Comprar verde: la minería del oro cambia de color

Oro Verde, Colombia

Desde el siglo XVII, personas de origen africano vienen luchando por sobrevivir en remotas y densas selvas de Chocó, departamento de la costa occidental de Colombia. Los habitantes de Chocó, conocidos como afrocolombianos, fueron originalmente llevados a la región para trabajar como esclavos en sus minas de oro. Estos mineros, que viven y trabajan en pequeñas unidades basadas en la familia, sufrían con frecuencia desplazamientos con sus familiares, carecían de poder en la sociedad y estaban infravalorados económicamente.

Sin embargo, a comienzos de los años 1980 el Gobierno colombiano inició en la región algunos programas con el fin de elevar el nivel de aquella comunidad remota. El año 2000 marcó un hito cuando los mineros afrocolombianos de Chocó se unieron a emprendedores sociales y formaron la Corporación Oro Verde, una organización sin fines de lucro.

La minería que se acostumbra practicar se realiza de diversas maneras, una de las cuales es el “mazamorreo”, técnica en la que se emplea una batea de metal para coger grava en el lecho del río. En la foto, minero artesanal de Rwanda (Foto: Graham Holliday)

Oro Verde, con sede en Chocó, ha rejuvenecido la extracción y producción de oro tradicionales, ha abierto nuevos cauces de comercialización y ha desarrollado la capacidad social de los habitantes de la región. Además, la Corporación Oro Verde ha aplicado en la zona políticas imaginativas y ambientalmente sostenibles.

Conocimientos tradicionales

Tradicionalmente, los trabajadores de la pequeña minería artesanal de Chocó (incluidos los municipios de Condoto y Tadó) practican una minería de gran densidad de mano de obra pero muy especializada utilizando herramientas manuales. La minería que se acostumbra practicar en Chocó se realiza de diversas maneras, una de las cuales es el “mazamorreo”, técnica que se utiliza en verano en la que se emplea una batea de metal para coger grava en el lecho del río. Además, durante los prolongados veranos se utiliza el método del “zambullidero”: un minero extrae en la desembocadura del río sedimentos que luego se filtran para obtener oro, que se recoge y, después de pesado, se vende.

Los habitantes de Chocó que se dedican a la pequeña minería artesanal, extrayendo oro en las estaciones secas y lluviosas, trabajan habitualmente en relativo aislamiento. Además, su trabajo suele ser económicamente ineficiente, está sujeto a fluctuaciones de precios y dependen de intermediarios que faciliten la comercialización. En consecuencia, estos mineros han carecido de influencia y de acceso directo a los mercados y por ello se han visto frecuentemente atrapados en un ciclo de adversidades, endeudamiento y pobreza (con enfermedades y degradación del medio ambiente).

Con todo, los residentes de Chocó se han decantado por su tradición de minería artesanal y se han acogido a Oro Verde con el fin de mejorar su capacidad socioeconómica y al tiempo conservar el medio ambiente.

Investigación y desarrollo, y asociaciones

Oro Verde fue creada por Catalina Cock Duque, experta en política social y empresaria. Antes, en 1997, la Sra. Cock Duque había fundado con otros una organización comunitaria denominada “Amigos de Chocó” (Amichocó), entidad que promueve la sostenibilidad ambiental y estrategias de comercialización para los afrocolombianos de la región (la organización se convirtió posteriormente en rama consultiva de Oro Verde).

A través de Amichocó, la empresaria social y sus colegas llevaron a cabo iniciativas de investigación y desarrollo (I+D), por ejemplo estableciendo contactos con pequeños mineros artesanos y entrevistándolos. En estas entrevistas los mineros de Chocó confirmaron que preferían conservar y desarrollar las prácticas mineras artesanales antes que subcontratar la extracción o vender sus tierras a grandes empresas mineras.

Complementando sus experiencias en materia de organización comunitaria con sus estudios en política y planificación social en el Reino Unido, esta especialista en ciencias sociales convertida en empresaria social regresó a Colombia y se puso a trabajar con 12 comunidades afrocolombianas en Condoto y Tadó. Al poco tiempo, la Sra. Cock Duque creó Oro Verde.

