Potenciación del papel de las comunidades rurales en el Pacífico

Pure Fiji Export Ltd., Fiji

El océano Pacífico constituye la mayor masa oceánica del mundo y en él habitan algunas de las comunidades humanas más aisladas. En tan vasta extensión, las islas son el hogar de una flora (vida vegetal) y fauna (vida animal) diversas, habiendo creado el aislamiento la aparición de ecosistemas únicos en ellas. Fiji es uno de esos países insulares, integrado por más de 300 islas y 500 islotes (pequeñas islas, por lo general deshabitadas) y está ubicado en el Pacífico Sur, unos 2.000 kilómetros al norte de Nueva Zelandia. Formada por la combinación de la actividad volcánica y tectónica, las islas Fiji son muy boscosas, y desde hace miles de años, sus habitantes han dependido de los recursos que ofrecen los bosques y el océano para su supervivencia y prosperidad.

La ubicación y características geográficas de Fiji la dotan de riqueza de recursos naturales (fotografía: Flickr/Venson Kuchipudi)

Los aceites que se extraen de las hojas, ramas y frutos secos de la flora de Fiji son uno de esos recursos que han desempeñado una función importante en las comunidades del país. Valorados desde hace mucho por sus efectos medicinales y cosméticos, los aceites de Fiji contribuyen a proteger, nutrir, hidratar y sanar la piel y el cabello. En 2000 se constituyó Pure Fiji Export Ltd. (Pure Fiji), una pequeña y mediana empresa, para llevar esos productos y tradiciones a los mercados internacionales. Fundada por la Sra. Gaetane Austin y su hija Andree, Pure Fiji se ha convertido en una de las pymes con más éxito del país. Gracias a su innovadora estrategia de desarrollo de la marca, y con nombres comerciales y de productos protegidos por el sistema de propiedad intelectual (P.I.), la compañía continúa acercando las tradiciones, las fragancias y las esencias de las exuberantes islas Fiji a los consumidores de todo el mundo.

Productos con origen geográfico determinado

Fiji, con una superficie total superior a los 18.000 kilómetros cuadrados, está compuesta de islas e islotes. Las dos islas mayores, Viti Levu y Vanua Levu, con una orografía montañosa, concentran la mayor parte de la superficie del país y de su población de casi un millón de habitantes. Las islas Fiji exhiben una amplia gama de accidentes geográficos, como cadenas montañosas que superan los 1.300 metros de altura, suaves colinas, llanuras, arrecifes de coral y playas de arena blanca. Con escasas fluctuaciones térmicas anuales por la influencia del océano circundante (el cambio es de sólo entre 2°C y 4°C a lo largo del año), vientos alisios y abundantes precipitaciones (hasta 6.000 milímetros/año en algunas zonas), el clima de Fiji alberga fácilmente la mayoría de los tipos de flora tropical.

Las hojas y los frutos secos, que son ingredientes fundamentales de los productos de Pure Fiji, abundan en las montañas y los bosques de Fiji (fotografía: Flickr/Mark Heard)

El carácter remoto del país es también una de las principales razones que explican la diversidad y singularidad de su flora. Una vía por la que árboles, arbustos y otras especies vegetales llegan a Fiji son las corrientes oceánicas. Por ejemplo, una semilla cae de un árbol en una playa de otra isla o en una masa terrestre a miles de kilómetros de distancia. La subida de la marea arrastrará la semilla y la verterá en las corrientes cálidas del océano Pacífico. Llevada por el oleaje, absorberá nutrientes y elementos del océano, protegida entretanto de la luz solar directa. La semilla acabará depositada en la playa de una isla de Fiji, en donde enraizará y crecerá. Este proceso fue una vía importante para la forestación de las islas del país (y de otras islas del Pacífico), y sigue operando en la actualidad. De los cientos de miles de especies de plantas con semilla, apenas unos pocos centenares producen semillas que puedan soportar el viaje a través de las corrientes oceánicas hasta un nuevo hogar, como una isla de Fiji.

Así pues, el clima, la geografía y la lejanía de Fiji han creado un país con una flora singular y diversa. Los cocoteros y una variedad de pinos (como el pino casurina, que alcanza los 20 metros de altura) salpican las playas de las islas, mientras que el interior está cubierto de bosques tropicales. Los manglares también abundan y son cruciales para estas islas, ya que refuerzan los frentes costeros y protegen los arrecifes. La caña de azúcar, la papaya y la lavanda son sólo algunos ejemplos de la larga lista de plantas de Fiji que han proporcionado a su población local recursos naturales durante milenios.

