Marca de Shark Shield (fotografía: Shark Shield Pty Ltd)
Shark Shield Pty Ltd. (Shark SHIELD) es una empresa creada en 2006 en el sur de Australia. La empresa se dedica principalmente a desarrollar y comercializar tecnologías repelentes contra tiburones. El dispositivo desarrollado por esta empresa se basa en una tecnología que ha demostrado ser eficaz e inocua a la vez para repeler tiburones y que utilizan tanto nadadores como submarinistas, socorristas, triatletas olímpicos y miembros de las fuerzas militares de élite.
Desde que fue creada, la tecnología Shark SHIELD ha despertado una oleada de interés que ha llegado desde las costas de Australia hasta las orillas de la República de Sudáfrica (Sudáfrica).
La tecnología Shark SHIELD se basa en una invención desarrollada en los años 90 por el gobierno de Sudáfrica por medio de la Kwazulu Natal Sharks Board (Junta de Kwazulu Natal sobre tiburones) (KZN), un centro de la costa sur del país que se dedica al turismo y a la investigación para ofrecer medidas de seguridad a los bañistas que visitan sus playas.
La KZN estuvo más de diez años experimentando con el uso de campos eléctricos para repeler tiburones. En 1996 la junta creó y comercializó un tipo especial de repelente eléctrico contra tiburones denominado Shark Protective Oceanic Device (Shark POD), a través de su empresa derivada POD Holdings Ltd. El dispositivo se comercializó con el nombre de Shark POD Diver Unit (Dispositivo para submarinistas Shark POD) y constaba de tres componentes principales conectados entre sí mediante cables. En el cuerpo del dispositivo había una batería de 12 voltios y un electrodo de acero inoxidable conectado a la bombona de oxígeno del submarinista. En el pie del submarinista había otro electrodo conectado a las aletas. La separación entre ambos electrodos era casi de 1,5 metros, con lo que se creaba un campo eléctrico alrededor del submarinista que repelía a los tiburones al actuar sobre los sistemas sensorial y neuromuscular de dichos animales, obligándoles a alejarse del submarinista. Además, a la altura del hombro del submarinista, en un emplazamiento cómodo y fácil de alcanzar para este, el dispositivo contaba con un interruptor para activarlo y un piloto que avisaba cuando la batería se estaba descargando. El Shark POD estaba pensado para mantenerse activado desde que se iniciaba la inmersión hasta que el submarinista salía del agua.
El dispositivo dio buenos resultados en los ensayos sobre el terreno que se llevaron a cabo de forma controlada, y se logró repeler a los tiburones (sobre todo el mayor depredador, el gran tiburón blanco) en un radio de un metro alrededor de los submarinistas. Aunque se realizaron pocos ensayos con otras especies de tiburones (como por ejemplo el tiburón tigre y el tiburón sarda), los resultados de estos también fueron positivos. Los resultados variaron en función de las distintas especies de tiburones. Algunos tiburones, como por ejemplo el inofensivo tiburón nodriza, apenas reaccionaron ante el dispositivo. Pese a las enormes posibilidades que tenía la tecnología del Shark POD, el dispositivo estaba destinado principalmente a una clientela muy reducida (por ejemplo submarinistas profesionales que quisieran repeler los tiburones, en lugar de verlos como prefieren hacer los submarinistas recreativos), además de ser grande, pesado y costoso, por lo que dejó de distribuirse en 2001.
Repelente contra tiburones Shark Shield Freedom 7 (fotografía: Shark Shield Pty Ltd)
Un submarinista y emprendedor australiano, el Sr. Mike Wescombe-Down, vio el potencial que tenía aquella tecnología y firmó un contrato exclusivo de licencia para todo el mundo con la KZN a fin de proseguir con la investigación y desarrollo (I+D) del dispositivo Shark POD.
El Sr. Mike Wescombe-Down había perdido un compañero submarinista al ser atacado por un tiburón y tenía ganas de aprovechar sus conocimientos de submarinismo y su experiencia como diseñador industrial para crear una nueva versión del Shark POD que fuera viable desde el punto de vista comercial. Con este fin, realizó más ensayos de I+D con tiburones blancos tanto en el sur de Australia como en Jeffreys Bay (Sudáfrica), en colaboración con biólogos marinos.