Partiendo desde la base popular y con un presupuesto mísero, la empresaria apeló a la generosidad y el apoyo de familiares, amigos y voluntarios. En estas primeras etapas, la Sra. Cock Duque dispuso una estrategia de I+D, uno de cuyos componentes fue crear una relación de confianza y transparencia con los habitantes de Chocó.

Por ejemplo, trabajando con consejos comunitarios (entidades jurídicas creadas en 1993 que comprenden las familias ancestrales de la zona) y oficinas municipales, la empresaria consiguió obtener el apoyo general para la iniciativa Oro Verde. Una vez creada, Oro Verde siguió afrontando serios problemas, por ejemplo cómo hacer realidad su misión principal: la creación de capacidad para los hombres y mujeres que se dedican a la pequeña minería artesanal.

La Sra. Cock Duque se aseguró de que lo primero fuera la participación de los afrocolombianos, en tanto que propietarios ancestrales de la región, en la organización y las aspiraciones de la iniciativa Oro Verde. Con el fin de orientar el desarrollo de la OSL, también entabló consultas con expertos en sostenibilidad ambiental e iniciativa empresarial comunitaria.

Debido principalmente a estas colaboraciones, la Sra. Cock Duque pudo desarrollar la capacidad de los pequeños mineros artesanales de la región en materia de adopción de decisiones y de administración, mejorando también sus habilidades negociadoras con socios como gobiernos y empresas.

Catalina Cock Duque, experta en política social y empresaria colombiana, fundadora de Oro Verde. (Foto: Ute Vogel)

En esta etapa temprana, Both ENDS, organización no gubernamental (ONG) que impulsa la conservación del medio ambiente y los programas de mitigación de la pobreza desde su sede en Ámsterdam (Países Bajos), aportó un apoyo financiero crucial. Habiéndose asegurado los fondos, Oro Verde inició una serie de mejoras en la comunidad, entre ellas la de crear nuevas formas de coordinación, seguimiento y aplicación de procedimientos de la minería artesanal.

La Corporación Oro Verde ofreció a los dirigentes comunitarios de la zona formación en iniciativas de concienciación, como visitas a los mineros (en las que se explicaban los objetivos de Oro Verde) y la facilitación de programas de formación sobre métodos de administración y empresa, por ejemplo en prácticas contables del sector de la minería del oro.

Además, varios mineros artesanales recibieron, a través de talleres financiados por Amichocó, formación en técnicas para la creación de productos a base de oro como joyas para el mercado internacional (iniciativa que, aunque prometedora al principio, se abandonó porque los clientes preferían que se les suministraran productos de oro en bruto de la región y no artículos de consumo acabados).

A la Sra. Cock Duque no le arredraron los primeros contratiempos y se centró en lo que quizás es la más importante innovación de Oro Verde: mejorar la reputación de los afrocolombianos de Chocó y modernizar sus procedimientos de trabajo. A tal fin, la Corporación creó para la comunidad de mineros artesanales nuevas normas internacionales que estarían refrendadas por certificaciones. En este proceso fue crucial la noción, relativamente nueva entonces, de “minería responsable”, esto es, la actividad de extracción de metales preciosos en la que se tienen en cuenta las repercusiones ambientales, socioeconómicas y culturales.

En colaboración con varios socios (entre ellos Rainforest Rescue International (RRI), otra organización sin fines de lucro que se dedica a la investigación en materia de protección de entornos vulnerables, con sede en Galle (Sri Lanka)), en 2004 Oro Verde contribuyó a fundar la Alianza por la Minería Responsable (la “Alianza”).

Por medio de esta Alianza, organización que desarrolla prácticas de extracción minera que son económicamente viables y ambientalmente sostenibles al tiempo que procuran la equidad para los trabajadores, Oro Verde creó un sistema independiente de certificación de la minería del oro para los mineros afrocolombianos que viven en Chocó.

Este nuevo sistema, el Programa Oro Verde Certificado, conocido en inglés con el nombre de Certified Green Gold Programme, abarca diez puntos cruciales, elaborados en consulta con los consejos comunitarios. La finalidad de algunos de estos puntos es la de limitar la destrucción ecológica causada por las prácticas de extracción minera, eliminar el uso de productos químicos en esas prácticas, velar por la igualdad de género, eliminar el trabajo infantil en las minas y limitar la actividad minera en zona forestal al 10% de la zona.