Conocimientos tradicionales

Los habitantes de Fiji han sabido dar a su flora circundante y a otros recursos naturales muchos usos diferentes, transmitiéndose los conocimientos tradicionales de generación en generación. Uno de esos usos es el textil, que cuenta con una rica historia en el país. Hojas, hierbas, cortezas y cáscaras de la flora local son hábilmente entretejidas para crear objetos útiles y manifestaciones artísticas. Por ejemplo, la cáscara de coco se utiliza para elaborar el magimagi, un material similar a la cuerda que se obtiene entrelazando la fibra de las cáscaras desechadas durante la recolección del coco. El magimagi ha servido tradicionalmente de material de unión en lugar de clavos o tornillos, de los que se carecía. También se utilizó para adornar estructuras arquitectónicas con diseños decorativos e intrincados. Los hábiles tejedores de magimagi siguen practicando su oficio en la actualidad.

Rodeados por el océano y por bosques tropicales, los habitantes de Fiji también poseen una rica historia de conocimientos tradicionales de aprovechamiento de los recursos locales para fines alimentarios y medicinales. Si se produce una sequía, saben a qué árboles y hojas recurrir para obtener agua. También saben qué plantas prosperan, dónde y en qué época del año, y su habilidad en la pesca se ha perfeccionado a lo largo de miles de años. Por otra parte, los fiyianos tienen un conocimiento exhaustivo de los beneficios del aceite extraído de frutos secos, hojas y flores, que recolectan con fines medicinales y cosméticos.

Si bien el país atesora abundantes conocimientos tradicionales sobre artesanía, agricultura, pesca y medicina, su potencial no está plenamente aprovechado. Ahora bien, Pure Fiji es una compañía que ha sido capaz de aprovechar estos conocimientos tradicionales, combinarlos con técnicas modernas y utilizar ingredientes naturales para desarrollar productos locales que pueden ser apreciados en todo el mundo.

Investigación y desarrollo

Un día de 1995, la Sra. Austin y su hija Andree, a su regreso a Fiji después de trabajar en una cadena hotelera de los Estados Unidos de América (EE.UU.), estaban analizando maneras de poder mantener a la familia tras el reciente fallecimiento de su marido. «Tenía que encontrar una forma de ganarme la vida», explica. «Era una cuestión de supervivencia, que es una potente motivación». La inspiración favoreció en dos ocasiones a esta viuda con escasas oportunidades de empleo y limitados recursos económicos, y a su hija. La primera, al contemplar a un grupo de niños en edad escolar jugando alegremente al aire libre, lustrosos sus rostros por el aceite de coco que se les había aplicado para repeler a los mosquitos. «Sus rostros resplandecían e irradiaban energía», dijo Gaetane. «Pensé: ¿qué impide al resto del mundo lucir tan feliz y sano?».

El coco es un ingrediente principal de los productos de la empresa (fotografía: Flickr/Alex Masters)

La segunda ocasión fue cuando vieron en las inmediaciones a un camión descargar montones de vau (Hibiscus tiliaceus, o hibisco de playa). Según recuerda Andree, el sol brillaba en las hojas y «miramos en nuestro derredor y dijimos: tenemos todas estas artes tradicionales, el magimagi, el vau (utilizado para trenzar cintas) y voivoi (hojas empleadas en la manufactura de esteras), así como los hermosos tejidos que confeccionan las mujeres». En los montones de vau, Gaetane y Andree vieron un gran potencial: aprovecharían los recursos naturales de Fiji y el talento de las mujeres para elaborar jabones, aceites, lociones y otros productos de alta calidad.

En colaboración con su hija, Gaetane destinó los ahorros familiares, 8.000 dólares de Fiji, a constituir una sociedad, Sandollars Fiji Ltd., dedicada a la producción de jabón prensado a base de ingredientes naturales locales. Sin instalaciones fabriles, las emprendedoras contrataron los servicios de un fabricante local para la producción, mientras que el envasado se haría en la cocina familiar. Inicialmente elaboraron dos productos: Waiwai ni Viti (aceite de coco) y Sovu ni Viti (jabón). Los primeros productos terminados se vendieron a Tappoo Department Stores, un importante distribuidor minorista del país. Después de que el modesto pedido inicial de 12 unidades se agotase rápidamente, Tappoo elevó sus pedidos de productos y pocas semanas después cursó uno por importe de 20.000 dólares de Fiji. Ante tanta demanda, las emprendedoras acometieron actividades de investigación y desarrollo (I+D) de nuevos productos y se plantearon posibles estrategias de negocio.