En 1999 el Sr. Wescombe-Down fundó en Australia junto a otros asociados la empresa Sea Change Technology Holdings (Sea Change), con el objetivo de seguir desarrollando la nueva tecnología y buscar nuevas oportunidades comerciales para el dispositivo. En el año 2000, en el transcurso de los Juegos Olímpicos de verano celebrados en Sydney (Australia), se utilizó un prototipo del nuevo dispositivo para proteger a los triatletas.
Gracias a la colaboración con asociados como Gerard Corporation (empresa que se dedica a la venta al por menor de productos eléctricos), Playford Capital (empresa inversora especializada en empresas emergentes) y Nippon Kaiyo (proveedora de equipos marinos), en 2002 Sea Change presentó un nuevo dispositivo bautizado como Shark SHIELD. El nuevo dispositivo era compacto y estaba provisto de correas para ajustarlo a las piernas de los submarinistas recreativos o para acoplarlo a la bolsa de peso de los submarinistas profesionales. Este escudo constaba de dos electrodos que generaban un campo eléctrico tridimensional de 8 metros de radio alrededor del usuario.
Las ondas eléctricas que genera el Shark SHIELD afectan a las ampollas de Lorenzini, órganos sensoriales o electrorreceptores situados en la nariz de los tiburones, causándoles incomodidad (sin efectos duraderos) y obligándoles a alejarse del nadador, con lo que se evitan los posibles ataques. Según la propia empresa, “los tiburones tienen una gran incidencia en el nivel de participación de la gente en todas las actividades relacionadas con el mar. Esta tecnología ayudará a fomentar el aumento de la actividad y permitirá a la gente entrar sin miedo en el agua. Esperamos que el Shark SHIELD cambie la forma en que la gente trabaja y se divierte en el mar”.
En paralelo a los estudios y ensayos sobre el terreno, Sea Change realizó estudios de mercado a fin de identificar cuál iba a ser su clientela principal. La empresa realizó una encuesta entre más de 100 submarinistas y recopiló información detallada en relación con los precios y las expectativas que generaba el dispositivo. Con la ayuda de esos datos concluyentes obtenidos tras llevar a cabo una investigación de los consumidores, la empresa realizó una previsión conservadora y calculó que su cuota de mercado durante los cinco primeros años sería del 30%.
Con un producto nuevo entre las manos y con los clientes prestos para adquirirlo, Sea Change comenzó a fabricar una amplia gama de nuevos productos destinados a la protección contra todas las especies de tiburones depredadores, entre ellos el tiburón blanco, el tiburón tigre, el tiburón sarda, el tiburón mako y el tiburón cobrizo.
El campo magnético del Shark Shield repele un tiburón cerca de un submarinista (fotografía: Shark Shield Pty Ltd.)
En 2006 Sea Change cambió su razón social para ponerla en concordancia con el nombre de su marca más conocida, y pasó a llamarse Shark Shield Pty Ltd. En el transcurso del siguiente año la empresa sacó a la venta una nueva generación de dispositivos Shark SHIELD más pequeños (del tamaño de un teléfono móvil), más ligeros (alrededor de 0,5 kg) y con más autonomía.
En la actualidad la marca Shark SHIELD y las marcas relacionadas con ella están destinadas a un mercado amplio de consumidores, entre los que se incluyen nadadores, submarinistas (con tubo o autónomos), surfistas, pescadores y piragüistas, tanto recreativos como profesionales. El aumento constante de la clientela obliga a la empresa a adaptar y a diversificar su catálogo de marcas, así como a racionalizar su imagen corporativa a la vez que da respuesta a la demanda de los consumidores.
Entre las marcas de la empresa se encuentran las siguientes: Shark Shield Surf (para surf, piragüismo (en kayak o en canoa) y kayak surf); Shark Shield Freedom 7 (para natación, submarinismo con tubo y surf); y Shark Shield Scuba (para submarinismo autónomo).