Los procesos de certificación de la Alianza, en los que personal de Amichocó hace el seguimiento y se ocupa de controlar la garantía de calidad para el Programa Oro Verde Certificado (que, además, se basa en normas establecidas por la Organización Internacional de Normalización (ISO), entidad mundial que se encarga de la fijación de normas técnicas y está constituida por diversas organizaciones nacionales de normalización), han recibido el respaldo nacional e internacional.

La iniciativa del Programa fue aceptada por el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP), entidad con participación pública y privada que trabaja en la gestión sostenible de los recursos naturales en Quibdó, Chocó. De hecho, el IIAP asumió con posterioridad el papel de tercera parte certificadora del programa.

El Programa Oro Verde Certificado abarca diez puntos cruciales, entre ellos medidas con las que se procura reducir al mínimo la destrucción ecológica causada por la extracción minera (Foto: Brodie Ferguson)

El Programa Oro Verde Certificado fija un camino claro y verificable (o proceso de la cadena de custodia) que los mineros artesanales deben seguir con el fin de obtener la certificación. Para satisfacer las normas de esa cadena, los mineros de la región han de llevar su oro, que se habrá extraído según los criterios establecidos por el Programa, a un punto de recogida local, administrado por personal de la OSL, donde se procede a su pesado y registro.

Tras este proceso, los miembros del consejo comunitario confirman el peso del oro (o del platino) y pagan al minero su valor de mercado más una prima del 2%. A partir de ahí, los miembros del Amichocó se ocupan de los demás eslabones de la cadena de custodia, que comprenden el transporte y la comercialización del mineral hasta el punto donde encuentra al comprador (empresas internacionales que comercian con oro, fabricantes y joyeros).

Además, cada eslabón de la cadena (que puede ser objeto de procesos de valor añadido, a través de microrrefinerías, donde el oro se refina y se agrupa en lotes) es objeto de un estrecho seguimiento y el oro es sellado con un número único del Programa Oro Verde Certificado. Además, este número específico puede ser seguido por los clientes (particulares o empresas) a través de una base de datos gestionada por Amichocó.

La iniciativa de minería responsable Oro Verde no sólo ha mejorado los procesos de extracción minera de los afrocolombianos, sino que también ha aportado credibilidad, transparencia y legitimidad a lo que históricamente era una actividad artesanal mal gestionada. Aunque satisfacer las normas del Programa Oro Verde Certificado puede llevar su tiempo (se pueden tardar meses en cumplir sus estrictas normas), se han sumado a este sistema unos 1.400 mineros que representan a más de 100 unidades familiares.

Gracias a la certificación, los mineros artesanales Chocó han podido mejorar los métodos y normas de producción de manera verificable y sostenible: en conjunto, se han recogido más de 14 kg de oro (con una pureza del 85%) y más de 4 kg de platino. Estos mineros también han conseguido precios más justos para sus productos, seguridad en sus lugares de trabajo y sostenibilidad en el medio ambiente. A medida que los consejos comunitarios han ido aumentando su capacidad de producción y de gestión, el papel desempeñado por Amichocó y el IIAP se ha ido reduciendo al de contratista al que se recurre sólo en caso necesario.

Entre tanto, la influencia de Oro Verde para cambiar esta industria ha seguido creciendo y extendiéndose. En 2012 se habían unido a las normas de certificación de minería responsable de la Corporación 24 organizaciones locales, nacionales y regionales de cuatro países. Ese mismo año, en las oficinas principales de Oro Verde trabajaban 15 empleados y los miembros de la comunidad afrocolombiana estaban representados en la junta rectora de la organización.

Desarrollo de marcas y comercialización

Con el fin de introducirse en el mercado internacional de metales preciosos y competir frente a rivales establecidos, Oro Verde ha hecho valer su reputación en los aspectos de la transparencia, la calidad y la equidad. Para ello, Oro Verde ha trabajado con sus socios para asegurar que los productos de oro y platino de la organización sean distinguibles y se los pueda rastrear hasta sus orígenes y procesos de producción. A este proceso se ha incorporado la Fundación Biodiversa, empresa de comercialización creada por Oro Verde con el fin de facilitar el desarrollo de la marca y su comercialización.

