Mary Engelbreit: artista y empresaria

Antecedentes

El extraordinario talento de Mary Engelbreit, hoy famosa artista gráfica e ilustradora de libros infantiles, se hizo evidente a una edad muy temprana. De niña, lo que deseaba Mary era hacer dibujos, así que con sólo 11 años se trasladó a su primer “estudio”, un armario ropero de su casa que vaciaron apresuradamente. “En él metimos apretadamente una mesa y una silla, y la temperatura era de más 40 grados”, recuerda, “pero allí me pasaba las horas, dibujando feliz”.

El camino de Mary para hacerse ilustradora profesional estuvo lleno de peripecias. Nada más acabada la escuela secundaria se fue a trabajar a una tienda de objetos de arte en San Luis, Missouri. Luego trabajó unos años para una pequeña agencia publicitaria mientras de paso aceptaba proyectos por cuenta propia, hizo exposiciones independientes de sus obras artísticas e incluso trabajó brevemente como caricaturista para un periódico, el St. Louis Post-Dispatch.

En esos primeros años, Mary aprendió mucho y consiguió ganarse la vida modestamente, aunque no le satisfacía dibujar por encargo de clientes autónomos. Sabía que sus mejores obras eran las que le salían de la cabeza. Lo que de verdad quería era ser ilustradora de libros infantiles.


La cadena de televisión KETC visita los estudios de Mary Engelbreit en San Luis.

Licencias

En 1977, recién casada y con el entusiasta apoyo de su marido, Phil Delano, llevó sus dibujos a Nueva York para probar suerte en algunas editoriales de renombre. La acogida de los editores fue “tibia”, y uno de los directores artísticos le sugirió que probara a ilustrar tarjetas de felicitación. “Por entonces me sentí como hundida”, recuerda. “Era como rebajarme después de haber ilustrado libros”. Pero muy pronto Mary se dio cuenta de que aquella sugerencia no era mala. Descubrió que el formato de las tarjetas de felicitación encajaba bien con el estilo de sus ilustraciones. En unos meses había negociado su primera licencia al vender por 150 dólares tres dibujos para tarjetas y había firmado un contrato de corta duración con otra empresa del ramo.

Una vez que hubo encaminado su talento y su energía a las tarjetas de felicitación, el éxito llegó deprisa. Varias empresas notorias del sector le compraron sus dibujos y las ventas fueron rápidas. Desde entonces, Mary Engelbreit no ha dejado de aprovechar oportunidades. A medida que su línea de tarjetas de felicitación aumentaba en volumen y popularidad, su obra llamó la atención de otras empresas deseosas de obtener de la singular obra artística de Mary licencias para una amplia gama de productos como calendarios, camisetas, tazas, libros para regalo, sellos de goma, figuritas de cerámica y otros.

Con todo, “los comienzos con las licencias son difíciles”, admite Mary. “Producir y comercializar dibujos es una empresa enorme y costosa que no intenté hasta que no fui bien conocida en el sector y tuve un socio con mucha experiencia comercial y buenos contactos en el banco”. Para poner en marcha su negocio de tarjetas de felicitación, Mary solicitó un crédito de 60.000 dólares para cubrir los gastos de impresión de 5.000 ejemplares de cada uno de los 20 dibujos con los que comenzó. A continuación se centró en dibujar para que su colección de tarjetas sobrepasara los 100 dibujos que hacían falta para crear una línea acorde con lo establecido. Entretanto, su socio se ocupó de la comercialización y de la distribución, formando una red de vendedores representantes para promover en las tiendas de todo el país las tarjetas de Mary y ocuparse de los stands en las ferias comerciales.

“Creo que triunfamos, porque mi obra y mi nombre llegaron a ser conocidos por más y más personas. Mis dibujos eran muy diferentes de todo lo que ya estaba en el mercado, y eso me dio una ventaja”. La originalidad le dio el triunfo a Mary, pero llevó tiempo. “Durante año y medio estuvimos pagando a nuestros empleados (un encargado de almacén y dos secretarias), al impresor local y a nuestros representantes, pero no a nosotros. O sea, que empezar desde cero es más que una tarea MONUMENTAL a tiempo completo, y en todo ese período necesité otras fuentes de ingresos”.

Aunque el abanico de los productos de Mary Engelbreit sujetos a licencia ha seguido ampliándose con fuerza, Mary y su personal procuran asegurarse de que ese crecimiento sea también inteligente y producto de la reflexión. Tienen sumo cuidado en colaborar únicamente con las mejores empresas y no escatiman esfuerzos en cerciorarse de que las ilustraciones de Mary se reproduzcan con la máxima fidelidad a su obra original.

Derecho de autor

Mary sabe bien que su obra creativa está protegida por el derecho de autor y recomienda que los artistas conserven todos los derechos de su obra y registren a su nombre el derecho de autor de cada dibujo una vez se haya imprimido. “Conservar mis derechos de autor me da la libertad de conceder licencias a muchos fabricantes para utilizar la misma imagen. Por ejemplo, de mi ilustración “Chair of Bowlies” se han otorgado licencias para todo tipo de reproducción, desde camisetas y tazas hasta carteles y artículos de papelería”, explica Mary.

Y resume: “En virtud de las licencias, a los artistas cuyas ilustraciones están amparadas por el derecho de autor se les debe pagar una regalía, que consiste en un porcentaje del volumen de producción mayorista vendido a los minoristas. Lo bonito de las licencias es que el fabricante asume el riesgo y la responsabilidad de lo que es la elaboración y la distribución de los productos, y el artista, por su parte, dispone de más tiempo para dibujar.”

Marcas

En 1988, las empresas de Mary Engelbreit presentaron su primera solicitud de registro de marca ante la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos (USPTO), registrando la denominación “Mary Engelbreit” como marca de servicio. Desde entonces, sus empresas han solicitado más de 30 registros de marcas, entre ellas Mary Engelbreit® (para la “concesión de licencias de ilustraciones gráficas personalizadas amparadas por el derecho de autor y registradas como marcas para su utilización en regalos y artículos del hogar”, “servicios de tiendas minoristas” y “artículos de papel en hojas, a saber, artículos de papelería y tarjetas”), Leading the artful life® (para “artículos de papelería y revistas de decoración y diseño interior, mejoras en el hogar, cocina, ilustraciones y productos artesanales y jardinería y/o paisajismo”) y ME ink® (para “tarjetas de felicitación”).

Desarrollo de marcas

Con el paso de los años, Mary ha desarrollado una potente imagen de marca para sus ilustraciones. La amplia variedad de acuerdos de licencia negociados activamente por su empresa ha impulsado el crecimiento y el conocimiento de sus marcas gracias a la fabricación y distribución de productos de calidad que llevan las ilustraciones de la autora. Esta asociación con sus licenciatarios, sólida y mutuamente beneficiosa, permite a Mary y a su equipo centrarse en crear más ilustraciones que se apliquen a productos de toda forma y tamaño, mientras que los licenciatarios corren con la fabricación, distribución y venta de los productos. La parte correspondiente a las licencias en la actividad comercial de Mary es tan importante que su departamento de desarrollo de productos creó un sistema específico para tramitar las solicitudes y autorizaciones.

Resultados empresariales

Para 1986, las tarjetas de felicitación de Mary Engelbreit se habían convertido en un floreciente negocio de un millón de dólares anuales. La autora decidió conceder la licencia de sus tarjetas a Sunrise Publications a fin de disponer de más tiempo para sus creaciones artísticas y de ampliar su negocio en otros sectores. En 1995 contrató a Greg Hoffmann, su amigo y consejero jurídico desde hacía tiempo, como jefe ejecutivo encargado de administrar la empresa. Hoy, los Estudios Mary Engelbreit tienen contratos con decenas de fabricantes que han producido en total más de 6.500 productos, con un saldo de más de mil millones de dólares en ventas al por menor acumuladas. Y en 2001 Mary vio hacerse realidad su sueño cuando firmó un contrato para ilustrar libros infantiles del gigante editorial HarperCollins. El libro que supuso su debut, "The Night Before Christmas", estuvo once semanas en la lista de superventas del New York Times.

Entre 1996 y 2009 Mary fue también editora jefe de la revista de estilo de vida creativo “Mary Engelbreit’s Home Companion” que ha sido premiada y que abarca temas como vida familiar, alimentación, decoración, proyectos artesanales, mercadillos y objetos coleccionables.

A lo largo de los años, Mary Engelbreit ha compartido su buena fortuna con diversas organizaciones benéficas y causas nobles a las que se siente inclinada de corazón. Como lectora ávida que es, Mary siempre se ha dedicado al fomento de la alfabetización. En 2000 puso en marcha una sociedad con First Book, organización sin ánimo de lucro que entrega libros nuevos a niños de familias de bajos ingresos. Su contribución al cartel conmemorativo de la jornada "Make a Difference Day" de esta organización fue determinante para que en el año 2000 pudieran entregar 2 millones de libros a grupos consagrados a la alfabetización de esos niños.

En 2000 y 2002, Mary Engelbreit fue homenajeada con los premios “Best Art License of the Year” en la ceremonia anual de gala y entrega de premios de la International Licensing Industry Merchandisers' Association (LIMA). También en el año 2000 figuró en el segundo lugar de la lista de artículos bajo licencia más vendidos, sólo por detrás de Winnie the Pooh.

Hoy día, miles de tiendas minoristas venden productos de Mary Engelbreit a sus innumerables admiradores, y los Estudios Mary Engelbreit continúan sumando licenciatarios y nuevas categorías de productos. Casi 30 años después de su primer viaje a Nueva York, Mary hizo realidad su sueño de ilustrar libros infantiles, y en la actualidad forma parte de un selecto grupo de artistas que cuentan con tres títulos infantiles incluidos en la lista de superventas del New York Times. Aunque en el curso de los años muchas personas trataron de desanimarla, según sus palabras “siempre tuve fe en mi misma y ahora estoy viviendo mi sueño”.

Las licencias de productos artísticos como actividad de éxito y modelo de realización personal

La historia de Mary Engelbreit constituye un asombroso éxito comercial, tanto más si se tiene en cuenta que todo empezó con una niña de ideas firmes que a la edad de 11 años decidió que iba a ser artista. Aunque los Estudios Mary Engelbreit han crecido convirtiéndose en empresa mundial de licencias y artículos al por menor, esa niña sigue formando parte de su núcleo y, aunque ya es adulta, sigue dibujando sus ilustraciones con el mismo maravillado sentido de imaginación y entusiasmo.


Last update:

25 de marzo de 2010


Country/Territory:
Estados Unidos de América

Company name:
Mary Engelbreit Studios

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