Titularidad: Miko Marfori; empresa propietaria: Sony Music Entertainment

Inteligencia artificial: la sinergia entre tecnología y creatividad

Por Geoff Taylor, vicepresidente ejecutivo de Inteligencia Artificial de Sony Music Entertainment.

23 de abril de 2025

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La inteligencia artificial y la creatividad no tienen por qué ser fuerzas contrapuestas. Geoff Taylor, vicepresidente ejecutivo de Inteligencia Artificial de Sony Music Entertainment, vislumbra un futuro en el que la innovación tecnológica y los derechos de propiedad intelectual vayan de la mano, guiados por los principios fundamentales del consentimiento, la compensación, la atribución y la transparencia.

Prácticamente a diario nos enteramos de algún debate que ha surgido entre las empresas tecnológicas y el sector creativo en torno al futuro de la inteligencia artificial (IA). Esto no es nada nuevo: el debate sobre la tecnología y la propiedad intelectual (PI) a menudo se ha planteado como una elección dicotómica entre la una y la otra. Sin embargo, la historia nos muestra que se trata de una falsa disyuntiva. Como ha puesto de manifiesto la industria de la música de manera reiterada, existe una sinergia robusta y positiva entre el progreso tecnológico y el respeto por la PI.

Durante más de un siglo, la evolución tecnológica ha definido la forma en que los artistas y los seguidores se relacionan con la industria musical. Hoy en día, la IA ofrece formas completamente nuevas de impulsar la creatividad e imaginar nuevos modelos de negocio. Ahora bien, su aparición conlleva importantes complicaciones.

Muchos artistas ven cómo su trabajo se utiliza para entrenar modelos de IA y generar nuevos contenidos competidores sin su consentimiento, sin reconocimiento y sin compensación. Además, su voz y su imagen están siendo objeto de apropiación indebida para crear ultrafalsificaciones. Esto perjudica gravemente su capacidad para ganarse la vida y les priva del control sobre su propia identidad artística. La singularidad de la voz y la imagen de un artista es la esencia misma de su identidad como intérprete. En Sony Music, como empresa que invierte gran cantidad de recursos en el talento humano, estamos comprometidos con la protección de su trabajo y creatividad frente al uso indebido derivado de la utilización de la IA.

Hemos emitido más de 75 000 avisos de retirada para proteger a nuestros artistas de las ultrafalsificaciones y las portadas generadas mediante IA.

La música es una de las creaciones más valiosas de la humanidad. Nos conecta emocionalmente, inspira la innovación e impulsa la cultura. Los avances que ha experimentado la música grabada, desde los discos de vinilo de larga duración hasta el Walkman de Sony, los discos compactos, los iPod y la transmisión en continuo de música, han ido transformando de manera constante el ecosistema musical. No obstante, cada salto tecnológico se ha sustentado en la colaboración entre sellos discográficos y empresas tecnológicas que brindaban nuevas experiencias a los seguidores, al tiempo que respetaban la creatividad de los artistas.

Ahora nos encontramos ante una nueva frontera con la revolución de la IA, impulsada en su esencia por la síntesis y el análisis de siglos de conocimiento y creatividad humana. Aunque las capacidades de los modelos de IA dependen por completo del pensamiento humano y de sus ideas, algunas empresas de IA están tratando de convencer a los gobiernos de que deberían permitirles utilizar toda la creatividad humana de forma gratuita. Su objetivo es utilizar esos “datos” para generar nuevos contenidos que compitan con los contenidos legítimos de los servicios existentes para los consumidores, pero sin su principal costo empresarial, el pago a los creadores. Esto supondría una distorsión del mercado sin precedentes e injustificable. Creemos que existe un enfoque mejor, más sostenible, basado en el respeto mutuo y la colaboración.

Apropiarse subrepticiamente del trabajo de otras personas, sin su consentimiento, para crear productos que pueden acabar con su negocio está lejos de parecer una práctica legítima.

Nosotros vemos el futuro de la IA como parte de una colaboración comercial innovadora entre empresas creativas y desarrolladores de IA. Estas alianzas deben respetar algunos principios fundamentales.

El primero es el principio del consentimiento y la compensación. Los desarrolladores de IA deben solicitar la autorización antes de utilizar la obra de un artista, ya sea para fines de entrenamiento o de clonación. No se les debe permitir apropiarse en beneficio propio de cualquier obra creativa que puedan encontrar en línea y que no esté protegida por un etiquetado de seguridad por su creador. Estos sistemas de "dejación" son injustos por principio e impracticables en cuanto a su aplicación. Recompensar a los creadores de manera justa por sus contribuciones fomentará la inversión sostenida en la creación de nuevos contenidos culturales, lo que a su vez animará a los consumidores a utilizar la tecnología.

La atribución es otro principio fundamental. Los sistemas de IA deben registrar y acreditar las obras en las que se basan, de manera que se garantice el reconocimiento debido de los creadores, así como una compensación adecuada.

Por último, está la transparencia. Debe informarse a los usuarios cuando el contenido o las interacciones estén generados mediante IA. Esto fomentará la claridad y la confianza.

Estos principios son la base de un ecosistema sostenible que beneficia a la tecnología y a los creadores, del mismo modo que la colaboración comercial dio lugar a 15 años de innovación y crecimiento constantes en la transmisión en continuo de música.

Geoff Taylor posa de pie al aire libre frente a una pared de hormigón texturizado, con una chaqueta azul sobre una camisa blanca, sonriendo discretamente a la cámara.
Sony Music Entertainment
Geoff Taylor.

En Sony Music, hemos adoptado ya esos principios en iniciativas éticas de IA y estamos inmersos en múltiples negociaciones para conceder licencias de uso de nuestra PI a desarrolladores de IA. Y siempre que lo hagamos, haremos partícipes de los ingresos de la IA a los artistas de manera justa, como hacemos con otros formatos digitales.

Por ejemplo, a los seguidores de The Orb y David Gilmour se les permitió utilizar la IA generativa para crear sus propias remezclas de audio y del material gráfico del álbum Metallic Spheres. La IA se ha utilizado en otros proyectos para cambiar la imagen de los artistas en los videos musicales.

Desafortunadamente, por el momento, estos usos responsables de la IA siguen siendo excepciones. Muchos desarrolladores de IA entrenan sus modelos con contenido protegido por derechos de autor sin autorización ni compensación. Algunos sostienen que esto constituye un uso legítimo, pero no hay nada de legítimo en apropiarse en secreto del trabajo de otras personas, sin su consentimiento, para desarrollar productos comerciales que no se comparten con los creadores que han creado el producto original.

Además, actuar de esta manera es poco sensato, ya que la innovación en el campo de la IA requerirá un flujo constante de nuevos contenidos humanos originales para que los productos de la IA sigan siendo pertinentes y atractivos. La combinación de innovación cultural y tecnológica es lo que llevará al éxito.

De momento, el problema más acuciante que planea sobre la música en relación con la IA es la clonación vocal no autorizada. Las grabaciones ultrafalsas generadas mediante IA se apropian indebidamente de las voces de los artistas. Estas “grabaciones” confunden a los seguidores y distorsionan la identidad y la reputación de los artistas. En Sony Music, hemos emitido más de 75.000 avisos de retirada para proteger a nuestros artistas de esas ultrafalsificaciones y versiones no autorizadas realizadas con IA, pero a menudo la retirada por parte de las plataformas de transmisión en continuo se produce con lentitud, si es que llega a producirse.

Las leyes deben ratificar claramente que el uso de contenidos protegidos por derechos de autor para entrenar sistemas de IA requiere una licencia.

Cada minuto cuenta. La IA generativa, incluida la generación de música y los videos fotorrealistas, se está desarrollando rápidamente. No obstante, resulta alentador que el mercado comercial de las colaboraciones con la IA esté cobrando impulso, aunque su desarrollo se vea frenado por el hecho de que muchas empresas de IA siguen apostando por poder obtener contenidos de forma gratuita.

El éxito de la industria musical con la transmisión en línea, respaldado por marcos de derechos claros y acuerdos de negociación de licencias, ofrece un valioso modelo para lograr un resultado equilibrado y beneficioso para todos. Hoy en día, hay más de 750 millones de suscriptores de pago en todo el mundo que disfrutan de acceso bajo demanda a enormes bibliotecas de música a precios asequibles, lo que beneficia tanto a los creadores como al sector tecnológico y a los consumidores.

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) desempeña un papel fundamental a la hora de formular un marco para las políticas mundiales en materia de IA que armonicen los derechos de PI con la innovación tecnológica. Una protección robusta de la PI puede ir de la mano de la innovación del libre mercado para garantizar que la IA esté al servicio de la humanidad, y no al revés.

Juntos, al fomentar las alianzas comerciales entre los desarrolladores de IA y los titulares de derechos de PI, podemos construir un ecosistema en el que la tecnología amplifique la creatividad humana en lugar de reemplazarla, protegiendo nuestra cultura común y garantizando un futuro sostenible para los creadores e innovadores de todo el mundo.

La División de PI y Tecnologías de Vanguardia de la OMPI organiza cada año dos sesiones del Diálogo de la OMPI, un foro abierto para debatir sobre las repercusiones de las tecnologías de vanguardia en todos los derechos de PI y salvar la brecha de información existente en este campo complejo y en constante evolución.

Descargo de responsabilidad: Las opiniones expresadas en este artículo son las de su autor y no reflejan necesariamente las de la OMPI ni las de sus Estados miembros .