Para 2000 Sandollars disfrutaba de un éxito significativo en el país, pero, puesto que la población de Fiji rondaba apenas el millón de personas, madre e hija entendieron que si querían que el crecimiento de su empresa tuviera continuidad tendrían que expandirse internacionalmente. A tal fin, las Austin ampliaron ese mismo año el objeto social de Pure Fiji para incluir el desarrollo y exportación de productos nuevos y existentes. Dada la ubicación de Fiji en el Pacífico Sur, las emprendedoras sabían que exportar sus productos supondría problemas fiscales. Tras analizar diferentes estrategias, Pure Fiji decidió centrarse en el nicho de mercado de productos de jabón, belleza y salud de gama alta (pero al mismo tiempo asequibles). De este modo, la pyme pudo diferenciarse, elevar los precios y mitigar en parte los altos costos de exportación.

Cuando se trata de la I+D de nuevos productos, Pure Fiji parte de ingredientes autóctonos de las islas del país que puedan recolectarse fácilmente en sus bosques y playas sin necesidad de cultivo. La línea de productos de esta pyme contiene siempre una serie de ingredientes básicos, en concreto aceites naturales de frutos secos (como el coco, dilo, nuez de la india y macadamia), posidonias (plantas marinas con flores), piña y pasiflora. En la sede de la empresa situada en la capital de Suva, trabaja un químico especializado para desarrollar productos nuevos y exclusivos que se elaboren con estos ingredientes y, en su caso, ingredientes complementarios y fragancias tropicales.

En 2014, la I+D de Pure Fiji ha producido jabones, lociones, cremas y fragancias. Por otra parte, la pyme se ha servido de su experiencia y de las competencias y conocimientos tradicionales de los empleados de las comunidades rurales locales para desarrollar líneas de productos adicionales, como papel de regalo biodegradable, accesorios de boda y velas, así como varillas y nebulizadores aromáticos. Pure Fiji también ha creado una línea de productos de infusión a base de un ingrediente local específico, como coco, carambola y mango. Para cada ingrediente, la compañía ha desarrollado aceites, lociones, jabones, champús y acondicionadores que se pueden utilizar en espás y en casa.

Desarrollo de marcas

Un elemento fundamental de la estrategia de Pure Fiji consiste en desarrollar marcas que aporten al cliente lo mejor de Fiji. En palabras de Gaetane, que destaca la importancia del desarrollo de marcas: «Promocionar la marca Fiji es crucial para nosotros. Creo que los productos tienen un aspecto natural y fresco que se asocia inmediatamente con la nación tropical del Pacífico Sur de Fiji». La compañía ha utilizado esta táctica para su nombre y en toda su línea de productos. Por ejemplo, el logotipo de la empresa contiene una hilera de vistosas flores u hojas tropicales por encima del nombre Pure Fiji, y el uso que hace la compañía de diseños limpios y colores brillantes en los envases evoca de nuevo el océano Pacífico Sur y Fiji. A través de estos y otros productos, tales como cestas de regalo, hechas a mano con componentes de origen local, Pure Fiji ha desarrollado una marca que no sólo es sinónimo de productos de alta calidad, sino también asequibles y que aportan al cliente la experiencia de Fiji.

Además de la marca principal Pure Fiji, que abarca una amplia variedad de productos a la venta, como artículos de belleza, para el cuidado de la piel y el cabello, y aceites, la compañía ha desarrollado otras marcas para designar algunos de sus productos. La marca Reniu se creó para servir de plataforma a muchos de sus productos derivados del coco (como aceite, lociones y jabones). Con la intención de captar un mercado más amplio, Pure Fiji desarrolló la marca Mana'Ia para productos específicamente dirigidos a hombres. Evitando el logotipo típico de colores de Pure Fiji, Mana'Ia utiliza azules y verdes más oscuros y se acompaña del eslogan Pure Fiji Man.

La solidez de la marca es tan consustancial a la empresa que la estrategia de desarrollo de marca de Pure Fiji le ha permitido abstenerse de lanzar campañas publicitarias importantes. En su lugar, la pyme deja que sus productos y marcas hablen por sí mismos, habiendo alcanzado notable difusión por este medio y por la publicidad basada en la referencia directa. Por ejemplo, en 2002, los organizadores de la 54ª edición anual de los premios Primetime Emmy (los «Premios Emmy», un importante acto de reconocimiento a la excelencia en la programación televisiva en los EE.UU.) estaban buscando productos para incluir en una cesta de regalo a cada candidato al galardón. Tras haber tenido noticia de Pure Fiji a través de comentarios de clientes en Internet, los organizadores adquirieron algunos de sus productos para probarlos. Gratamente impresionados, seleccionaron productos de Pure Fiji para incluirlos en la cesta de cortesía e incluso invitaron a sus fundadoras a participar en el acto. Esto concitó una significativa atención internacional sobre la empresa, y todo gracias a la solidez de su marca. Haciendo honor a esta tradición, Pure Fiji se ha convertido en una de las marcas con más éxito de Fiji.

Marcas y nombres de dominio

Pure Fiji ha protegido sus marcas mediante su registro (Imagen: USPTO registro #4257482)

Tras desarrollar sólidos nombres comerciales, Pure Fiji sabía que protegerlos era esencial para la continuidad de su crecimiento y para disuadir a potenciales infractores. A tal efecto, la pyme ha confiado en el sistema de propiedad intelectual (P.I.). Pure Fiji presentó dos solicitudes de registro de marca ante la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos de América (USPTO), que constituye uno de los principales mercados de la compañía. La primera, para el nombre «Pure Fiji» acompañado de una imagen floral, se registró en diciembre de 2012. La segunda para el nombre de la empresa y una imagen de hojas, en marzo de 2014. Conforme la compañía fue ampliando sus actividades presentó nuevas solicitudes de registro de marcas. Siendo así que el Reino Unido representa para la empresa otro importante mercado, en 2004 la pyme solicitó a la Oficina de P.I. del Reino Unido el registro del nombre y el logotipo de la empresa, que se registraron en 2005. En enero de 2005, la compañía presentó una solicitud de registro de marca ante la Oficina de P.I. de Australia para su nombre Pure Fiji que quedó registrado en septiembre de ese año. En enero de 2005, la pyme también solicitó que se registrase la marca de sus nombres Reniu y Mana’ia registrándose ambas en septiembre de ese año.

Además de las marcas, una forma importante mediante la que Pure Fiji comercializa sus productos es a través de Internet. Al objeto de asegurarse su presencia en línea, la empresa compró el nombre de dominio purefiji.com a través del cual los clientes pueden contratar directamente productos de Pure Fiji. Para mantener una estrecha relación con sus clientes y cultivar su imagen de marca, la compañía también utiliza las principales redes sociales como Facebook (en donde cuenta con más de 100.000 «me gusta») y cuentas de Twitter para la empresa, su espá, y su presencia en Australia. Con marcas protegidas por el sistema de P.I. y una intensa actividad en Internet, la compañía ha sido capaz de ampliar con éxito la penetración de sus marcas en nuevos mercados.

Comercialización

Tras el precoz éxito de Pure Fiji, la cocina familiar resultó pronto inadecuada para la producción. A finales de 2001, la empresa arrendó una edificación cercana que se convirtió en la primera fábrica de Pure Fiji. Sólo algunos años después, la pyme desbordó este lugar y en 2004 construyó un nuevo complejo para su sede en Vatuwaqa, una zona industrial de Suva. En ese lugar están ubicadas las oficinas de la compañía, la fábrica de producción y un espá dotado con modernas instalaciones en donde los clientes pueden probar los productos de la empresa.

En lugar de la producción en masa, Pure Fiji sigue el método “justo a tiempo” (“just-in-time”). Esta estrategia persigue incrementar la eficiencia y reducir los desechos recibiendo los materiales sólo cuando son necesarios para el proceso de producción, lo cual reduce los costos de mantenimiento de existencias. Esta estrategia permite también a Pure Fiji proporcionar rentas a las personas de las zonas rurales, especialmente las mujeres, que componen aproximadamente un 75% del personal de la empresa. Al utilizar el método “justo a tiempo”, Pure Fiji ofrece oportunidades de empleo a más de 500 personas de las comunidades locales, recurriendo a ellas para recoger y transformar ingredientes tales como aceite de coco, papel natural, masi (tejido de corteza de árbol), magimagi y cestas tejidas, según sea necesario. Los ingredientes son utilizados a continuación para fabricar la cantidad necesaria de producto en función de los pedidos recibidos. Una vez fabricados, rellenados, etiquetados y envasados, los productos terminados son enviados una vez por semana por vía aérea o marítima, según la celeridad que requiera cada pedido.

La mayoría de los productos de Pure Fiji están hechos a base de aceites derivados de frutos secos. Para comercializar los productos derivados de estos aceites, es preciso realizar antes un proceso de extracción del aceite, existiendo tres métodos principales: disolventes, dióxido de carbono supercrítico y prensado (añadiendo o no calor). El método más común es la utilización de disolventes, pero es necesaria una sustancia química (normalmente, el hexano, que es un derivado del petróleo) que puede dejar residuos potencialmente nocivos. Muchos minerales naturales se pierden en este proceso. El dióxido de carbono supercrítico es dióxido de carbono sometido a una elevada temperatura y presión con el que se extrae sin riesgos una gran cantidad de aceite rico en nutrientes (hasta un 90%), pero es un método muy caro, y los equipos básicos cuestan más de 1 millón de dólares de los EE.UU.

La extracción por prensado –en la que el fruto seco u otro ingrediente es molido y prensado– es un método efectivo en función de los costos y, si se aplica calor, rápido y eficiente. Sin embargo, la aplicación directa de calor (hasta 230°C) ocasiona un deterioro de los nutrientes, del aroma y del color. En la extracción por prensado sin aplicación directa de calor –que se denomina “prensado en frío”– el rendimiento en aceite es inferior, pero se conserva una alta proporción de los nutrientes y aromas originales. Este método también supone un cierto grado de calentamiento, ya sea por calor indirecto o el resultante de la fricción, pero el rango de temperaturas oscila normalmente entre 27°C y 60°C. En Fiji, el Reglamento de Seguridad Alimentaria de 2009 dispone que los aceites prensados en frío sólo pueden obtenerse sin aplicación directa de calor.

Aunque el prensado en frío convencional aporta muchos beneficios (como eficacia en función de los costos y alta calidad), se necesitaba algo más. El objetivo de Pure Fiji de abastecerse de ingredientes directamente en las comunidades locales, ofreciendo así a las mujeres oportunidades de empleo sostenible y fácilmente accesible, suponía que la extracción del aceite debía realizarse en esas comunidades. Aunque dichas comunidades aplican las técnicas tradicionales, el aceite resultante tiene una vida útil muy breve y su exportación no resultaría viable. Sería posible utilizar el prensado en frío convencional, pero sería necesaria una costosa maquinaria que requiere un mantenimiento regular, de modo que para Pure Fiji no era una opción viable instalar y mantener esos equipos en las comunidades rurales de todo el país.

Gracias al método DME, el aceite de coco y de otros vegetales puede ser transformado en el lugar de origen de forma rápida y sostenible (fotografía: Flickr/Mattie Hagedorn)

Después de nuevas averiguaciones, la pyme halló el método Direct Micro Expelling (extracción microdirecta), que es una variante de prensado en frío ideada por el Dr. Dan Etherington. Ese método se sirve de equipos sencillos y asequibles para producir rápidamente lotes diarios reducidos y manejables de aceite, preparados para su venta a empresas como Pure Fiji. Después de moler los frutos secos con un simple rallador mecánico, el material se coloca en una plancha lisa de metal que se calienta a baja temperatura (no superior a 60°C) mediante energía solar o con un fuego suave. Una vez secado, el material se prensa manualmente en un cilindro vertical a fin de extraer el aceite, que conserva la mayor parte de sus nutrientes, aromas y colores naturales, y tiene una vida útil prolongada. El método de extracción microdirecta puede extraer hasta el 85% del aceite de los frutos secos en un plazo de una hora, no consume combustible alguno, puede ejecutarse en equipos de 3 a 7 personas en tanto tiempo como se desee, y es sostenible.

A la vista de las ventajas de ese método de prensado en frío, Pure Fiji lo aplica en todos sus productos derivados del aceite. En el marco de su compromiso de reducir su huella de carbono, la empresa utiliza secadoras solares. Con el fin de aminorar al mínimo indispensable los residuos generados, los materiales de desecho, como las cáscaras de coco y la pulpa prensada, son transformados en abono. Además, cuando se recolectan los ingredientes, sólo se recogen los frutos secos, las frutas, flores o ramas de una planta, quedando el resto intacto. En el caso concreto de los frutos secos, únicamente se recogen los que caen de forma natural al suelo. Con objeto de garantizar la sostenibilidad, muchos árboles y plantas no son cosechados y se plantan otros nuevos con regularidad, lo que garantiza el abastecimiento futuro y evita a la empresa tener que realizar cultivos y regadíos a gran escala.

El control de calidad es esencial para la reputación de la marca de Pure Fiji, y la compañía está obligada asimismo a cumplir las normas de sus mercados de exportación, como la normativa de la Food and Drug Administration de los EE.UU. Antes de fabricar un producto, se inspeccionan y prueban las materias primas, elaborándose una muestra de producto terminado. Una vez aprobada, se produce el resto del lote, que se inspecciona personalmente antes de que quede listo para el transporte. Para garantizar que los productos de la empresa no han resultado dañados durante el transporte, son inspeccionados de nuevo a su llegada y se llevan a cabo las reparaciones necesarias antes de la distribución al cliente.

En 2014, Pure Fiji fabrica y exporta productos de diez clases distintas. Además de su línea de productos de belleza, la pyme comercializa también productos de ambientación (como velas, nebulizadores y varillas aromáticas) basados en los ingredientes naturales de Fiji; productos para el cuidado de la piel derivados del árbol dilo y que se comercializan con el nombre Dilo Rescue; aceite de coco comercializado con el nombre comercial Reniu; y la línea Mana’ia de productos de tratamientos para hombres, que incluye lociones, geles y aceites, también elaborados a partir de ingredientes naturales de Fiji.

La mayor parte de los productos de la empresa son vendidos a hoteles internacionales (en particular, Bellagio, Wynn Resorts y Ritz Carlton), spas, aeropuertos y grandes almacenes. Por otra parte, la empresa explota la Boutique Pure Fiji en la Isla Denarau, Fiji, y ofrece sus productos en venta directamente a clientes particulares a través de sus tiendas en línea en una serie de países (entre ellos, Australia, la República Checa, la República de Corea, Nueva Zelandia, el Reino Unido y los EE.UU.), así como en líneas aéreas como Fiji Airways y Air Pacific.

Salud pública y seguridad alimentaria

Las mujeres de muchas comunidades rurales de Fiji tienen un acceso reducido a oportunidades de empleo, servicios educativos y de atención sanitaria, así como a un suministro seguro de alimentación equilibrada para ellas y sus familias. Consciente de esta situación, Pure Fiji lanzó varias iniciativas para ayudar a estas pequeñas comunidades (con una población de entre 150 y 300 personas), especialmente Makoi, situada en la periferia de Suva, así como la remota comunidad de Wai-ni-Makutu, ubicada en la provincia de Namosi al oeste de la capital. La compañía llevó a cabo estas iniciativas enseñando nuevas competencias a las mujeres de estas comunidades, promoviendo la creación de cooperativas y a continuación recurriendo a ellas para abastecerse de determinados ingredientes que componen los productos de Pure Fiji.

Las competencias tradicionales aplicadas para elaborar productos como el tejido masi han potenciado el papel de la mujer en las comunidades tradicionales (fotografía: Flickr/Matt Westoby)

Muchos de los productos se envasan en papel de colores con el fin de reflejar sus ingredientes naturales y su origen de Fiji. Si bien inicialmente este papel era importado de la República de Indonesia, la familia Austin se percató de que los recursos necesarios para producir papel artesanal podían encontrarse en casa en Fiji y que ello sería ideal para el proyecto de crear proveedores organizados sobre la base de las comunidades. Los naturales de Fiji cuentan con una larga y rica historia de utilizar la corteza interior de la morera del papel (broussonetia papyifera) para fabricar artesanalmente masi (o tejido tapa), que es un tejido empleado en ceremonias tradicionales. Al elaborar masi, la corteza exterior no se usa y se desecha. La familia Austin vislumbró que si estos residuos se recogieran y se combinaran con la pulpa orgánica de plantas y árboles locales (como el bambú, la caña de azúcar y la hoja de piña) podrían emplearse para elaborar un bello papel natural artesanal.

Con la ayuda de la High Commission of Fiji de Nueva Zelandia y del Centre for the Development of Enterprise (una organización internacional que presta servicios no financieros a empresas de África, el Caribe y el Pacífico), Pure Fiji contrató a un experto de Nueva Zelandia para que enseñara a las mujeres de la comunidad Wai-ni-Makutu el modo de fabricar papel de alta calidad que pudiera competir en el ámbito internacional. Con el nombre proyecto Pepa Ni Viti, la compañía estableció una planta de transformación, junto con los equipos necesarios, y facilitó la formación requerida. A resultas de ello, las mujeres de la comunidad llegaron a ser fabricantes de papel capacitadas. Pueden llevar a cabo todas las fases del proceso productivo, desde la recolección de los ingredientes naturales apropiados hasta las fases finales de secar y probar el papel. Las mujeres que participaron en el proyecto, anteriormente en situación de desempleo, confeccionan entre 1.000 y 5.000 hojas de papel por semana de dos tipos: hojas más gruesas para bolsas y hojas más finas para envoltorios. Gracias a esta iniciativa, estas mujeres –y muchos de sus familiares que se han unido al proceso de recolección y transformación– no sólo han conseguido fabricar un producto de alta calidad apreciado por consumidores de todo el mundo, sino que han podido incrementar sus medios de subsistencia..

Las mujeres participantes en este proyecto, con el dinamismo derivado de estos cambios, han destinado sus nuevos ingresos a ayudar considerablemente a sus comunidades. Por ejemplo, pudieron instalar un generador para suministrar electricidad, que permite el bombeo de agua, lo cual es decisivo para la salud pública y la seguridad alimentaria de la comunidad. Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación, un organismo especializado de las Naciones Unidas, un acceso deficiente al agua constituye una restricción trascendental para una producción alimentaria suficiente y es una causa fundamental de pobreza y hambre. Dado que normalmente son las mujeres las que recogen y gestionan los recursos hídricos, el bombeo del agua les permite destinar más tiempo a incrementar sus ingresos –por ejemplo, mediante el proyecto papelero de Pure Fiji– mejorando así su dieta y la de su familia.

El incremento de los ingresos y el suministro eléctrico posibilitaron también que la comunidad se hiciera con una nevera y un congelador. Ello ha aportado significativos beneficios en materia de salud pública, ya que ahora las personas pueden disponer de alimentos anteriormente inaccesibles (por ser necesario conservarlos en una nevera o congelador), tienen una dieta más equilibrada a lo largo de todo el año y disfrutan de una mayor seguridad alimentaria. La refrigeración asegura la seguridad de los alimentos perecederos, ya sean de origen vegetal o animal, reduciendo sustancialmente el crecimiento bacteriano y las enfermedades de origen alimentario. Ello beneficia a todos los miembros de la comunidad y contribuye a mantener una dieta equilibrada y segura, así como una nutrición adecuada. Además, la iniciativa de producción de papel ha contribuido a sufragar la construcción de nuevas instalaciones educativas. Una escuela secundaria de Wai-ni-Makutu ha sido ampliada con nuevas aulas y una biblioteca, por lo que más de 150 niños adicionales han tenido acceso a la enseñanza.

En un recorrido por los mercados de Suva es posible encontrar cestas tejidas vendidas por mujeres de la localidad de Makoi. Aunque son hábiles tejedoras, en un día bueno sólo venden unas pocas cestas. Pure Fiji percibió la oportunidad de aprovechar su talento para lanzar otra iniciativa que no sólo proporcionaba a la empresa un suministro de cestas tejidas, sino que también ofrecía a las mujeres unos mayores ingresos y una mejor calidad de vida. La empresa usa las cestas como recipientes para algunas de sus líneas de productos o en eventos especiales, como en la ceremonia de los Emmys (2002). En lugar de importar dichas cestas, la compañía inició una colaboración con las tejedoras de Makoi.

Cuando se necesitan cestas, Pure Fiji proporciona a las tejedoras de Makoi las dimensiones (mediante un bloque de madera en torno al cual puede tejerse la cesta), el número requerido y los niveles de calidad que deben cumplir las cestas para que sean compradas. Las tejedoras confeccionan las cestas y las llevan a la fábrica de Pure Fiji, en donde la empresa las compra en efectivo. Dado que la pyme exige una calidad constante, muchas de las tejedoras han sido capaces de mejorar sus competencias. En consecuencia, pueden vender más cestas a Pure Fiji y a otros clientes. “Mi vida ha cambiado desde que empecé esta actividad,” afirma la Sra. Mereani Rogo Walesi, una tejedora de Makoi, al explicar cómo ha beneficiado la iniciativa a ella y su familia. “Podemos… enviar a los niños a la escuela y cumplir otros compromisos domésticos y tradicionales.” Dependiendo de los pedidos, las tejedoras de Makoi elaboran hasta 200 cestas por semana.

Los programas de Pure Fiji han beneficiado la salud pública y la seguridad alimentaria de los habitantes de las comunidades rurales, incluidos los niños (fotografía: Flickr/Kanaka Menehune)

En virtud de esta iniciativa, las tejedoras de Makoi han podido incrementar sus ingresos, perfeccionar sus competencias y beneficiar a la comunidad. Por ejemplo, muchos hogares tienen ahora acceso a la electricidad y a depósitos de agua, que suministran un agua más segura y reducen la necesidad de ir a buscar agua diariamente. De este modo, pueden dedicar mayor atención a la actividad de tejido de cestas, aumentando así sus medios de subsistencia y ayudar a sus familias y comunidades. Una serie de tejedoras de Makoi han tenido también la posibilidad de destinar sus nuevos ingresos a sufragar las cuotas escolares de sus hijos.

Además de estas iniciativas, la aplicación del método de prensado en frío de Pure Fiji ha contribuido a incrementar la seguridad alimentaria y a proporcionar un mayor acceso a la atención sanitaria para los proveedores de la empresa. Dado que las materias primas son transformadas en origen, los proveedores de poblaciones rurales –principalmente mujeres– tienen acceso a un empleo que no les obliga a desplazarse fuera de sus comunidades. Asimismo, el rápido proceso de transformación del método de extracción microdirecta supone que los proveedores pueden dedicar la cantidad de tiempo de la que dispongan a la transformación de las materias primas. Teniendo en cuenta la importante función que estas mujeres desempeñan en sus comunidades y familias, la posibilidad de trabajar en sus propios hogares durante períodos de tiempo flexibles les ha ofrecido una modalidad de empleo sostenible. En consecuencia, con las rentas que perciben las mujeres pueden dedicar más tiempo a mejorar sus comunidades, por ejemplo mediante la instalación de generadores de electricidad y refrigeradores para la conservación de los alimentos, la posibilidad de pagar la atención sanitaria necesaria y el aumento del acceso de los niños a la educación a través de la construcción de escuelas.

Cuando las materias primas se transforman en aceite, quedan residuos en forma de cáscaras, cortezas y la pasta prensada de la que se extrajo el aceite. En lugar de desecharlos, estos residuos son utilizados para mejorar la seguridad alimentaria de las comunidades rurales. Las cáscaras, cortezas y otros residuos vegetales se mezclan y se usan como abono para jardines, lo cual contribuye a incrementar el suministro de frutas y verduras frescas. La pasta prensada, ahora desprovista de la mayor parte del aceite, se utiliza como alimento tanto para personas como para ganado. La pasta residual, que aún contiene muchos nutrientes como proteínas, asegura un ganado saludable (una fuente vital de recursos alimentarios), lo cual mejora a su vez la salud pública de las comunidades. Asimismo, dado que dicha pasta es apta para el consumo humano puede ser molida finamente como harina y emplearse como un valioso suplemento dietético.

Alianzas

En septiembre de 2011, la Pacific Cooperation Foundation, una asociación independiente sin ánimo de lucro entre los sectores público y privado de Nueva Zelandia y otros Estados insulares del Pacífico, lanzó el programa True Pacific. En estrecha colaboración con productores de alimentos, bebidas y artículos artesanales únicos de las islas del Pacífico, el programa ayuda a dichos productores a crecer y entrar en nuevos mercados. Para ello, True Pacific ha desarrollado una marca de calidad –“True Pacific, the Best of the Pacific”– y el correspondiente sistema de concesión de licencias.

Para adherirse al programa y obtener la licencia de marca de calidad, un productor debe inscribirse en True Pacific y cumplir una serie de criterios de evaluación, como por ejemplo la implantación de buenas prácticas empresariales, unos productos con vida útil y calidad uniformes, así como el cumplimiento de todas las normas en materia de salud y seguridad de los mercados de destino. Pure Fiji fue la primera compañía en recibir la certificación True Pacific, que acredita a los clientes el origen y la calidad de la marca Pure Fiji, impulsando la expansión de la empresa en Nueva Zelandia y otros países. Para explicar la importancia de la certificación de la compañía, Carla Konia, portavoz de Pure Fiji en Nueva Zelandia, declaró: “Nos identificamos apasionadamente con lo que True Pacific pretende lograr. No sólo promovemos empresas, sino que también resaltamos el perfil del área en la que se fabrican los productos.”

Resultados en el comercio y la industria

Pure Fiji, partiendo de unos recursos limitados y en una región en la que la exportación es costosa, se ha convertido en una compañía en rápida expansión con una marca pujante. Sólo algunos años después de su constitución, los productos de la pyme eran demandados por grandes cadenas hoteleras internacionales (como Sofitel), aparecían en revistas (tales como Women’s Day y Healing Arts), y eran utilizados en grandes ceremonias de entrega de premios (como los Emmys en los EE.UU.). Pure Fiji es el único fabricante de cosméticos establecido en Fiji y pasó de ser una pequeña explotación familiar a contar con más de 100 trabajadores y ofrecer oportunidades a más de otros 500 en el marco del suministro y transformación de materias primas. Con la protección que el sistema de P.I. otorga a los nombres comerciales de la empresa en virtud de los registros de marca, en 2014 los productos de Pure Fiji se exportan a distribuidores de países como Australia, Nueva Zelandia, el Reino Unido y los EE.UU.

Los productos y el éxito de la compañía han sido también reconocidos en numerosas ocasiones. Pure Fiji fue la primera empresa propiedad exclusivamente de mujeres en recibir el Premio Exportador del Año del Primer Ministro de Fiji (2001) y ha recibido muchos galardones desde entonces, como el Premio Envasado ECO de la Health & Beauty Association (2007), el Premio de la Cámara de Comercio Fiji-Australia al Exportador a Australia (2011), y el Premio de la Comunidad Cocotera de Asia-Pacífico (2013).

Tradiciones del otro lado del océano

Con cálidas playas, bellos arrecifes y exuberantes bosques húmedos tropicales, la belleza y los recursos naturales de Fiji son evidentes a primera vista. Sin embargo, por la situación del país en el océano Pacífico Sur, quizás resulta menos patente que se trata de una ubicación ideal para establecer una compañía exportadora. En efecto, Pure Fiji se enfrentó a muchos desafíos al iniciar sus actividades, entre ellos los altos costos de exportación por la distancia a los mercados de destino de la empresa. Basándose en los conocimientos tradicionales y los ingredientes locales, Pure Fiji fue capaz de desarrollar productos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, ofreciendo puestos de trabajo para cientos de personas y llevando un pedazo asequible de Fiji a clientes de todo el mundo.


Last update:

30 de junio de 2014


Country/Territory:
Fiji

Company name:
Pure Fiji Export, Ltd.

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