Hasta finales de los años ochenta, Jim Frazier filmaba documentales de fauna salvaje para David Attenborough. Frustrado por las limitaciones de los objetivos de cámara disponibles en el mercado, decidió fabricar el suyo propio.
"La naturaleza es implacable, no hay tiempo para montar la cámara y hacer la toma como quieres. Además, en el caso de las especies pequeñas, como los insectos y las arañas, es muy difícil enfocar el objeto y el fondo al mismo tiempo. Quería que todo saliese enfocado y necesitaba un objetivo versátil que me permitiese hacer las tomas que desease rápidamente".
Los físicos de la Organización de Investigación Científica e Industrial del Commonwealth le dijeron que era imposible y el Consejo de Subvenciones para el Desarrollo de los Mercados de Exportación se negó a respaldar el proyecto, pero el cámara Jim Frazier siguió adelante de todos modos e inventó un nuevo objetivo que ha revolucionado la industria cinematográfica internacional.
Sistemas ópticos de gran angular, profundidad de campo y enfoque cercano de Frazier, según figura en la solicitud PCT PCT/AU2005/001675 (servicio de búsqueda (PATENTSCOPE® search)
En la década de 1980, Frazier continuó perfeccionando el objetivo y, tras mucho esfuerzo y numerosos intentos, concibió una lente con gran profundidad de campo y un único mecanismo giratorio en el extremo. Los principios ópticos del objetivo eran muy complejos, pero comenzó a obtener resultados positivos.
El objetivo de Frazier presenta tres características revolucionarias:
El objetivo de Frazier está dotado de una tecnología que proporciona una enorme profundidad de campo y posibilita que tanto los objetos muy próximos a la lente como el fondo estén enfocados. Se trata de una invención brillante, y cuando Frazier comenzó a utilizarla en su trabajo no pasó desapercibida. Nadie había visto nunca imágenes de tal profundidad y nitidez; los resultados eran únicos.
En 1993, Frazier fue invitado a hablar en Montage 93, una conferencia sobre imagen que se celebraba en los Estados Unidos. Inmediatamente después de su intervención, el director de fotografía John Bailey y el Presidente de la Sociedad Americana de Cinematografía, Victor Kemper, se dirigieron a Frazier para comunicarle que estaban interesados en su nueva invención. Le pidieron que grabase un vídeo con el objetivo, para poder evaluar su funcionamiento y resultados. En cuanto recibieron la cinta, la mostraron a Panavisión, el mayor fabricante mundial de objetivos para cámaras. En pocos días, la compañía estaba llamando a la puerta de Frazier.
Llegado a ese punto, Frazier consideró aconsejable contratar a un abogado para proteger los derechos de P.I. de su invención. Para ello, se puso en contacto con el jurista especializado en contratos internacionales de alta tecnología Peter Leonard, del bufete Gilbert y Tobin de Sidney.
En un primer momento, Panavisión envió al Sr. Frazier un contrato estándar de tres páginas, pero su abogado le aconsejó no firmarlo. Peter Leonard volvió a redactar el contrato y Frazier remitió a la empresa de cámaras un documento de 30 páginas. El abogado no solo protegió su invención, sino que también le ayudó a negociar un acuerdo formidable con Panavisión, considerado el mejor fabricante de objetivos del mundo.
El contrato se estructuró de manera que Panavisión renunciaba a la posibilidad de decir que la empresa conocía ya el sistema óptico que el objetivo utilizaba. Las dos partes se reunieron en terreno neutral, en Hong Kong (RAE, China), y la empresa tuvo que firmar un acuerdo de confidencialidad antes de ver la lente. El contrato concedía a Panavisión la licencia para fabricar y comercializar el objetivo de Frazier.
Frazier señala: “El acuerdo consistía en que Panavisión se ocuparía de patentar el dispositivo y correría con los gastos, pero yo sería el titular de la patente”. Mantis Wildlife Films percibe una determinada cantidad por cada objetivo fabricado y, cuando Panavisión los alquila, un porcentaje del alquiler.
El 10 de marzo de 1998, en Estados Unidos se concedió una patente para el objetivo. Posteriormente, Frazier obtuvo varias patentes para el objetivo y otras invenciones similares de sistemas ópticos en Australia y otros países.
Una cuestión importante acerca de la solicitud de patente de Frazier en los Estados Unidos es que este no siguió los procedimientos de solicitud apropiados, lo que más tarde ocasionó problemas importantes. Para demostrar las características y la singularidad del sistema óptico, y cómo se distinguía del estado anterior de la técnica, Frazier presentó un video con instrucciones para la utilización del objetivo. Cuando se concedió la patente, Panavisión y Frazier demandaron a Roessel Cine Photo Tech, Inc. por violar los derechos de patente. En el juicio se descubrió que el vídeo que Frazier había presentado como parte de la solicitud de patente se había filmado con un objetivo diferente. El tribunal dictaminó que el vídeo resultaba engañoso para el examinador de patentes e invalidó la patente por conducta desleal. Sin embargo, no se ha planteado problema alguno respecto de las patentes obtenidas en otros países.
Cuando Frazier mostró por primera vez su objetivo a Panavisión, la empresa no consiguió saber cómo lo había hecho, pero reconoció su valor. Con un precio de más de un millón de dólares EE.UU., la patente fue una de las mayores jamás adquiridas por Panavisión, pero los beneficios de la operación no tardaron en llegar. Casi la mitad de los anuncios rodados en los Estados Unidos utilizan el objetivo de Panavisión/Frazier, y muchos realizadores de largometrajes lo consideran indispensable.
Las ventajas para la industria cinematográfica son enormes. Aparte de las posibilidades únicas del propio objetivo, este ha reducido considerablemente los costos de producción. Tomas que solían llevar tres días pueden hacerse ahora en una sola, porque el objetivo de Frazier ha eliminado la necesidad de que equipos de personas monten complicadas estructuras cada vez que el director quiera un ángulo nuevo. Basta con ajustar el extremo giratorio. El objetivo le ha valido a Frazier el reconocimiento de la Academia de las Artes y las Ciencias, que le concedió un Premio a la Innovación Técnica.
El caso de Frazier demuestra que los esfuerzos innovadores de un individuo, conjugados con la debida protección de la P.I., pueden generar un tremendo éxito comercial. En este ejemplo, trabajar conjuntamente era útil para las dos partes y ambas se beneficiaron de esa asociación. Para el mundo cinematográfico, el revolucionario objetivo hizo posibles cosas que previamente no se consideraban factibles.
Este estudio de caso se basa en información tomada de: