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La máquina voladora – 100 años de existencia

Noviembre de 2005

“Empezamos a interesarnos cuando éramos niños. Papá nos trajo a casa un pequeño juguete que, accionado por una goma elástica, se lanzaba al aire. Fabricamos varios ejemplares de este juguete que volaban con todo éxito”. – Orville Wright

El hombre realizó su sueño de volar hace más de 100 años, en 1903. El 22 de mayo de 1906, los Estados Unidos de América concedieron la patente N.º 821.393 a la máquina voladora de Wilber y Orville Wright. Se trataba de una invención que iba a cambiar el mundo.

A Wilber y Orville Wright les gustaba componer toda clase de aparatos, y la carrera lanzada al finalizar el siglo XIX para fabricar la primera máquina voladora del mundo tiene que haber captado su atención. Se acordaron de cómo, cuando eran niños, habían podido fabricar un juguete que pudo volar, de modo que los hermanos, de fabricantes de bicicletas en su taller, pasaron a convertirse en diseñadores de máquinas voladoras. En diciembre de 1903 tuvieron éxito donde otros habían fracasado: fabricaron el primer avión con motor que podía mantener un vuelo sostenido y controlado. Para perfeccionar la invención, tuvieron que esperar otros dos años, hasta 1905.

Los hermanos eran conscientes de la necesidad de proteger su invención. Sin embargo, en cuanto hubo demostraciones públicas de los aviones y siendo la tecnología relativamente fácil de copiar, aparecieron los infractores de la patente que eran numerosos. Los hermanos se vieron involucrados en batallas jurídicas tanto en Europa como en Norteamérica. Desalentado por las polémicas de carácter jurídico, Orville Wright dejó el negocio de los aviones en 1916, unos años después de la muerte de su hermano. Sin embargo, siguió experimentando con toda clase de aparatos. Instaló un pequeño laboratorio en su ciudad natal, donde se ocupó de aeronáutica, aviones de carrera, misiles guiados, tostadoras, cambiadores automáticos de discos, juguetes de niños, en fin, todo lo que despertara su fantasía.

Vuelos comerciales con pasajeros

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El DC 3, el avión que más éxito ha tenido en el mundo, aún sigue volando. (Foto Robert Neil)

Cuando Orville vendió su negocio, sólo existían dos mercados potenciales para los aviones: los vuelos militares y los vuelos acrobáticos, con los que se ganaba mucho dinero. Sin embargo, el transporte comercial de pasajeros, hecho posible como resultado de la tecnología desarrollada mediante el uso militar, tendría un impacto mucho mayor en el público en general.

El transporte aéreo comercial de pasajeros había empezado en Alemania con los dirigibles Zeppelin que se utilizaron desde 1910 hasta comienzos de la Primera Guerra Mundial, en 1914, habiéndose transportado en ese período a unas 34.000 personas entre pasajeros y tripulación. Los vuelos de pasajeros en aviones comenzaron en 1919 y, para los que podían pagárselos, se trataba de una experiencia relativamente angustiosa. Los dos pasajeros, apretujados uno frente al otro en lo que era la cabina adaptada de un ametrallador, no podían ni siquiera escucharse pensar por el ruido del motor y el bramido del viento. Fue necesario realizar muchas mejoras antes de que los vuelos comerciales se convirtieran en una verdadera alternativa a los dirigibles.

En 1933, Donald Douglas introdujo el avión de 12 pasajeros DC 1, con calentadores y a prueba de ruidos. Pero no fue hasta 1935, fecha del vuelo de prueba del DC 3 el avión de pasajeros que más éxito tuvo en la historia que todo salió bien. El DC 3, con cabida para 21 pasajeros, incorporaba prácticamente todos los adelantos de la ingeniería aeronáutica de la época, particularmente motores [casi completamente] blindados para reducir la resistencia, nuevos tipos de alerones para un mejor control y hélices de paso regulable cuyo ángulo podía alterarse en vuelo para mejorar la eficacia y el impulso. El DC 3 podía incluso ser configurado con cuchetas para vuelos de larga distancia. Los pasajeros acudieron a montones y los viajes cambiaron para siempre.

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El Concorde, único avión supersónico de pasajeros construido hasta ahora, con una velocidad de crucero de más del doble de la velocidad del sonido. El vuelo de Londres a Nueva York con este avión duraba menos de tres horas y media. Proyecto conjunto del Reino Unido y de Francia, el Concorde exigió investigaciones en el terreno que duraron más de una década y casi 5.000 horas de vuelos experimentales.

Velocidad y potencia

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En las solicitudes del PCT se describen las configuraciones novedosas del Airbus A380, por ejemplo, los módulos de cabinas privadas similares a minihabitaciones de hotel con una cama empotrada, un sistema de entretenimiento y un lavabo (WO 2004/009442); una “isla de juegos” con escalera y tobogán (WO 2004/078301); o asientos reclinables dispuestos respaldo contra respaldo en grupos de cuatro, a cada lado de los pasillos (WO 2004/018290). (Foto Airbus)

Los aviones DC 3 aún se utilizan hoy en día, sobre todo para transportar carga y también suministros y material médico de emergencia en los países en desarrollo. Sin embargo, las 15 horas como mínimo que son necesarias para cruzar el Atlántico con un motor de hélice desanimarían a los más fervientes aficionados a los vuelos de larga distancia. Para que los vuelos comerciales se convirtieran en el éxito que son ahora, los ingenieros tendrían que volver a sus tableros de dibujo para diseñar una máquina voladora más rápida y más potente.

La respuesta estaba en los motores a reacción. Realizados a mediados de la década de 1940, estos aviones revolucionaron la industria aeronáutica. En los años sesenta, los motores a reacción habían reducido a la mitad el tiempo requerido para cruzar el océano, aumentando rápidamente el tamaño de los aviones así como el número de pasajeros que éstos podían transportar. El primer avión jumbo, el Boeing 747, realizado en 1969, podía transportar 547 pasajeros además de su tripulación y permitió poner los vuelos comerciales al alcance del ciudadano medio. Luego vino la desregulación. Las líneas aéreas empezaron a competir entre sí, haciendo caer los precios.

La siguiente generación de aviones a reacción superjumbo sería todavía más importante. El Airbus A380 realizó sus primeros vuelos de prueba este año, y, en su versión totalmente configurada para la clase turista, podrá transportar más de 800 pasajeros en un vuelo sin escalas de París a Sydney, de 15 horas de duración. La tecnología avanzada que se ha utilizado para construir este avión permitirá también reducir en un 15% a 20% los costos por asiento milla, aumentando su autonomía un 10% más que la de otras grandes aeronaves y reduciendo significativamente los niveles de ruido y de emisión de contaminantes.

 

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Lanzamiento del SpaceShipOne por White Knight. Aterrizaje. El SpaceShipOne regresa a la pista. La empresa Scaled Composites tiene solicitudes de patente pendientes en los EE.UU. por su avión y su motor híbrido. (Cortesía de Scaled Composites, LLC)

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Embarcando a los pasajeros con destino al espacio interplanetario

¿Cuál es el próximo destino? Los vuelos hacia el espacio interplanetario podrían estar pronto al alcance de los pasajeros civiles si Burt Rutan, el diseñador aeroespacial que creó el avión cohete SpaceShipOne sale con la suya. Utilizando nuevas tecnologías desarrolladas por su empresa, Scaled Composites, Rutan diseñó el avión específicamente para lanzar a civiles en el espacio sin asistencia del gobierno. Burt Rutan firmó últimamente un acuerdo con Virgin Galactic para fabricar y comercializar el SpaceShipOne que fue calificado de “La invención más fantástica del año 2004”, por la revista Time.

“Antes de que Wilber [Wright] llegara a París con su avión, los europeos pensaban que mentía”, dijo Burt Rutan a la revista Time. “Luego vieron cómo daba vueltas y vueltas volando durante mucho tiempo en su avión y lo vieron hacer varios vuelos al día. Pero creo que lo más importante es que luego dijeran todos al mismo tiempo: ‘Yo también puedo hacerlo, después de todo no son sino unos simples vendedores de bicicletas’”.

 

 

 

El Embrear 202 Ipanema

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El Embrear 202 Ipanema, avión de fumigación de cosechas hecho en Brasil, primer avión que utiliza el etanol como combustible y que obtuvo el certificado de la industria de reglamentación de la aviación. El etanol es un alcohol que se extrae de la caña de azúcar. Tres o cuatro veces más barato que la gasolina, más limpio y más apto para el medio ambiente porque no contiene plomo. Las investigaciones efectuadas por Embrear han demostrado que el etanol aumenta el poder del motor un 5% e incluso puede prolongar su vida.

 

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