La marca Terumo está registrada en la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos de América (USPTO).
En la vida cotidiana de los pacientes diabéticos, las inyecciones diarias son un momento incómodo y a menudo doloroso. Cuando se diagnostica la diabetes, el paciente suele sentir ansiedad y miedo a causa de las múltiples inyecciones que habrá de aplicarse cada día. Ello es particularmente evidente en el caso de los niños o en el de las personas que temen a las agujas. Por regla general, se considera que las inyecciones y el dolor y molestias que conllevan son un aspecto inevitable del tratamiento, y se han vuelto una de las principales preocupaciones de los que padecen esta enfermedad. No obstante, gracias a la Corporación Terumo (Terumo), una empresa establecida en Tokio que fabrica material médico, este concepto tradicional está cambiando.
En 2005, con objeto de mejorar la calidad de vida de los pacientes, reducir las molestias que padecen y disipar el miedo que suscita el tratamiento con inyecciones, Terumo se planteó un reto: crear una aguja tan fina que las inyecciones serían indoloras. En el Japón, más de 600.000 personas sufren de diabetes por lo que para Terumo es una firme obligación social contribuir al alivio físico y psicológico de esos pacientes. Para llevar a buen fin esa determinación, la empresa recurrió al Sr. Tetsuya Oyauchi, uno de sus mejores ingenieros y titular de toda una serie de patentes para jeringuillas médicas, y al Sr. Masayuki Okano, jefe de la corporación industrial Okano (Okano), una empresa especializada en prensado de metales.
El método habitual de fabricación de agujas consiste en perforar un pequeño cilindro de metal. Pero es muy difícil fabricar una aguja extremadamente fina con ese método ya que cuanto más fino es el cilindro, más difícil es la operación de perforación. En su búsqueda de una aguja extremadamente fina, Terumo se encontró con dificultades técnicas y después de un año de investigación no se había avanzado demasiado. Muchas importantes empresas metalúrgicas rechazaron la idea de Terumo pues la juzgaban poco practica y, sobre todo, imposible de realizar. Terumo se dirigió entonces a Okano, una empresa especializada que cuenta con tecnología de alto nivel a pesar de su pequeño tamaño. Okano es conocida por haber creado las pequeñas baterías de litio que han permitido que existan los teléfonos móviles. Esta empresa es tan competente que ha llamado la atención de grandes compañías internacionales y de organismos gubernamentales, como la NASA. El fundador de la empresa, el Sr. Okano, tiene la reputación de ser un mago del metal. La colaboración con Okano, permitió que Terumo creara la aguja más fina del mundo para las inyecciones de insulina.
El Sr. Okano decidió aceptar el reto que le planteaba Terumo porque él mismo tenía miedo a las agujas. Recordaba las inyecciones de sustancias nutrientes que le tuvieron que administrar con regularidad durante su adolescencia en razón de su estado de salud y el dolor provocado por esas agujas gruesas. Tanto odiaba las agujas que sentía un rechazo visceral por los hospitales de los que intentaba mantenerse lo más alejado posible. El Sr. Okano podía entender el sufrimiento de los pacientes diabéticos, en particular de los niños afectados por la enfermedad. Declaró: "pienso que si nadie más lo puede hacer, yo lo haré". Si bien se podían utilizar líneas de producción tradicionales para fabricar agujas un poco más pequeñas, los costos de producción resultaban elevados y el precio del producto final hubiese sido de 1 dólar estadounidense por aguja, es decir un costo demasiado elevado para el paciente medio, por lo que la comercialización del producto sería imposible.
Tras cinco años de investigación y desarrollo (I+D), a pesar de la opinión de los expertos, Okano descubrió un nuevo método que difería de los métodos convencionales de fabricación de agujas. En vez de perforar un cilindro de metal, el método del Sr. Okano consistía en coger una hoja de acero inoxidable fina en extremo y enrollarla en una minúsculo cilindro biselado, con los bordes sólidamente soldados para impedir cualquier filtración. A continuación, gracias a su pericia en ingeniería médica, el Sr. Oyauchi afinó el cilindro para transformarlo en la primera aguja de doble bisel del mundo, y le añadió además un revestimiento especial que actúa como lubricante. Ello disminuye la presión de inserción y atenúa las molestias. La jeringuilla conseguida gracias a este método mide sólo 0,2 mm de diámetro (el espesor de dos cabellos humanos) y es un 33% más fina que una aguja tradicional. De ese modo la inyección produce una sensación similar a la de una picadura de mosquito, un dolor casi inexistente. Si se tiene un seguro médico, el costo de la jeringuilla es de sólo unos 18 yenes por aguja (aproximadamente 0,20 dólares estadounidenses), lo que representa cerca de un 5% más que una aguja tradicional, pero sigue siendo un precio asequible para la mayor parte de los pacientes.