La empresa emplea varias estrategias para que cada vez sean más los clientes que conocen sus marcas, como por ejemplo participar en ferias internacionales como la Pacific 2010 International Maritime Exposition, celebrada en Sydney, y utilizar de redes de distribuidores como Nuvair (empresa proveedora de productos de salud y seguridad) en los Estados Unidos de América.
Shark SHIELD desarrolla sus marcas de forma permanente a fin de atraer nuevos clientes y mantener la fidelidad de los que ya tiene, y seguir siendo una empresa competitiva.
Después de haber dedicado mucho tiempo y esfuerzo al desarrollo de su invento y de sus marcas, Shark SHIELD está decidida a comercializar sus productos asegurando a su vez los derechos de propiedad intelectual (P.I.).
Con este fin, en 2002 la empresa presentó una solicitud de patente para su dispositivo repelente contra tiburones ante la Oficina de la Propiedad Intelectual de Australia (IP Australia).
Para poder comercializar sus productos a escala mundial protegiendo al mismo tiempo sus activos de P.I., la empresa presentó una solicitud internacional de patente por medio del sistema del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), merced a la cual accedió a la fase nacional en cinco países.
Además, en 2005 la empresa registró la marca Shark SHIELD por medio de IP Australia.
Deseosa de popularizar su invención, la KZN cedió la patente de la tecnología del Shark POD a la empresa conocida por aquel entonces como Shark POD Holdings Ltd. y entre cuyos accionistas estaba la propia KZN. A su vez, Shark POD Holdings Ltd. concedió una licencia sobre su P.I. a Sea Change Technologies para el desarrollo de un nuevo producto para submarinistas. El cambio de denominación de Sea Change, que pasó a llamarse Shark Shield, supuso un nuevo hito para la invención y la comercialización se aceleró. No obstante, la KZN sigue manteniendo un vínculo estrecho con su P.I. y la junta lleva a cabo pruebas y ha de autorizar los prototipos de todas las utilidades nuevas del Shark SHIELD que surjan.
Shark Shield Scuba 7 (fotografía: Shark Shield Pty Ltd)
Shark SHIELD difunde con orgullo las virtudes medioambientales de sus productos. Las ondas eléctricas que genera el dispositivo impiden que los tiburones ataquen a las personas sin causar efectos adversos duraderos a los animales. La empresa considera que la eficacia y la inocuidad del dispositivo permitirán ayudar a preservar los tiburones (varias especies, como el tiburón blanco, se encuentran en peligro de extinción) o a evitar que se produzcan matanzas de tiburones o que estos queden atrapados entre las redes colocadas para evitar que se acerquen a los amantes del mar. Además, el campo eléctrico no provoca efectos colaterales negativos en otras formas de vida marina (a excepción de las rayas y los cocodrilos de estuario).
Además, los productos de Shark SHIELD se venden en envases reciclados, de acuerdo con la postura ética que mantiene la empresa en lo que atañe a la conservación del medio ambiente.
Actualmente hay más de 17.000 dispositivos personales Shark SHIELD en Australia brindando protección a sus usuarios amantes del mar. Su utilización abarca diversas actividades marinas, tanto de carácter recreativo como profesional, por ejemplo, la natación, el submarinismo con tubo y autónomo, la pesca o el surf.
La tecnología cuenta con el beneplácito de las Fuerzas Armadas de Australia, la Marina de Sudáfrica, la Guardia Costera de los Estados Unidos de América, así como el de algunos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El dispositivo también está siendo utilizado por las fuerzas armadas de otros países (como por ejemplo el Japón).
Al ver que el plan para comercializar su tecnología se estancaba, los miembros de la junta de la KZN decidieron rápidamente conceder una licencia sobre ella a un emprendedor entusiasta con una clara visión de futuro para el producto. Con el respaldo de otros asociados del sector gubernamental y del industrial, el Sr. Wescombe-Down se valió de una estrategia dinámica de I+D para conseguir comercializar un producto protegido mediante P.I. que, además de salvar vidas humanas, está ayudando a salvar también a los tiburones. Hoy los amantes del mar de todo el mundo pueden cazar olas a salvo y los tiburones nadar en libertad en un paraíso de surfistas que es asimismo refugio de tiburones.
Este estudio de caso se basa en información tomada de: