientos más prometedores, al no poder superar el último obstáculo (ensayos de la fase III) impuesto a los fabricantes de medicamentos por la Food and Drug Administration (FDA), Agencia de Alimentos y Medicamentos del Gobierno de los EE.UU., encargada de los reglamentos y las normas de salud pública.
No obstante, la Sra. Conte, fundadora de Shaman PI, logró reunir 650.000 dólares EE.UU. y los invirtió en la compra de los activos de P.I. de la empresa, que añadió a los que tenía en copropiedad con el BDCP. Con dichos activos, la científica empresaria pudo concertar nuevos acuerdos de licencia con otras empresas y atraer nuevos inversores, con lo que recaudó más de 85 millones de dólares EE.UU., que invirtió en la constitución de Napo Pharmaceuticals Inc. (Napo), empresa fabricante de medicamentos con sede en San Francisco, en el estado de California (EE.UU.).
En 2012, la Sra. Conte poseía el 6% de Napo, que tiene acuerdos de licencia de distribución con Direct Relief International (ONG médica con sede en California (EE.UU.)) y con Glenmark Pharmaceuticals (distribuidor del medicamento Crofelemer, de Napo, en la India).
Además, esta empresa concertó acuerdos de licencia con Global LL (empresa de inversión ubicada en California (EE.UU.), interesada en distribuir el medicamento Crofelemer en los mercados estadounidense, japonés y europeo, con la aprobación de la FDA) y con AsiaPharm Group Ltd., con sede en China. En 2012, se esperaba que el Crofelemer (tratamiento de la diarrea crónica en los pacientes con VIH/SIDA) lograra hacerse con un mercado mundial de más de 300 millones de dólares EE.UU.
Entretanto, el BDCP ha aprovechado las competencias técnicas y el capital de conocimientos adquiridos en parte durante su colaboración con Shaman PI para lanzar dos nuevas empresas de comercialización de productos derivados de las actividades de I+D: Axxon Biopharm Inc. (Axxon), una empresa farmacéutica, y una filial del BDCP con sede en el Estado de Maryland (EE.UU.). La empresa elabora diferentes productos farmacéuticos naturales, como los de la marca Ethnobotanica.
Otra empresa basada en actividades de I+D creada por el BDCP es Intercedd Health Products (IHP). Con sede en Nigeria, esta empresa produce y comercializa medicamentos desarrollados por el International Center for Ethnomedicine and Drug Development (InterCEDD), un centro de I+D ubicado en Nsukka (Nigeria), fundado por el BDCP.
Los medicamentos de Axxon, derivados de la garcinia (en la fotografía), han sido comercializados en Nigeria por conducto de IHP, una filial del BDCP (fotografía: BDCP)
Tanto para el BDCP como para sus filiales es sumamente importante potenciar su imagen de marca para atraer inversores y clientes y obtener así financiación para sus proyectos. Además de Ethnobotanica, Axxon ha producido una importante línea de medicamentos basándose en los resultados del programa de desarrollo de medicamentos de la ONG, como Streptol (un tónico natural para la garganta y los resfriados), Buchu Blend (producto para la salud del sistema urinario) y DM Blend (que ayuda a mantener un adecuado nivel de azúcar en la sangre).
Estos medicamentos se han comercializado en Nigeria mediante empresas farmacéuticas del país y marcas como IHP. Con gran variedad de productos, entre los que se incluye Erovit (tratamiento de enfermedades vinculadas a la edad), Physogen (tratamiento de la diabetes) y Hepavital (tratamiento de las enfermedades del hígado), IHP comercializa medicamentos producidos por InterCEDD.
A fin de impulsar y comercializar tales productos y promocionar su calidad y prestigio, el BDCP ha puesto en marcha distintas publicaciones (como relevantes libros técnicos y artículos en revistas acreditadas), ha participado y organizado conferencias en el ámbito de este sector y celebrado distintos actos y ferias para fomentar su imagen de marca. Así, la ONG ha organizado diversas conferencias en África, en las que se han puesto de manifiesto las ventajas de la medicina tradicional y en las que se han tratado cuestiones y temas como la etnomedicina, la bioprospección y la conservación de la biodiversidad.
En colaboración con otras organizaciones de bioprospección de África Occidental, en el año 2000, el BDCP emprendió una estrategia regional: “Fomentar el papel de la medicina tradicional en los sistemas de salud”, para revalorizar la imagen de los medicamentos elaborados a partir de las plantas medicinales así como de los especialistas en medicina tradicional. La organización fue una de las instituciones que, al año siguiente, influyó en los jefes de gobierno que proclamaron la institución de la “Década de la medicina tradicional africana (2001-2010)”. Uno de los puntos fundamentales del plan de acción adoptado en dicha declaración consistía en instar, tanto a Estados miembros como a organizaciones como el BDCP, a llevar a cabo campañas de sensibilización y popularización de los medicamentos tradicionales.
En sintonía con la mencionada declaración, el 31 de agosto se inauguró el Día de la Medicina Tradicional Africana, iniciativa emprendida por distintos sectores interesados de África para impulsar el papel de la medicina tradicional en los sistemas de salud y difundir en el continente su importancia para la salud.
Durante la “Década de la medicina tradicional africana”, los gobiernos de 46 países del continente, en colaboración con organizaciones y empresas asociadas, formularon políticas y marcos nacionales de actuación de la medicina tradicional en relación con la eficacia, la seguridad y la calidad de sus medicamentos característicos y la práctica de sus especialistas. Por su parte, el BDCP contribuyó a la elaboración de la política de Nigeria de medicina tradicional, un marco normativo del Ministerio de Sanidad del país.
Además, en colaboración con muchas otras organizaciones, como la Agencia Nigeriana de Desarrollo de la Medicina Tradicional, entidad semipública encargada de la elaboración de normativa en materia de medicina tradicional, la ONG celebró la feria anual, de dos días de duración, conocida como “HerbFest”. En HerbFest se promocionan proyectos empresariales de biotecnología y se definen oportunidades de inversión mediante la celebración de seminarios y la presentación de productos obtenidos a partir de plantas herbáceas y de otro tipo.
Por otra parte, el BDCP ha contado con el apoyo de algunas organizaciones públicas y privadas para financiar sus trabajos de investigación. Así, la organización ha obtenido fondos de Africa ICBG gracias a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Otros socios del BDCP han sido la National Science Foundation, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y el Walter Reed Army Institute of Research (WRAIR).
África Occidental y Central, con inclusión de Nigeria, posee una de las mayores extensiones de bosque ecuatorial del continente. Con una gran riqueza en especies animales y vegetales, estos bosques han sido el medio de subsistencia y fuente de múltiples conocimientos tradicionales de distintos pueblos indígenas de la región. Desde 1850, no obstante, las estadísticas muestran que el bosque tropical africano se ha reducido al menos un 20%. Mientras que el índice del declive arborícola mundial es del 0,6%, en Nigeria asciende a un 5%.
Con una gran riqueza en especies animales y vegetales, entre los que figura la vincapervinca (hierba doncella) de Madagascar (en la fotografía), los bosques de África Occidental han sido el fundamento de la elaboración de diversas medicinas tradicionales basadas en plantas (fotografía: E. Lewis)
Si al índice de pobreza relativamente alto de Nigeria (un producto interno bruto per cápita de 2.300 dólares EE.UU.), sumamos el hecho de que el 75% de la población es rural y sobrevive prácticamente de productos forestales (según las estimaciones de 2009 procedentes del Departamento de Estado estadounidense), la oportunidad de intervención en dicho país resulta evidente.
Con miras a la conservación del medio ambiente del país, en el marco del programa de biodiversidad y conservación del BDCP (el programa de B&C) se han establecido mecanismos para reunir y publicar datos sobres especies vegetales autóctonas a fin de fundamentar las decisiones políticas e influir en las mismas. Tales datos han permitido a los políticos (tanto del gobierno central como de los gobiernos locales) adoptar políticas sobre qué especies cultivar o proteger y diseñar estrategias en materia de regulación para proteger el medio ambiente y contribuir al desarrollo económico de la zona.
El programa B&C se ha desarrollado en colaboración con el Smithsonian Institute’s Center for Tropical Forest Science; en el marco del programa, se han puesto en marcha proyectos de conservación a largo plazo, entre ellos, diversos planes de arborización comunitaria, parcelas de control de la biodiversidad y establecimiento de zonas de vigilancia y de reservas extractivas. Además, en el marco de esa iniciativa se ha impartido formación a taxonomistas y conservacionistas nigerianos.
En colaboración con los habitantes de Umukabia, pueblo del estado de Imo, el BDCP ha podido ayudar a la población a diversificar los bosques de teca de la región en un área de múltiples especies (41 especies vegetales) que contiene parcelas de seguimiento y conservación (lo que ha dado empleo, además, a algunos de sus habitantes). Se han creado asimismo otras parcelas, como la finca forestal de Akampa de Oban-Boshi-Okwangwo, en Nigeria, y en el parque nacional de Korup, además del proyecto Pygeum (en donde se cultiva la planta medicinal, en peligro de extinción, prunus africana, de hoja perenne) en Camerún.
La organización ha ayudado a las comunidades rurales a cultivar árboles de manera sostenible para obtener alimentos, carburante y madera, así como para crear barreras naturales a la erosión y la degradación del suelo, lo que ha incluido la ejecución de un proyecto de restauración, en 2011, de manglares nativos y palmeras Nyapa, en la desembocadura del río Cross de Nigeria. Según el Dr. Iwu, dicho proyecto aplicado a la desembocadura “ha sido el primer caso de restauración [en Nigeria] de una zona forestal degradada, mediante la cual se ha devuelto a su condición original gracias a la aplicación de [métodos] de ecología y biociencias modernos”.
En el marco de una población mundial de cerca de 7.000 millones de habitantes en 2012, al menos 4.000 millones cubrían sus necesidades primarias de salud basándose en la medicina tradicional, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo especializado del sistema de las Naciones Unidas que se ocupa de la salud. Además, la OMS estimó que más de un 33% de la población de los países en desarrollo carecía de acceso cotidiano a los medicamentos básicos, y en los países más pobres, más del 50% de la población carecía de acceso a los principales servicios de asistencia sanitaria (datos de 2010).
BDCP ha dado prioridad a la investigación de las enfermedades tropicales en el ámbito de los fitomedicamentos producidos con los más altos niveles de calidad (Fotografía: James Gathany)
Como en el año 2000 la mayoría de estas personas no podía pagar los medicamentos producidos en los países desarrollados, el Comité Regional de la OMS para África reconoció el importante papel que la medicina tradicional desempeñaba y podría seguir desempeñando en la asistencia sanitaria primaria en tales regiones. El Comité alentó el incremento de las políticas y estrategias encaminadas a integrar la producción de medicamentos tradicionales en los países en desarrollo.
La alianza entre el BDCP y Shaman PI se sitúa a la vanguardia de las relaciones de colaboración entre el sector privado, el sector público y las ONG en la investigación de enfermedades tropicales (como el paludismo y la fiebre del Ébola) y los remedios para combatirlas. Ante unas estadísticas que señalan que más del 90% de las víctimas del paludismo vive en el África Subsahariana, la ONG Global Health Project (gestionada con la ayuda de Africa ICBG) ha dado prioridad a la investigación de las enfermedades tropicales en el ámbito de los fitomedicamentos (o remedios derivados de las plantas). Además, esta ONG ha encabezado los trabajos dedicados al desarrollo de medicamentos tradicionales de alta calidad elaborados según los más altos niveles de eficacia, seguridad y ética.
En colaboración con la Junta Nacional de Medicina Tradicional de Nigeria, el BDCP ha propuesto estrategias de seguimiento y normalización destinadas a los especialistas de la medicina tradicional y a la aplicación de sus medicamentos. Ha establecido, además, un código de ética profesional para tales especialistas. En el marco de dicho código, los especialistas deben, por ejemplo, dejar constancia de los tratamientos suministrados y cumplir con procedimientos establecidos comparables a los establecidos para la práctica de la medicina occidental u ortodoxa. Siguiendo tales disposiciones, la ONG contribuyó al desarrollo del Proyecto de Farmacovigilancia Vegetal (Herbal Pharmacovigilance Project) en Nigeria, donde podían registrarse los efectos adversos de la medicina basada en las plantas. Por éste y otros medios, el BDCP trata de garantizar las competencias técnicas de los especialistas en medicina tradicional y la seguridad de los pacientes.
En sintonía con estas estrategias de desarrollo, los mecanismos de participación en los beneficios y desarrollo de capacidades de la organización han asegurado, además, la plena y activa participación de los socios locales sobre la base de la transparencia, la confianza, la sostenibilidad y el intercambio equitativo de conocimientos y retribuciones. Mediante la colaboración con las asociaciones locales, los jefes de las aldeas y gremios profesionales de curanderos y trabajadores, la ONG y sus socios han podido difundir las prácticas y conocimientos más extendidos. Este procedimiento ha alentado a los especialistas en medicina tradicional a registrar su contribución al proceso mediante la identificación de productos o ideas.
De este modo, los curanderos tradicionales han podido mantener más adecuadamente el registro de sus procedimientos y desarrollar sus propios productos (mediante la atribución de un procedimiento a un curandero en particular) y mejorar sus competencias. Con ello se ha querido mejorar la seguridad de los productos y la diversidad y responsabilidad de la comunidad de especialistas en medicina tradicional, con la ventaja añadida del incremento de los ingresos.
El BDCP ha sido pionero en la investigación etnobotánica y en bioprospección en África. Debido al creciente volumen de conocimientos técnicos e influencia en este sector, la ONG ha prestado servicios de asesoramiento a distintas organizaciones, entre ellas la Unión Africana, el Ministerio de Medio Ambiente y la Agencia Nacional de Alimentación y Administración de Medicamentos de Nigeria.
Así, debido, en parte, a sus conocimientos adquiridos en materia de conservación –tras su colaboración con Shaman PI, con el Instituto Smithsonian y con Africa ICBG-, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha elegido al BDCP como consultor principal para la elaboración de la primera estrategia nacional y plan de acción sobre biodiversidad de Nigeria.
La filial de BDCP, IHP, cuenta con una amplia variedad de productos y marcas, como Moringa Whole Seed (en la fotografía), Erovit, Physogen y Hepavital (fotografía: BDCP)
La organización ha creado bases de datos -sin conexión a Internet- de plantas medicinales africanas y ha participado en la elaboración de un inventario digital equivalente, denominado sistema informático de compilación de información de plantas medicinales y aromáticas africanas. Mediante su colaboración con InterCEDD, por ejemplo, BDCP ha podido examinar más de 500 plantas eficaces contra enfermedades tropicales. Por otra parte, dado que el desarrollo de estos medicamentos resulta muy caro, en 2012 la ONG empezó a buscar socios en el sector para procesar tales medicamentos en las distintas etapas de desarrollo que establecen diversas organizaciones de la salud, como la FDA, en los Estados Unidos de América.
Al ser Nigeria Parte Contratante en el CDB, las regalías procedentes de la comercialización de dichos productos se distribuirán equitativamente entre los especialistas en medicina tradicional y las comunidades locales del país.
Por otra parte, en colaboración con Africa ICBG, el Instituto Smithsonian y el Instituto WRAIR, la ONG ha podido elaborar diversos compuestos capaces de tratar distintas enfermedades tropicales, como el paludismo, la enfermedad del sueño (tripanosomiasis) y la leishmaniasis (enfermedad potencialmente mortal de los órganos causada por la picadura de un parásito).
Asimismo, las empresas que comercializan los productos resultantes de la I+D de la ONG, Axxon e IHP, así como otras organizaciones afiliadas (incluidos dos institutos de investigación y una empresa de comercialización de productos básicos) han desarrollado una extraordinaria diversidad de remedios obtenidos con métodos ecológicos y originados en la zona, algunos de los cuales han sido comercializados a escala local por empresas como Neimeth Pharmaceutical International Plc, con sede en Lagos (Nigeria).
En 2012, el BDCP impartió formación a diversos científicos nigerianos (en biodiversidad, biotecnología y etnobiología); influyó positivamente en la legislación de P.I. a favor de los especialistas en medicina tradicional del continente; ayudó a instaurar cursos universitarios de medicina tradicional en la región y amplió su alcance, estableciendo diversos programas y oficinas en África (entre otros países, en el Camerún) así como en los EE.UU.
Al mismo tiempo, la actividad de los especialistas en medicina tradicional se ha ido enfocando sólidamente con miras a un desarrollo en el que se tiene muy en cuenta la conservación -para las futuras generaciones de curanderos e investigadores- de los frágiles entornos y especies vegetales en que se basa su actividad.
El BDCP ha constituido un oportuno puente entre los especialistas de la medicina tradicional en África Occidental y las empresas farmacéuticas ortodoxas de los países en desarrollo y desarrollados. La ONG ha logrado elevar su reputación, la de los especialistas en medicina tradicional y la de los científicos de Nigeria mediante asociaciones adecuadamente planificadas con el sector privado, el sector público y las comunidades rurales tradicionales.
Por otra parte, gracias al aprovechamiento estratégico de sus activos de P.I., el BDCP ha modernizado sus procesos de producción sin dejar de preservar al mismo tiempo las tradiciones medicinales de Nigeria y el medio ambiente del país. En el proceso, las empresas de bioprospección están redescubriendo fuentes de nuevos medicamentos, que hasta ahora habían permanecido ocultas y que ahora son asequibles, cuyo desarrollo puede ayudar a millones de personas con riesgo de contraer enfermedades tropicales y de otro tipo.
Este estudio de caso se basa en información tomada de: