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La protección de los conocimientos tradicionales: la perspectiva comunitaria

Febrero de 2017

Por Catherine Jewell, División de Comunicaciones, OMPI

Lucy Mulenkei es un miembro de la comunidad masái de Kenya que lleva años trabajando con los pastores de dicha comunidad, primero como funcionaria del gobierno y luego como periodista, y durante los últimos 18 años ha ocupado el puesto de directora ejecutiva de Indigenous Information Network.  Actualmente trabaja con las comunidades indígenas de Kenya y el este de África con el fin de que tengan la información necesaria para poder prosperar en el mundo moderno.  La señora Mulenkei es una apasionada defensora de los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y una voz activa en las negociaciones internacionales del Comité Intergubernamental de la OMPI sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore.  En la entrevista realizada con la Revista de la OMPI describe la importancia de conseguir un acuerdo internacional de protección de los conocimientos tradicionales para las comunidades con las que trabaja.

En compañía de miembros comunitarios, Lucy Mulenkei (en el centro, a la izquierda) recibe cisternas y hornillos de bajo consumo energético.  La Sra. Mulenkei señala que en “el contexto tradicional todo está estrechamente relacionado” y que “solo se puede lograr un cambio duradero informando a las personas y permitiéndoles tomar sus propias decisiones” (fotografía: corstesía de Lucy Mulenkei).

¿Podría explicarnos su trabajo con las comunidades indígenas?

Trabajamos para que estas comunidades tengan la información que necesitan para adaptarse a los tiempos actuales.  Esto implica darles las herramientas para que tomen decisiones informadas sobre su modo de vida y el desarrollo de su comunidad.  Tan pronto como se les explica la importancia de adaptar algunas de sus costumbres, se muestran muy receptivas.  Ahora bien, hay que llevar a cabo esta labor sin dañar sus valores culturales esenciales.  Cuando nos encontramos con la gente de sus pueblos conversamos inevitablemente de muchas cosas:  medio ambiente, educación, salud, plantas medicinales, conocimientos tradicionales, incluido el folclore (bailes y canciones), etcétera.  En el contexto tradicional todo está relacionado entre sí.  Toda práctica cultural puede ser positiva o negativa, por lo que el objetivo es conservar las positivas y dejar de lado las negativas, en particular cuando ya no sirven a los intereses de la comunidad.  Solo es posible realizar cambios duraderos si se informa a la gente y se le da la opción de que tome sus propias decisiones.  En el momento en que intentamos imponer cambios en su cultura, nos convertimos en una amenaza para las comunidades.

¿Por qué comenzó a participar en negociaciones internacionales sobre la protección de los conocimientos tradicionales?

Comencé a participar en estas negociaciones al ver que había mucho interés en el mundo por proteger los conocimientos tradicionales.  Al participar en el proceso estoy en contacto con representantes indígenas de otras regiones que comparten preocupaciones similares.  Esto nos ayuda a convertir la protección de los conocimientos tradicionales en un objetivo político.

La participación de representantes indígenas como yo nos permite influir y modelar las políticas en las que se tratan los intereses y las necesidades de nuestras comunidades, a menudo tan invisibles.  Aunque los pueblos indígenas son ciudadanos de un país, por lo general tienen pocas opciones de expresar sus preocupaciones, de establecer contacto con los encargados de la formulación de políticas o incluso de acogerse a programas sociales.  Por eso es muy importante poder participar en estas conversaciones.

¿Por qué es importante proteger los conocimientos tradicionales?

En primer lugar es una cuestión de identidad.  Todo el mundo, incluso en Europa y los Estados Unidos, tiene tradiciones que lo definen y lo vinculan a su lugar de origen.  Del mismo modo, las comunidades indígenas tienen su propia identidad característica, aunque compartan algunas similitudes.  En Kenya, por ejemplo, los masáis y los samburu son diferentes aunque estén relacionados (son comunidades hermanas).  Existen pequeñas diferencias entre ellos, por ejemplo en el diseño de su artesanía con abalorios, sus pendientes, su vestimenta o su dialecto.

En suajili decimos que sin idioma ni tradiciones uno es como un esclavo porque no sabe cómo comportarse en su comunidad y deja por lo tanto de pertenecer a ella.  Así, valorar y proteger los conocimientos tradicionales resulta fundamental para que las generaciones futuras puedan aprender a ser miembros de su comunidad.  Si perdemos nuestra historia y nuestras tradiciones, ¿cómo podemos saber quiénes somos y dónde encajamos?  Es realmente alentador ver que algunos gobiernos están reconociendo la importancia de proteger los conocimientos tradicionales.  Y es que es imposible escribir la historia de un país sin observar las singulares tradiciones de su gente.

FotografÍA: iStock.com/Bartosz Hadyniak

Es indispensable entablar un diálogo eficaz entre los 
gobiernos y los pueblos indígenas. Si todas las partes
interesadas se reúnen para lograr un acuerdo, todo el
mundo se sentirá respetado.

En segundo lugar, los conocimientos tradicionales están amenazados y en trance de desaparición.  La gente joven se muda a las ciudades y se interesa más por la televisión, los ordenadores y los teléfonos celulares, y deja de preocuparse por mantener las prácticas tradicionales.  Para algunos, el llevar ropa tradicional es incluso primitivo y anticuado.  Además, muchas personas mayores de estas comunidades no están transmitiendo sus conocimientos a quienes podrían mantenerlos cuando ellos ya no estén.

En tercer lugar, un número creciente de investigadores con licencia gubernamental se presenta en las comunidades locales para estudiar y recopilar sus recursos genéticos y otra información sin consultar previamente.  Esto se produce porque no suele haber estructuras institucionales (o si las hay están muy debilitadas) para que los investigadores consulten a las comunidades antes de presentarse para realizar sus estudios.  Como los recursos genéticos son soberanos, muchos creen que todo lo que necesitan los investigadores es una licencia gubernamental, pero en la práctica lo que hacen es minar la moral de los habitantes de las comunidades.

Si no utilizamos estructuras adecuadas, es posible que una parte importante de estos conocimientos se utilice indebidamente o se pierda para siempre.  Si se otorga a las comunidades el poder de controlar y gestionar sus recursos y sus conocimientos tradicionales, podrán trabajar conjuntamente con el gobierno para proteger y aumentar su valor y utilidad.

Los gobiernos, como autoridades competentes en la concesión de licencias, pueden consultar a las comunidades y obtener el consentimiento fundamentado previo antes de conceder esas licencias.  Esto ayudará a que se consideren y se respeten unas condiciones mutuamente convenidas, y a que estas comunidades tengan ganas de participar en el proceso.  Ahora bien, si no se respetan los derechos de los pueblos indígenas, esto no funcionará.  Es indispensable entablar un diálogo eficaz entre los gobiernos y los pueblos indígenas.  Si todas las partes se reúnen para lograr un acuerdo, todo el mundo se sentirá respetado.

¿Qué tipo de conocimientos tradicionales espera que se protejan mediante un acuerdo internacional en la OMPI?

Siempre que me hacen esta pregunta tengo mis dudas porque hay muchos tipos de conocimientos tradicionales.  Por ejemplo, pueden ser públicos, sagrados, secretos o, simplemente, parte integral de la comunidad.  Todos ellos son importantes.

Ahora bien, como punto de partida todos los países y comunidades deberían saber qué áreas de los conocimientos tradicionales están desapareciendo más rápidamente.  En África, por ejemplo, se defienden los aspectos relativos a los conocimientos tradicionales en materia de recursos genéticos, pero si pregunta a la gente de las comunidades le dirán que todos los aspectos relativos a estos conocimientos son importantes y necesitan ser protegidos.

El Fondo de la OMPI de Contribuciones Voluntarias

Son muchos los pueblos indígenas y las comunidades locales que insisten en que se topan con dificultades insalvables cuando deben financiar la participación de sus representantes en el Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore (CIG) y que esos costos les impiden participar plenamente.

Para atender a esta preocupación, en 2005 la Asamblea General de la OMPI decidió establecer el Fondo de la OMPI de Contribuciones Voluntarias para financiar la participación en el CIG de observadores acreditados que representen a las comunidades indígenas y locales.  Al principio, el Fondo recibió generosas contribuciones de varios Estados miembros y otros donantes, pero en la actualidad se han agotado los fondos y se necesitan urgentemente más contribuciones.  Más información disponible en www.wipo.int/tk/es/igc/participation.html.

Lo bueno de las negociaciones que tienen lugar en la OMPI es su naturaleza integral y el hecho de que en ellas se tratan abiertamente los conocimientos tradicionales mantenidos en las comunidades.  También se está poniendo el acento en la elaboración de vías jurídicas y prácticas para proteger esos conocimientos, por ejemplo, mediante la catalogación.  En otros foros internacionales se están tratando únicamente algunos aspectos determinados de los conocimientos tradicionales.  Lo que tenemos que hacer es combinar todas esas cuestiones para encontrar soluciones prácticas.  Además, el proceso deberá ser participativo y dar cabida a los pueblos indígenas y a sus comunidades locales.  Me gustaría ver a muchos más representantes indígenas de diversas regiones.  Eso sí que animaría el debate.

¿Cuáles son las principales cuestiones problemáticas relativas a la catalogación de los conocimientos tradicionales?

Están realmente vinculadas con la naturaleza participativa del proceso.  Cuando los únicos que elaboran la documentación son los gobiernos, se generan varias cuestiones.  ¿Dónde han conseguido la información? ¿Cómo se protegerá? ¿Quién podrá acceder a ella? ¿Podrán los pueblos indígenas acceder a ella? ¿Cómo se utilizará y quién concederá los permisos para que sea utilizada por terceros?

Hay gran preocupación por determinar quién controlará esos conocimientos ya que una vez que estén a disposición del público será imposible administrarlos o controlar su uso para evitar abusos, que hoy en día son numerosos.  A pesar de estas cuestiones problemáticas, para las que podremos encontrar soluciones, creo que lo realmente importante es catalogar los conocimientos tradicionales, cosa que se puede hacer de muchas formas.  La biblioteca digital de conocimientos tradicionales de la India, por ejemplo, en la que están catalogados los conocimientos médicos tradicionales, ha sido todo un éxito.  Otra forma de catalogación importante es el registro de conocimientos secretos en forma impresa de modo que resulte accesible únicamente para las personas que tengan derecho a ello;  y es que ahora que todo se registra en formato digital es realmente importante empezar a catalogar esos conocimientos antes de que se pierdan.  Será un proceso largo, pero los responsables de la formulación de políticas tendrán que estudiar al detalle la cuestión y encontrar soluciones prácticas.

¿Qué repercusión tendría la firma de un acuerdo internacional en la vida cotidiana de los pueblos indígenas?

La firma de un acuerdo internacional tendrá una repercusión enorme, porque los gobiernos empezarán a promulgar la legislación correspondiente.  Eso es lo que sucedió cuando se adoptaron el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), el Protocolo de Nagoya del CDB sobre Acceso a los Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilización y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.  La existencia de un acuerdo internacional contribuirá a recordar a los gobiernos su deber de contactar con esas comunidades tan singulares que se encuentran en sus países.  Además, creará más oportunidades para que se reconozca a las comunidades indígenas y se atiendan  sus necesidades.

Lucy Mulenkei (en el centro, a la derecha) colabora con representantes indígenas de otras regiones que tienen preocupaciones similares con el fin de conseguir que la protección de los conocimientos tradicionales figure de forma más prominente entre las prioridades políticas (fotografía: corstesía de Lucy Mulenkei).

¿Qué mensaje desea transmitir a los demás pueblos indígenas?

Para alcanzar nuestros objetivos, debemos trabajar codo con codo.  Si trabajamos de forma aislada, no vamos a llegar a ninguna parte.  No queremos que la vida sea aún más difícil para las generaciones futuras ni para nuestros ancianos, así que tenemos que trabajar con los gobiernos, que son los que toman las decisiones.  Debemos dialogar y negociar con ellos para que entiendan mejor nuestras necesidades y preocupaciones y para que comprendan por qué razón es importante proteger nuestros sistemas de conocimiento y nuestros derechos.  Esa es la única manera que tenemos de avanzar.

¿Y qué mensaje tiene para los gobiernos?

Exhortamos a los gobiernos a respetar los derechos de todos los ciudadanos sin distinción, en particular los de los pueblos indígenas.  También les alentamos a entender mejor la identidad de las comunidades indígenas que se encuentran en sus propios países y a tomarse en serio sus preocupaciones, en particular a la hora de elaborar estrategias y políticas nacionales de desarrollo.  En este proceso, es crucial adoptar un enfoque basado en los derechos humanos.

¿Y qué desea decir a los donantes?

Insto encarecidamente a los donantes a que respalden la participación de los representantes indígenas en estas conversaciones internacionales.  Hay una escasez crónica de financiación que dificulta cada vez más la participación.  Por ejemplo, el Fondo de la OMPI de Contribuciones Voluntarias está bajo mínimos.  Por otra parte, las repercusiones de estas conversaciones se hacen sentir mucho más allá de los ámbitos de los conocimientos tradicionales, los derechos humanos o el reconocimiento de los pueblos indígenas.  A fin de cuentas, se trata de proteger los recursos de la humanidad, y eso debería preocuparnos a todos.

El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.