Dibujo que figura en la solicitud de patente presentada por Terumo para proteger su aguja indolora (solicitud PCT Nº PCT/JP2003/008781, servicio de búsqueda PATENTSCOPE® search)
Terumo es una empresa multinacional situada a la vanguardia de la innovación en el ámbito de las tecnologías médicas, por lo que la protección de su propiedad intelectual (P.I.) forma parte importante de su estrategia de negocios. La protección de los derechos de P.I. previene las imitaciones y da a la empresa una ventaja competitiva, pues le permite seguir con el desarrollo de productos médicos que ayuden a las personas. Conforme con esa estrategia, Terumo presentó una solicitud internacional de patente en virtud del sistema del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), en 2003 (publicada en 2004), para proteger su aguja de inyección e instrumento de introducción del líquido. En 2010, la empresa había presentado varios cientos de solicitudes PCT.
Asimismo, Terumo pone empeño en proteger los nombres de su compañía y de sus productos. Registró una marca para el nombre de la empresa y un logotipo ante la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos de América (USPTO), actualizando así los registros efectuados con anterioridad en los años sesenta y ochenta.
With Nanpoass 33, "Con Nanopass 33, "No sentirá nada..." (Fotografía: Terumo)
La nueva jeringuilla se comercializa bajo el nombre de jeringuilla Nanopass 33 y se colocó en el mercado en julio de 2005. Además de su sede en el Japón, Terumo está presente en otros países y posee filiales en todo el mundo, entre otras las de Australia, el Brasil, China, Alemania y los Estados Unidos de América. En algunas regiones, las filiales se encargan de la comercialización de categorías concretas de productos, como los destinados al uso hospitalario, por un lado, o los destinados a particulares, por otro lado. Terumo comercializa directamente la jeringuilla Nanopass 33 en el mercado japonés, y lo hace a través de diversas filiales, como el departamento de Terumo Europe N.V. en los mercados europeos.
La jeringuilla Nanopass 33 contribuye de forma considerable a mejorar la calidad de vida y el bienestar de los pacientes diabéticos en todo el mundo. Estos pacientes tienen que inyectarse insulina en promedio cuatro veces al día, y esas inyecciones pueden ser dolorosas y temibles, en particular para los niños. Puede que a veces la aguja dificulte la inyección y que se escape la insulina, lo que incrementa el malestar y la tensión. Las agujas convencionales pueden provocar problemas psicológicos y físicos, como hematomas y hemorragias en las zonas de la inyección.
Si las agujas son más pequeñas y menos dolorosas pueden limitar esos problemas y mitigar el miedo que suscita el tratamiento en los pacientes, a los que brindan además la oportunidad de concentrarse en su vida y no en las difíciles y estresantes inyecciones de insulina. En 2007, un estudio realizado por la empresa mostró que la aguja Nanopass 33 ha tenido ya importantes efectos sociales sobre los pacientes que la utilizan. En comparación con agujas más antiguas, las Nanopass 33 provocan menos dolor, ansiedad, sangrado y pérdida de insulina, por lo que los pacientes que la utilizan gozan de una mejor calidad de vida.
La aguja Nanopass 33 ha demostrado ser un éxito, y en 2008 sus ventas superaron los mil millones de yenes (más de 11 millones de dólares estadounidenses) lo que representa un aumento del 40% frente al año anterior. Por consiguiente, ese mismo año, Terumo amplió su línea de producción y duplicó la fabricación mensual de agujas Nanopass 33, llegando a producir 7 millones de agujas al mes. En 2005, se reconocieron los logros de la aguja Nanopass 33, cuando Terumo ganó con un amplio margen de votos el Grand Prize for Good Design de la Japan Industrial Design Promotion Organization (gran premio de la organización japonesa para la promoción de diseños y modelos industriales). "Es divertido crear algo que no existe en el mundo" comentó el Sr. Okano.
El innovador producto de Terumo no sólo aseguró el éxito financiero de la empresa, sino que también ha ayudado a que pacientes de todo el mundo disfruten de una mejor calidad de vida. La protección de la P.I. por innovaciones como la aguja Nanopass 33 ha dado a la compañía la libertad de continuar con la creación de nuevos productos médicos y la elaboración de nuevos procedimientos de fabricación, que permitirán reducir el costo final para el paciente. Asimismo, Terumo ha aprovechado el éxito de la aguja Nanopass 33 para sensibilizar al público sobre la diabetes y disipar muchos de los mitos que existen en torno a esa enfermedad. El caso de Terumo y de la aguja Nanopass 33 es un ejemplo de empresa que usa la investigación y el desarrollo, la innovación y la protección de la P.I. para crecer e influir de forma positiva en la sociedad.
Este estudio de caso se basa en información tomada de: