Proteger la tradición y revitalizar una marca nacional


Estepas de Mongolia (foto: Ludovic Hirlimann)

Antecedentes

La cachemira (pelo de cabra muy fino), una fibra ligera, suave y cálida, es uno de los tejidos más caros y lujosos del mundo. En el sector internacional de la cachemira es posible que Mongolia no sea el productor más conocido para el consumidor. No obstante, con una finura media de tan solo 14,5 micras (la millonésima parte de un metro; para que se considere cachemira, la finura no puede superar las 19 micras), el país proporciona una de las cachemiras más finas que existen en el mundo. Así mismo, Mongolia, con un 25% de la producción del mundo, es el segundo productor de cachemira del planeta. El resto (cerca del 70%) procede principalmente de la República Popular China, mientras que otros países, como la República Islámica del Afganistán, la República Islámica del Irán, la República de la India y la República Islámica del Pakistán producen pequeñas cantidades.

Entre todos los países productores de lana de cachemira, quizá sea en Mongolia donde el sector resulte más importante para la economía del país, dado que la lana de cachemira es el tercer producto más exportado y más de un tercio de la población del país vive gracias a los ingresos procedentes de la cachemira. No obstante, alrededor de la mitad de la lana de cachemira producida en Mongolia se transporta ilegalmente fuera del país, lo que provoca la pérdida de puestos de trabajo y de ingresos potenciales cifrados en decenas de millones de dólares EE.UU. Con la privatización de la mayor parte de la economía de Mongolia en el decenio de 1990, el sector de la lana de cachemira del país ha procurado luchar contra estas pérdidas mediante la aplicación de marcas de certificación y la creación de una imagen de marca sólida para la lana de cachemira de dicho país.

La mayor empresa especializada en lana de cachemira del país, Gobi Corporation (Gobi), ha adoptado medidas positivas y provechosas para revitalizar el sector y proteger a los pastores tradicionales de cabras de cachemira, al mismo tiempo que ha ido introduciendo recursos modernos de producción y diseños de ropa novedosos. Constituida en 1981, Gobi fue en sus inicios una empresa estatal, privatizada parcialmente en 1999 y en su totalidad en 2007, a través de una empresa conjunta formada por una empresa de Mongolia y dos empresas japonesas. Gobi es una de las mayores empresas del mundo especializadas en cachemira, y ofrece a sus clientes una de las cachemiras más finas que existen, procedente de los pastores nómadas tradicionales de Mongolia.


Las cabras de cachemira de las estepas de Mongolia tienen finas capas de pelaje para soportar el singular clima de la región (foto: Paul Esson)

Productos con origen geográfico determinado

El nombre original de la lana de cachemira procede de una denominación antigua de la región india de Cachemira (Kashmir), donde la fibra se usó por primera vez hace siglos. Después de la introducción de estas cabras en las planicies y pastos de Mongolia, los pastores nómadas pronto descubrieron que su ubicación geográfica daba como resultado una de las lanas de cachemira de mayor calidad del mundo. No resulta sencillo sobrevivir al clima duro y extremo del desierto del Gobi, que abarca una vasta superficie de las tierras de la región meridional de China y Mongolia. En el contorno de este desierto frío y seco se encuentra la estepa oriental del desierto del Gobi, un extenso ecotono (zona de transición entre dos ecosistemas) que se extiende desde la región meridional china de Mongolia Interior hasta los vastos pastos y planicies del sur de Mongolia, con una altitud media de 1.800 metros sobre el nivel del mar. Es en esta región donde muchos de los pastores nómadas de Mongolia han vivido y cuidado de su ganado durante siglos. También es aquí donde quizá vivan las más famosas variedades de cabras: las cabras de cachemira. Las cabras de cachemira no son una raza específica, pero presentan un pelaje interno único, sedoso y suave, que es seis veces más fino que el pelo humano y les ayuda a sobrevivir al clima duro, ventoso y extremo de la región. Ciertamente, en la región escasea el agua y hay vientos de velocidad extrema y cambios bruscos de temperatura. Sin este clima duro y seco —aunque natural y único—, las cabras no desarrollarían su fino pelaje interno, que se encuentra por debajo del pelaje externo, más grueso, que las protege de las condiciones meteorológicas. Esta fibra resistente, fuerte, ligera y suave, proporciona un aislamiento excelente sin ser demasiado gruesa y se ha utilizado durante generaciones para elaborar prendas finas.

Conocimientos tradicionales

Más del 40% de la población de Mongolia se dedica al pastoreo nómada como medio de vida; los conocimientos tradicionales que poseen los pastores nómadas mongoles de cabras de cachemira son esenciales para su subsistencia y para la economía del país. Transmitidos de generación en generación, estos conocimientos abarcan una profunda toma de conciencia sobre el clima local y el entorno, las prácticas de pastoreo caprino y las técnicas de extracción de la cachemira. Los pastores saben que la mejor cachemira procede de duras condiciones ambientales estacionales. Si hace demasiado calor, el rebaño no producirá una cachemira suficientemente fina; si hace demasiado frío, la supervivencia del rebaño estará en peligro. Así mismo, debe hacer viento, dado que este contribuye a que las cabras generen una capa de pelo dura y gruesa sobre la capa suave y fina de cachemira. Por ello, los pastores nómadas de cabras de cachemira deben conocer las zonas exactas en las que se dan las condiciones ambientales idóneas para que sus cabras produzcan fina lana de cachemira mongola.

Con todo, no es suficiente con que los rebaños vivan en el clima idóneo, dado que las cabras de cachemira de los pastores nómadas tradicionales han de tener acceso a forraje durante todo el año. Durante algunas épocas ha sido complicado lograr ese objetivo, dado que el auge de la cachemira a finales del decenio de 1990 y principios del decenio de 2000 propició el avance de la desertificación en las regiones de pastoreo tradicional debido al enorme aumento de la población de cabras de cachemira mongolas. Con la alta demanda de cachemira mongola y la liberalización de la economía nacional, los pastores nómadas incrementaron significativamente sus labores de cría. Aunque en 2012 la población caprina ya se había reducido hasta un nivel más sostenible desde el punto de vista ambiental, los pastores nómadas tradicionales deben conocer las mejores zonas para disponer de forraje y conocer el lugar y el momento exactos para trasladar su rebaño al siguiente lugar.

Cuando una cabra sobrevive al duro invierno mongol y está lista para que se le extraiga la cachemira, es esencial contar con un pastor experto para llevar a cabo el proceso. Durante el invierno, las cabras de cachemira generan dos capas de pelaje: una capa áspera y gruesa en el exterior para protegerse del viento y una segunda capa, suave, fina y cálida, por debajo de la primera: esta segunda capa es la que se conoce como cachemira. Los pastores deben peinar hacia fuera, a mano y con cuidado, la cachemira de la cabra, velando por que se extraigan sin daños las fibras más finas, la mayor parte de las cuales se encuentra alrededor de la parte inferior del cuello. Una vez terminado el proceso, se criban a mano las fibras para retirar pelos largos o gruesos. Las fibras restantes se lavan con cuidado para eliminar la suciedad o los cuerpos extraños, y la cachemira obtenida ya está lista para su venta a un elaborador como Gobi, para tejer punto de malla o entretejer productos de cachemira. Todo este proceso conlleva mucha habilidad y paciencia, dado que extraer todas las fibras de cachemira de una sola cabra puede tomar hasta tres días. Con este método tradicional de extracción de la cachemira se garantiza que la lana sea más fina y suave que mediante la extracción mecánica, que consiste en la utilización de máquinas para recortar con rapidez las fibras, lo que da como resultado una cachemira más gruesa y áspera. Dado que esta combinación del entorno, el clima y los conocimientos tradicionales de los pastores nómadas mongoles de cabras de cachemira produce una de las cachemiras más finas del mundo, Gobi garantiza proveerse únicamente de materia prima de esos pastores, lo que también contribuye a la protección de su comercio y su modo tradicional de vida.


Gobi Corporation colabora con pastores locales que utilizan técnicas tradicionales (foto: Nicole Clausing)

Alianzas e investigación y desarrollo

Hasta finales del decenio de 1970 no se había aprovechado todo el potencial de la cachemira de Mongolia, y el país no era un actor destacado de la industria a escala mundial. El Gobierno de Mongolia, consciente del potencial de la cachemira como artículo de lujo y deseoso de estimular la economía y crear más puestos de trabajo, decidió montar una fábrica de cachemira para la comercialización de cachemira de Mongolia. En 1977 el Gobierno del Japón concedió ayuda oficial al Gobierno de Mongolia en forma de asistencia técnica para la construcción de la primera fábrica de cachemira de Gobi. Esta alianza trajo consigo investigación y desarrollo (I+D), tecnología, equipos modernos y nuevas prácticas de gestión del Japón, todo ello novedades en Mongolia en aquel momento. Para garantizar la utilización eficaz de esas nuevas tecnologías y prácticas y el éxito de la fábrica, se envió a muchos empleados de Gobi al Japón para que se formasen. En 1981 la nueva fábrica de diez hectáreas de Gobi ya estaba en pleno funcionamiento y la empresa comenzó a desarrollar sus actividades de manera oficial. Los productos de Gobi, tejidos de cachemira de gran calidad suministrada por pastores mongoles tradicionales, pronto estuvieron disponibles en el país y en el extranjero, sobre todo en países de Europa Oriental. La creación y el éxito temprano de Gobi conllevó muchas primicias para Mongolia: fue la primera gran marca del país, la primera vez que el ciudadano medio de Mongolia podía acceder fácilmente a productos de cachemira y la primera vez que una empresa mongola tenía una presencia significativa en Europa.

Gracias a estas novedades se produjo otra innovación: el sólido desarrollo de la industria de la cachemira de Mongolia, que anteriormente se limitaba a la producción a pequeña escala y local. Desde sus primeros años, la empresa Gobi se ha centrado principalmente en las exportaciones. El Gobierno de Mongolia pronto se percató del gran valor de la cachemira y en Gobi se empezó a producir intensamente los que posiblemente son los mejores y más preciados productos de cachemira del mundo. Con la ayuda de sus asociados del Japón, la empresa se transformó rápidamente en uno de los cinco mayores productores de cachemira del mundo. Cuando la economía mongola entró en una fase de transición a principios del decenio de 1990, las perspectivas de la marca más antigua y quizá más prestigiosa de cachemira de Mongolia se tornaron aún más halagüeñas. Al incrementarse la demanda de cachemira de calidad, la producción de cachemira se convirtió en una de las principales fuentes de ingresos de los pastores rurales y nómadas de Mongolia, sus familias y comunidades.

Gracias a estas novedades se produjo otra innovación: el sólido desarrollo de la industria de la cachemira de Mongolia, que anteriormente se limitaba a la producción a pequeña escala y local. Desde sus primeros años, la empresa Gobi se ha centrado principalmente en las exportaciones. El Gobierno de Mongolia pronto se percató del gran valor de la cachemira y en Gobi se empezó a producir intensamente los que posiblemente son los mejores y más preciados productos de cachemira del mundo. Con la ayuda de sus asociados del Japón, la empresa se transformó rápidamente en uno de los cinco mayores productores de cachemira del mundo. Cuando la economía mongola entró en una fase de transición a principios del decenio de 1990, las perspectivas de la marca más antigua y quizá más prestigiosa de cachemira de Mongolia se tornaron aún más halagüeñas. Al incrementarse la demanda de cachemira de calidad, la producción de cachemira se convirtió en una de las principales fuentes de ingresos de los pastores rurales y nómadas de Mongolia, sus familias y comunidades.

Uno de los efectos más importantes de la privatización completa de Gobi era que la empresa se beneficiaría de la llegada de nueva I+D y mejoraría sus instalaciones y métodos de procesamiento. Uno de los objetivos principales de la empresa conjunta era modernizar la tecnología de la fábrica de Gobi, cosa que el Gobierno de Mongolia acogió con especial beneplácito. De hecho, hacía muchos años que en la empresa se utilizaba tecnología antigua y menos eficaz. Poco tiempo después de que la nueva mayoría de dueños de Mongolia y el Japón se hiciese con el control de Gobi en 2007, se puso en práctica un plan quinquenal para modernizar significativamente la fábrica con tecnología moderna y puntera. Formaba parte del plan la instalación de máquinas de tejer totalmente automáticas, un equipo nuevo de limpieza y encogido, y una nueva máquina de hilar, creada por un conocido fabricante italiano, Officine Guadino. Otros adelantos fueron el nuevo equipo de selección de fibras, eliminación de pelo, teñido, mezclado y costura fina. Además, también se modernizó la fábrica mejorando sus sistemas de ventilación y fontanería. El proyecto, que contó con una inversión de más de 12 millones de dólares EE.UU. en un período de más de cinco años, se concluyó en 2012 y gracias a él la fábrica se ha convertido en un centro de operaciones de vanguardia en el que se han aumentado las capacidades de producción y la eficacia.

Además de modernizar la fábrica de Gobi, con la nueva tecnología la empresa puede elaborar nuevas clases de productos que agregarán más valor y aumentarán las exportaciones y los ingresos. Habida cuenta de que en torno al 80% de los ingresos de la empresa procede de las exportaciones, en su gran mayoría de cachemira bruta sin valor añadido en Mongolia, en Gobi se ha optado por elaborar productos que satisfagan los cambios en la demanda de los mercados internacionales. Por ejemplo, en Gobi se producen también otros productos con tejidos semiacabados (compuestos por una mezcla de cachemira y lana) y fibra de cachemira procesada, de menor calidad y que, por tanto, alcanzan precios más bajos. Con la nueva tecnología instalada en la fábrica de la empresa, se pueden producir productos acabados extremadamente finos, ligeros y de gran calidad. Dichos productos resultan más aptos para mercados con climas más cálidos y, con el aumento de ingresos gracias a estos nuevos productos, Gobi puede reducir su fabricación de productos de calidad inferior y menos rentables.


El desarrollo de la marca Gobi es una de las estrategias más importantes de la empresa. (Registro de Madrid, núm. 520340, búsqueda en ROMARIN).

Desarrollo de la marca

Con su fábrica modernizada, sus nuevas técnicas de gestión y las inversiones extranjeras, Gobi siguió prosperando cuando fue completamente privatizada en 2007. No obstante, la empresa afrontaba desde hacía tiempo importantes problemas que no podían solventarse únicamente con la modernización de la fábrica y los nuevos productos. Cuando la industria de la cachemira mongola despegó en el decenio de 1990, ésta se convirtió en seguida en una de las principales exportaciones del país. Los pastores tradicionales nómadas pronto tuvieron que atender una gran demanda, no sólo de Mongolia sino también del extranjero. A pesar de que Gobi compraba a los pastores una gran cantidad de cachemira bruta, la demanda era tan grande que en la industria de la cachemira surgió un “mercado negro”. La enormidad del desierto en la frontera de Mongolia hizo que el contrabando de cachemira se volviera algo frecuente, y a mediados del decenio de 1990 esta actividad ilícita representaba entre el 20 y el 50% de todas las exportaciones de cachemira mongola. Además, gran parte de la cachemira de contrabando se mezclaba con otros tipos de lana pero seguía etiquetándose como cachemira pura de Mongolia. Todo ello provocó un espectacular aumento de la oferta mundial de productos de cachemira, pero los fabricantes mongoles sólo podían recurrir a una cachemira menos pura y se puso en riesgo la reputación que tenía la cachemira de Mongolia de producto de gran calidad.

Otro cambio que acarreó dificultades para Gobi y la industria de cachemira de Mongolia fue la introducción repentina de la economía de mercado. Antes de la liberalización del mercado, los pastores nómadas que suministraban la cachemira a Gobi eran empleados estatales, con pensiones garantizadas y cuotas fijas en la cifra de animales que podían tener. Cuando se produjo la apertura de la economía, se privatizó el trabajo de gran parte de esos pastores, quienes perdieron sus pensiones y parte de sus ingresos. Muchos pastores, viéndose abocados a la pobreza y el desempleo, y desesperados por alimentar a sus familias y comunidades, cruzaron sus cabras de cachemira con animales de pelo más grueso para incrementar su oferta. En consecuencia, entre 1990 y 1999 se duplicó la cifra de cabras en los rebaños nómadas de Mongolia, pasando de seis a once millones y aumentando así la oferta de cachemira. Sin embargo, la cachemira producida era de menor calidad debido a estos cruces. Estas fibras de cachemira mezcladas no eran tan finas ni cálidas como la cachemira pura, y el deterioro de la calidad produjo un lamentable perjuicio a la reputación de la cachemira mongola.

El contrabando, las mezclas y los cruces provocaron conjuntamente un aumento de la oferta de cachemira mongola, tanto pura como mezclada, entre finales del decenio de 1990 y principios del decenio de 2000. Sin embargo, debido a la inestabilidad económica en algunos de los principales mercados internacionales de Gobi, se desplomó la demanda de este artículo de lujo y se puso en riesgo la estabilidad de la empresa. Además, dado que el aumento de la oferta en el país redujo el valor de la cachemira de Mongolia, los productores, inclusive Gobi, se volvieron más vulnerables a la competencia extranjera. Habida cuenta de los objetivos del Gobierno de Mongolia de desarrollar la industria de la cachemira para que ésta contribuyese de manera significativa y duradera al crecimiento económico y la reducción de la pobreza, la aprobación final para privatizar Gobi por completo llegó en 2003 en un momento fortuito. Hasta que se dio por concluida la privatización en 2007, la industria de la cachemira de Mongolia resistió y empezó a recuperarse; sin embargo, ello se debía principalmente a la caída del precio de la cachemira, lo que produjo un aumento de las exportaciones de cachemira bruta sin procesar. Una vez finalizada la privatización de Gobi, los nuevos dueños desearon agregar más valor a los productos de la empresa en Mongolia y crear una nueva imagen de marca, que fuera sinónimo de lujo y basada en uno de los nombres comerciales más antiguos del país.

Una estrategia fundamental de la empresa conjunta fue elaborar un plan detallado para revitalizar la marca Gobi, haciendo hincapié al tiempo en el orgullo de que ésta se fabricase en Mongolia. La dirección de la empresa ha intentado lograr ese objetivo de diversas formas. En primer lugar, en 2008 Gobi inauguró Factory Store (una tienda de oportunidades) junto a su complejo en Ulaanbaatar, la capital del país. En la tienda, diseñada por el conocido arquitecto japonés Keiichiro Sako, se realzan las lujosas características de los productos de Gobi y se da a los clientes la oportunidad de ver y sentir artículos fabricados con la mejor cachemira mongola del mundo. La tienda, con una superficie de 1.150 metros cuadrados, es un moderno local en el que se exponen de manera elegante los productos de Gobi y ha impulsado la imagen y el atractivo de la empresa.

En segundo lugar, Gobi ha intensificado sus esfuerzos por elaborar productos de mayor calidad a los que fijar precios superiores, dando así mayor enjundia a la imagen de la empresa como marca de lujo y reduciendo su dependencia de la venta de cachemira bruta o semiprocesada. En tercer lugar, la empresa ha creado nuevos tipos de productos dirigidos a grupos demográficos más jóvenes y con mayores ingresos, y también para mercados y climas específicos. Por ejemplo, los productos de Gobi que se venden a los consumidores mongoles pueden resultar demasiado gruesos en los climas más cálidos de algunos mercados europeos o asiáticos. A pesar de que en 2012 aproximadamente el 45% de las ventas de Gobi se registró en Mongolia, la empresa ha diversificado su gama de productos para aumentar las exportaciones (por ejemplo, creando productos para actividades al aire libre). En cuarto lugar, a los fines de impulsar su imagen de marca de lujo y crear productos más novedosos y modernos, Gobi colaboró en 2011 con el diseñador italiano Saverio Palatella, conocido por sus artículos de punto, para crear una nueva línea de diseños exclusiva para Gobi. El lanzamiento de esta nueva colección coincidió con el trigésimo aniversario de la empresa y en ella se incluyen artículos diseñados por Palatella que combinan la sensación del cielo azul, la belleza de la naturaleza y la fuerza del viento, aunados por medio de modernas técnicas de diseño.

A través de las medidas antes mencionadas, Gobi se forjó una nueva identidad de marca, basándose con acierto en su legado y nombre. Tradicionalmente la cachemira de Mongolia ha logrado una ventaja competitiva en los mercados internacionales, pues posee una imagen de producto positiva, con un gran patrimonio tradicional proveniente de una tierra extensa, de pastos y virgen. A partir de esa imagen ya instaurada y mejorando aún más su calidad, reinventando e innovando el diseño de sus productos y aumentando sus esfuerzos de comercialización en el país y en el extranjero (por medio de asociados en la exportación y filiales), Gobi ha pasado a ser la quinta mayor empresa de cachemira del mundo y una de las marcas más conocidas de Mongolia.




Marcas de certificación “Cachemira pura de Mongolia” y “Fabricado con cachemira de Mongolia”. (Solicitudes núm. 003326139 y 00326113 de la OAMI, respectivamente).

Marcas de certificación

Cuando se recuperó la industria de la cachemira mongola y aumentó la demanda de cachemira pura, pasó a ser esencial la protección de la cachemira pura de Mongolia. Para garantizar que los consumidores sean conscientes de lo que compran y, con la asistencia de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, en 2002 Gobi se unió a otras tres empresas mongolas de cachemira (Goyo, Altai Cashmere y Mongol Nekhmel) para crear la Sociedad Mongola de Marca de Fibra (“la Sociedad”). La Sociedad es una organización sin ánimo de lucro dedicada a fomentar la competitividad de la industria mongola de la cachemira, promocionar la cachemira mongola en los mercados internacionales y llevar adelante actividades conexas de comercialización.

Uno de los métodos empleado por la Sociedad para lograr este objetivo es proteger la reputación de la cachemira de Mongolia a través de la creación de dos marcas de certificación: “Cachemira pura de Mongolia” y “Fabricado con cachemira de Mongolia” (para artículos con al menos un 50% de cachemira mongola). Con estas marcas de certificación, las empresas como Gobi pueden aprovechar la ventaja competitiva de la industria de la cachemira mongola y aumentar así las exportaciones, obtener más ingresos, mejorar sus métodos de producción y proporcionar plataformas colectivas útiles de comercialización. De hecho, muchas de las estrategias de marca antemencionadas aplicadas por Gobi se han fijado de acuerdo con los objetivos de la Sociedad.

El objetivo principal de las marcas de certificación es añadir valor y proteger los productos de sus miembros, y esta organización sin ánimo de lucro lo ha logrado aplicando un conjunto de normas éticas, medioambientales y de calidad. La Sociedad ha designado tres categorías para enmarcar estas normas; la primera es el requisito de que la cachemira sea oriunda de Mongolia. Ello se dirime a partir de la ubicación geográfica de la producción de la cachemira: si ésta ha sido producida íntegramente en Mongolia, será elegible para obtener la marca de certificación “Cachemira pura de Mongolia”. Si se produjo en Mongolia pero mezclando cachemira mongola y extranjera, o fue procesada parcialmente en Mongolia y terminada después en otro país, será elegible para la marca de certificación “Fabricado con cachemira de Mongolia”. A los fines de garantizar el origen de la cachemira, la Sociedad colabora con productores para realizar inspecciones, en las que se vela, entre otras cosas, por la existencia de un documento de rastreo con datos sobre la entrega, recepción, importación o exportación de la cachemira en cuestión.

El segundo requisito es el de la calidad, y la definición de calidad varía entre las dos marcas. Para que el producto pueda obtener la marca de certificación “Cachemira pura de Mongolia” éste debe cumplir las siguientes condiciones: 1) que la cantidad de fibras contenidas que no sean de cachemira no supere el nivel de trazas (menos del 1%); 2) que el diámetro medio no exceda los 17 micrones en el punto y los 17,5 micrones en los artículos tejidos; y 3) que el contenido de pelo grueso no exceda el 0,5% en el punto y el 1% en los tejidos. Para obtener la marca de certificación “Fabricado con cachemira de Mongolia”, el producto debe cumplir las siguientes condiciones: 1) contener al menos un 50% de cachemira mongola; y 2) en su etiqueta deben detallarse de manera fidedigna los otros componentes de mezcla de fibras. Es necesario remitir a la Sociedad muestras del producto para que puedan realizarse pruebas en laboratorios independientes a los fines de comprobar el contenido de los productos. Por último, para poder obtener cualquiera de las dos marcas de certificación, el producto debe haberse elaborado de manera ética y respetuosa con el medio ambiente.

Además de las marcas de certificación, la Sociedad colabora con sus miembros en las exportaciones y para introducir sus productos de cachemira mongola certificada en los mercados, en particular en América del Norte, Europa Occidental y Asia. Asimismo, esta organización sin ánimo de lucro facilita el contacto entre los compradores en dichos mercados y los miembros de la Sociedad, recomendando la fábrica más apropiada para colmar las necesidades de los compradores. Estos servicios se prestan de forma gratuita a los compradores, sin embargo, los miembros de la Sociedad pagan una tasa para garantizar la continuación de sus actividades diarias y la misión final de promover la cachemira mongola en los mercados internacionales. Además, la Sociedad patrocina varios programas de formación sobre gestión de marcas para elevar al máximo la exposición y el éxito de las marcas de certificación.

Marcas y nombres de dominio

A raíz del desarrollo de la nueva imagen de marca de Gobi y la creación de las marcas de certificación, la utilización del sistema de propiedad intelectual (P.I.) para proteger estos activos se ha vuelto vital para Gobi, la Sociedad y toda la industria de la cachemira de Mongolia. Cuando la cachemira mongola comenzó a adquirir popularidad en el mundo en el decenio de 1980, Gobi se percató desde el principio de la importancia de proteger su nombre. En 1988 solicitó la protección de marca del nombre Gobi y de su logotipo en virtud del Sistema de Madrid para el Registro Internacional de Marcas, gestionado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Este registro internacional fue designado en muchos países, como la República Italiana en 1988, los Estados Unidos de América y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en 2009 y el Japón en 2010.

La protección de las marcas de certificación de la Sociedad también resulta muy importante, y la organización se apresuró a solicitar el registro de marca para dos de sus marcas en sus mercados más grandes. Las marcas “ Cachemira pura de Mongolia y Fabricado con cachemira de Mongolia fueron registradas ante la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI), la oficina de registro de marcas y diseños de la Unión Europea (UE), en junio de 2005 y noviembre de 2004, respectivamente. Asimismo, la Sociedad ha registrado las marcas “ Cachemira pura de Mongolia y Fabricado con cachemira de Mongolia en Australia a través de la Oficina de Propiedad Industrial de Australia.

Mantener la presencia en Internet también ha constituido una estrategia primordial para Gobi, ya que a través de su elegante e interactivo sitio web la empresa puede llegar a los consumidores de Mongolia y de todo el mundo. Para tal fin, la empresa es dueña de un nombre de dominio, gobi.mn, a partir del cual los usuarios pueden ver las nuevas colecciones de la empresa, ojear los productos actuales, encontrar información sobre dónde pueden comprar los productos de Gobi y conocer la historia de la empresa y sus métodos de producción y diseño. Además, la empresa es dueña de otro nombre de dominio, gobi-cashmere.com, que contiene información similar, pero dirigida a los clientes internacionales.


A partir de la cachemira se puede crear toda una gama de hermosos productos.
(Fotografía: Yahaira Ferreira).

Comercialización

Gobi, tras más de 30 años en funcionamiento, ha sobrevivido a cambios drásticos en Mongolia y sigue siendo la principal empresa del país de comercialización de cachemira. Gobi tiene el orgullo de colaborar estrechamente con los pastores y respaldar su cultura y estilo de vida tradicionales nómadas. En la empresa se considera que ésta es la única forma de garantizar un suministro sostenible de cachemira mongola de alta calidad. Además, al recurrir a estos pastores, Gobi ofrece a los pastores y sus comunidades puestos de trabajo, ingresos y un potencial de crecimiento muy necesarios. Una vez que Gobi ha comprado la cachemira a los pastores, ésta es transportada a la fábrica de la empresa en Ulaanbaatar, donde es procesada para dar lugar a productos acabados de gran calidad gracias a equipos y técnicas modernos y dotados de alta tecnología. Además, la empresa fue la primera que obtuvo en Mongolia la normalización ISO 9001:2000 de la Organización Internacional de Normalización, un órgano internacional de elaboración de normas, por aplicar sistemas de gestión de gran calidad.

En la fábrica de Gobi en Ulaanbaatar se procesan más de 1.200 toneladas de cachemira bruta (y de lana de camello) cada año, con las que se elaboran más de 500.000 piezas de punto, 250.000 metros de largo de textiles tejidos y 25.000 piezas de prendas de vestir hechas a medida. Teniendo en cuenta que una cabra sólo produce aproximadamente entre 200 y 380 gramos de cachemira por año, las ingentes cantidades de materia prima de que logra disponer Gobi permiten formarse una opinión favorable de su cadena de suministro y de su relación con los pastores tradicionales nómadas. La empresa también suministra una quinta parte de toda la cachemira de Mongolia y es la mayor marca de cachemira del país, con una cuota de mercado de en torno al 60%. Además, la tienda de oportunidades de Gobi, aledaña a su fábrica, es la tienda de cachemira más grande de Mongolia. Desde su sede en Ulaanbaatar, la empresa exporta sus productos a más de 30 países de cuatro continentes, entre ellos, el Canadá, la UE, la República de Corea, el Japón, la Federación de Rusia y los Estados Unidos de América.

Resultados empresariales

Gobi se ha apoyado en su sólida marca y en su relación con los pastores tradicionales nómadas para hacer frente a muchos cambios drásticos a lo largo de sus 30 años de historia y convertirse en el quinto mayor productor mundial de cachemira y el principal de Mongolia. Desde que la empresa conjunta mongola-japonesa se hiciese con el control de la empresa, las ventas de la misma han aumentado de manera continua. Por ejemplo, en 2008 las ventas de la empresa eran de aproximadamente 15 millones de dólares EE.UU., pero gracias al nuevo equipo, las estrategias de marca y las marcas de certificación, las ventas ascendieron a casi 27 millones de dólares EE.UU. en 2011. A pesar de que ascendieron los costos de la cachemira bruta, los materiales y el combustible a finales del decenio de 2000 y a principios del de 2010, la empresa ha mantenido una liquidez positiva y ha multiplicado casi por ocho sus dividendos por acción durante el periodo de tres años comprendido entre principios de 2009 y finales de 2011. Gracias a importantes avances tecnológicos y a las nuevas estrategias de marca culminadas en 2001, las ventas y los beneficios netos de la empresa crecieron en 2012, y ésta sigue siendo una de las marcas más conocidas de Mongolia.

Fabricado en Mongolia

Con casi la mitad de los tres millones de habitantes de Mongolia dependiendo directamente del pastoreo y la industria textil, la cachemira es una exportación vital para el desarrollo económico continuo del país. La industria de la cachemira de Mongolia, a pesar de hacer frente a una dura competencia del exterior, la competencia desleal en el país, y al aumento de los costos de las materias primas, ha logrado resurgir con fuerza, con Gobi como adalid. Al mantener el importante vínculo entre la protección de los conocimientos tradicionales, la aplicación de tecnologías modernas y la utilización de una sólida cartera de P.I. con nombres de marcas y marcas de certificación, la empresa está en condiciones de proseguir su éxito. Ello no sólo beneficia a Gobi en tanto que empresa, sino también a los pastores nómadas tradicionales, sus comunidades y a la economía mongola. Gobi y sus asociados están redefiniendo el significado de la expresión “Fabricado en Mongolia” con todos y cada uno de sus clientes y están arropando al mundo con la suavidad y calidez propias de la cachemira mongola.


Last update:

26 de septiembre de 2012


Country/Territory:
Mongolia

Company name:
Gobi Corporation

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