Miembros del consejo comunitario confirman el peso del oro (o el platino) y pagan al minero su valor de mercado más una prima del 2% (Foto: Enough Project)

Biodiversa (que colabora estrechamente con Amichocó, y de hecho ambas organizaciones comparten las mismas oficinas) ha mejorado la marca de “Oro Verde” colaborando con socios internacionales, entre ellos la Alianza y la Fair Trade Labeling Organization International (FLO), asociación mundial que promueve la equidad en el comercio entre productores y empresas.

Trabajando con la Alianza y con la marca de certificación Fairtrade (gestionada de manera independiente por la FLO y con la que se identifica a los productores, mineros incluidos, que satisfacen las normas de la FLO), la empresa de comercialización creó un segundo sistema de certificación y marca para la pequeña minería artesanal denominado Fairmined. Ideada para complementar la marca “Oro Verde”, el Programa Oro Verde Certificado y la etiqueta Fairtrade, la certificación Fairmined ha elevado las normas de producción de los mineros artesanales (mediante seminarios de formación impartidos por la FLO a los mineros) y ha aumentado la notoriedad de la marca Oro Verde.

Una parte importante de los requisitos de certificación de los productos de oro de los mineros afrocolombianos consiste en velar por que durante las etapas de procesamiento, refinado y fabricación se mantengan separados los productos que están certificados de los que no lo están. En parte, esta separación se asegura porque Biodiversa sólo celebra contratos con refinerías preseleccionadas y con mineros artesanales previamente certificados, todo ello aparte del propio proceso de la cadena de custodia, que es objeto de un minucioso seguimiento. Las etiquetas y certificaciones Fairmined y Fairtrade, que aparecen simultáneamente en los productos de oro y platino de Oro Verde, han facilitado la comercialización de la iniciativa comunitaria.

Los metales de la Corporación Oro Verde, que se distinguen con su propia etiqueta, se han comercializado a empresas como Cred Jewellery (CRED), fabricante de accesorios con sede en West Sussex, Reino Unido. La CRED no sólo ha disfrutado de las ventajas financieras de obtener sus materias primas de Oro Verde, sino que, siendo uno de los miembros fundadores de la Alianza, este joyero ha impulsado la “minería responsable” mejorando al tiempo la notoriedad de la marca Oro Verde.

El joyero británico ha creado en su sitio web una estrategia de comercialización, denominada CRED Sources, en la cual destaca los orígenes de sus metales preciosos (por ejemplo, oro amarillo de 18 quilates (K) y oro de aleación blanca y platino. De hecho, desde 2011 todos los productos de CRED (entre ellos, anillos de bodas, brazaletes, pendientes y otros accesorios) se han creado con oro y platino procurados a través de Biodiversa.

Fairmined y Fairtraded se han convertido después en una marca buscada, sobre todo entre los clientes (empresas y consumidores) que desean conocer el origen y la repercusión socioeconómica que tienen los productos que compran. Además, Biodiversa gestiona todos los contratos empresariales de Oro Verde (incluidos los acuerdos con refinerías) y la logística (por ejemplo, los contratos internacionales de la organización comunitaria para procurarse productos y suministrarlos) y también desarrolla y aplica estrategias de inversión para Oro Verde.

En 2012, los mineros artesanales de Chocó afiliados a Oro Verde recibieron por sus productos de oro y de platino un precio equitativo, que se evaluó en por lo menos el 95% de la tasa que aplica la London Bullion Market Association (LBMA), asociación que es clave en el sector y fija diariamente el precio internacional del oro. Además de ello, los mineros recibieron una prima Fairtrade (calculada en el 10% de la cifra aplicable de la LBMA), que se invierte en iniciativas económicas, sociales o ambientales en Chocó.

Ese mismo año, Oro Verde, por conducto de Biodiversa, comercializó lingotes de oro refinado de 24 K y oro en bruto y vendió platino tanto en bruto como en polvo. Además, la Oro Verde gestionó acuerdos de comercialización con varias empresas (por ejemplo, S&P Trading, joyero con sede en Francia) de algunos países, como Alemania, Canadá, Dinamarca, los Países Bajos y el Reino Unido.

Marcas

Las comunidades mineras certificadas tienen que cumplir la normativa nacional y de la OIT en materia de trabajo infantil, por ejemplo la prohibición de que los menores de 15 años trabajen en una mina (Foto: Adriana Gome)

La iniciativa Oro Verde se creó con el fin de dar una nueva imagen de marca al sector de la minería artesanal de Colombia y comercializar en un nicho del mercado los productos que la distinguen. Por tanto, los creadores de Oro Verde quisieron asegurarse los derechos de propiedad intelectual con la intención de despejar el camino a su estrategia de marca. Para ello, la Sra. Cock Duque y sus colegas se valieron del sistema de la P.I./p>

Efectivamente, en 2010 se registró la marca OroVerde (oro verde, en inglés) en uno de los mercados más lucrativos de la organización, los Estados Unidos de América, a través de la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos. Ese mismo año, en otro mercado clave para la OSL, el Reino Unido, se presentó una nueva solicitud (que en 2012 se encontraba pendiente) para convertir Green Gold en una marca a través de la Oficina de la Propiedad Intelectual del Reino Unido (UKIPO).

La marca e imagen de Oro Verde, consistente en una esfera dorada sobre una ola verde bajo la cual evolucionan las letras “Green Gold”, ha creado una marca memorable y distinguible para la comunidad de mineros artesanales de Chocó. Además, la marca ha tenido resonancias en clientes de todo el mundo, tanto empresas como consumidores. Debido a ello, Oro Verde ha podido mejorar su identidad entre los consumidores y concertar internacionalmente acuerdos de comercialización lucrativos con los clientes.

Medio ambiente y salud pública

A pesar de los vínculos históricos del oro con el poder y la riqueza y de su versatilidad como metal, en ocasiones su búsqueda ha tenido secuelas desagradables como la degradación del medio ambiente y la disminución del bienestar de los mineros, incluidos los mineros artesanales. En 2012, el sector de la minería vertió unos 180 millones de toneladas de desechos tóxicos (incluidos metales pesados y productos químicos) a ríos, lagos y océanos de todo el mundo (Earth Works, 2012). Además, tales contaminantes con frecuencia han afectado negativamente a las personas, la fauna, la flora y la vida marina.

No obstante, Oro Verde ha estado a la vanguardia de las organizaciones del sector que han desarrollado estrategias para revertir ese proceso. En el contexto de la estrategia de minería responsable de Oro Verde, en las regiones donde se extrae el oro se han adoptado diversas medidas de sostenibilidad del medio ambiente y de fomento de la salud (y los derechos) de los trabajadores, incluidos los mineros jóvenes y las mineras.

Oro Verde ha velado por mantener y estimular los métodos tradicionales de minería. Se instruye a los mineros artesanales certificados a que aparten la capa superior del suelo antes de algunas actividades mineras y lo recoloquen después de ellas a fin de devolver el entorno a un estado que se aproxime lo más posible al original. También se anima a estos trabajadores a que practiquen la diversificación en el uso de la tierra, por ejemplo mediante actividades no mineras como los cultivos agrícolas o la pesca, una forma de gestión forestal conocida como sistema de “silvicultura análoga”.

Las comunidades mineras certificadas tienen que cumplir la normativa nacional y de la OIT en materia de trabajo infantil, por ejemplo la prohibición de que los menores de 15 años trabajen en una mina (Foto: Adriana Gome)

Los mecanismos de la silvicultura análoga, con los que se trata de mantener el estado natural del bosque al tiempo que se extraen beneficios económicos de él, también están consagrados en la iniciativa del Programa Oro Verde Certificado. En contraste, la extracción minera modernizada suele recurrir a productos químicos y a excavadoras industriales que laceran el medio ambiente causando degradación de los suelos, desforestación y desplazamientos de población (tanto humana como no humana).

De hecho, anualmente se liberan al suelo en todo el mundo entre 650 y 1.000 toneladas de mercurio debido a la minería artesanal. Si bien tales productos químicos pueden facilitar el proceso de extracción minera, también afectan negativamente al bienestar de los trabajadores, pues la exposición al mercurio puede afectar a los riñones, el estómago y los músculos. Además, estos contaminantes pueden dañar el medio ambiente, incluso a la zona biogeográfica de Chocó, de gran riqueza ecológica y que se extiende desde la frontera septentrional de Colombia con Panamá hacia el sur, a lo largo de la costa del Océano Pacífico. Esta importante zona alberga más de 10.000 especies vegetales y 900 de aves (Critical Ecosystems Partnership Fund, 2002).

La Corporación Oro Verde, entre tanto, se ha cerciorado de que en las minas con certificados Fairtrade/Fairmined estén prohibidos los productos químicos potencialmente tóxicos como el mercurio y el cianuro, que históricamente vienen utilizando la minería artesanal y la minería industrial para ayudar a extraer los metales.

Oro Verde, in addition, has implemented policies that enhance the rights of workers and their families, including the rights and health of both women and young people. The need to protect children in particular has been pressing because the ASM gold mining industry has had one of the worst cases of child labor in the world (International Labor Organization, ILO, 1999).

Además, Oro Verde ha aplicado políticas que impulsan los derechos de los trabajadores y de sus familias, incluidos los derechos y la salud tanto de las mujeres como de los jóvenes. En particular, apremiaba proteger a los niños, porque la minería artesanal del oro cuenta con uno de los peores antecedentes de trabajo infantil del mundo (Organización Internacional del Trabajo, OIT, 1999).

Las comunidades de la minería certificada tienen que cumplir la normativa nacional y de la OIT sobre el trabajo infantil, incluida la prohibición de que los menores de 15 años trabajen en las minas. No obstante, la reglamentación de Oro Verde va más lejos que la norma de la OIT, y exige que a ningún niño (edad inferior a 18 años) se le permita trabajar en condiciones peligrosas en una mina. Además, según las normas de Oro Verde no se permite a los niños que trabajen en la minería como alternativa a la escolarización o a la participación en actividades de desarrollo social o físico.

La organización comunitaria también ha trabajado por mejorar el papel de la mujer en este sector de actividad. En 2011, Oro Verde y Amichocó colaboraron con algunos expertos y organizaciones (por ejemplo, cineastas, profesionales de la igualdad de género y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, organismo especializado de las Naciones Unidas) en estudios de investigación social y seminarios sobre la función de la mujer en la comunidad.

El resultado de estas colaboraciones fue la realización de un documental educativo que describe la vida de una mujer minera (titulado Mama Chocó) y la creación de un proyecto de plan de trabajo para aplicar políticas de género en las estrategias de desarrollo de Oro Verde. Por último, tanto los hombres como las mujeres de la comunidad minera de Oro Verde han adquirido el derecho a la negociación colectiva.

Con el fin de tener éxito en la aplicación de sus estrategias socioeconómicas y ambientales, la Corporación ofrece a los mineros dos incentivos económicos: la prima Fairtrade para las causas sociales, fijada en el 10% del precio de la LBMA, y la prima ecológica, para iniciativas ambientales, fijadas en el 5% del precio de la LBMA.

Los mineros han podido utilizar la prima Fairtrade (a través de un proceso democrático en los consejos comunitarios) para mejorar la producción comprando nuevo equipo de minería, desarrollando proyectos comunitarios, por ejemplo la construcción de nuevas viviendas para los trabajadores, o invirtiendo en un fondo de pensiones. Además, esta prima se ha utilizado para mejorar la salud de las familias afrocolombianas de la región por medio de proyectos comunitarios de salud.

Para 2007, la comunidad afrocolombiana había protegido 7.900 hectáreas de selva tropical de la región y recuperado zonas antes densamente minadas y muy degradadas. Foto: Luis Pérez)

Por otro lado, la prima ecológica se ha utilizado para algunos programas ambientales como el de facilitar fondos para que los mineros puedan diversificar sus tierras y así generar ingresos de la agricultura y participando en talleres educativos sobre gestión de la tierra, por ejemplo la plantación de árboles.

Como resultado de los programas ambientales y sociales de Oro Verde, en 2007 la comunidad afrocolombiana había protegido 7.900 hectáreas de selva tropical y recuperado grandes extensiones de tierras densamente minadas y degradadas en Chocó. El mismo año, la Corporación Oro Verde dio grandes pasos hacia la mejora de la salud y la reducción de la desigualdad de género en la región (en 2012, el 28% de los mineros certificados de Oro Verde eran mujeres).

Resultados económicos

Oro Verde ha cambiado las reglas del sector de la minería artesanal en Colombia y ha mejorado las normas. Ha aumentado además los ingresos, mejorado la situación social de los mineros y sostenido el medio ambiente. En consecuencia, el modelo empresarial de Oro Verde ha recibido la aclamación internacional.

De hecho, el modelo empresarial de la Corporación Oro Verde no sólo se ha aplicado en Colombia, sino que lo han adoptado varios países y organizaciones en todo el mundo. Por ejemplo, el programa de certificación de Oro Verde se ha utilizado en un programa piloto gestionado por Transfair, organización sin fines de lucro con sede en los Estados Unidos de América, que trabaja con comunidades productoras en todo el mundo.

De igual manera, países de las Américas como Bolivia, Ecuador y el Perú han adoptado el programa de certificación de Oro Verde en sus sectores de minería artesanal. En 2009 estaba previsto que les siguieran los países de África en los que se practica la minería artesanal.

Debido a su creciente influencia mundial, Oro Verde fue premiada con la medalla de oro (2009) de la SEED Initiative, organización internacional que apoya pequeños programas empresariales de inspiración social.

Además, Oro Verde ha visto aumentar su capacidad año tras año desde su creación. Entre 2005 y 2008, por ejemplo, la organización vio aumentar en un 355% sus ventas de oro y platino. En 2008, la rama empresarial y de comercialización de Oro Verde, Biodiversa, compró oro por valor de unos 181 millones de pesos colombianos (102.000 dólares EE.UU.) a mineros artesanales de Chocó, y vendió oro a joyeros por unos 174 millones de pesos colombianos (98.000 dólares EE.UU.). Para finales del mismo año, las ventas de la empresa de comercialización se situaron en unos 400 millones de pesos colombianos (227.000 dólares EE.UU.).

Además, los consejos comunitarios certificados de Oro Verde gestionaron unas 143.000 hectáreas de tierras colectivas en los municipios de Condoto y Tadó (que reúnen una población de unas 30.000 personas). En 2012, los metales preciosos de Oro Verde se vendieron a algunos joyeros minoristas de varios países del mundo como Alemania, Australia, Canadá, Colombia, Dinamarca, Estados Unidos de América, Francia, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Tailandia.

Oro Verde y Amichocó colaboraron con algunos expertos y organizaciones por medio de estudios de investigación social y seminarios centrados en el papel de la mujer en la comunidad. En 2012, el 28% de los mineros certificados de la región eran mujeres (Foto: Banco Mundial)

La mejora de la norma de calidad verde

Partiendo de un presupuesto mísero pero basado en una clara estrategia de desarrollar la capacidad de una comunidad marginada, Oro Verde mostró cómo una iniciativa popular puede estimular a las personas, utilizar sus conocimientos ancestrales y penetrar en la economía moderna con productos competitivos.

Desarrollando las habilidades y los procedimientos de los mineros, y creando una imagen de marca muy precisa con el respaldo de certificaciones del sector de actividad y del sistema de la P.I., la Corporación Oro Verde ha abierto nuevas líneas de comercialización, aumentado los ingresos y sostenido el medio ambiente de zonas remotas de Colombia.

Los trabajadores afrocolombianos pueden estar orgullosos del papel que han desempeñado en la protección de sus tradiciones en la minería del oro, la mejora de las normas de calidad en esa minería y el desarrollo de su capacidad y sus perspectivas socioeconómicas.


Last update:

28 de enero de 2013


Country/Territory:
Colombia

Company name:
Corporacion Oro Verde (Oro Verde)

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