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La historia del éxito de Inova: transferencia de tecnología en el Brasil

Noviembre de 2009

Por Rachel Bueno

En este artículo, la periodista Rachel Bueno explica por qué la oficina de transferencia de tecnología de la Universidad en la que trabaja es considerada un modelo para otras instituciones científicas y tecnológicas del Brasil.

La Universidad de Campinas (Unicamp), principal institución pública educativa de enseñanza superior del Brasil, presentó sus tres primeras solicitudes de patente en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) del Brasil en 1989. Veinte años después, Unicamp, reconocida actualmente a nivel internacional por su excelencia en la enseñanza y la investigación, ocupa el segundo lugar detrás de Petrobras, la poderosa empresa petroquímica del Brasil, en el número de solicitudes de patente presentadas en el INPI, que asciende a 591 hasta la fecha. Gran parte de este éxito puede atribuirse a la labor de la Agencia de Innovación Inova Unicamp, primera oficina de transferencia tecnológica creada en una universidad brasileña.

Creada en 2003, Inova cuenta con más de 50 empleados y lleva a cabo una gran diversidad de actividades, incluidas la de explicar a la comunidad universitaria la importancia de proteger la propiedad intelectual; preparar y presentar las solicitudes nacionales e internacionales de patente de Inova; negociar acuerdos de concesión de licencias tecnológicas; y gestionar el vivero de la Universidad de nuevas empresas.

Solamente en 2008, Inova presentó 51 solicitudes en el INPI y 12 solicitudes internacionales a través del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT); registró 13 marcas y la autoría de 10 programas de computadora; concedió licencias a la industria de tres de sus innovaciones tecnológicas; y concluyó más de 30 acuerdos de investigación en colaboración con empresas e instituciones brasileñas, que se confía que aporten unos 8 millones de reales brasileños (un poco menos de 5 millones de dólares estadounidenses) en inversiones para Unicamp. A finales de 2008, se habían comercializado en el Brasil cinco tecnologías de laboratorio de Unicamp, lo que generó unos ingresos para la Universidad de unos 900.000 reales brasileños en concepto de regalías.

Cambio de paradigma

El Presidente de Unicamp, profesor Fernando Costa, explica que “la creación de Inova demostró que la innovación tecnológica constituye un elemento decisivo del desarrollo en el Brasil. Pese a que las empresas deberían ser siempre las principales innovadoras de un país, Unicamp es consciente del papel fundamental que pueden desempeñar las universidades en los sistemas nacionales de innovación menos desarrollados”. El profesor Costa hace hincapié en que Unicamp no ha perdido de vista su misión fundamental, ofrecer una enseñanza de alta calidad, realizar investigaciones de primera línea y ampliar los servicios y otros recursos basados en el conocimiento a la sociedad en su conjunto, al tiempo que crea una importante cartera de activos de propiedad intelectual.

Inova ha llevado a un cambio de paradigma en la mayoría de los 22 campus y centros de investigación de Unicamp. Cuando se puso en marcha Inova, la Facultad de Ciencias Médicas tenía cuatro patentes en curso y nunca había concedido una licencia tecnológica. A finales de 2008, había presentado 33 solicitudes de patente y firmado cuatro contratos de licencia con la industria. El efecto sobre la utilización del PCT también ha sido extraordinario. Antes de la existencia de Inova, Unicamp había presentado solamente una solicitud internacional de patente; a finales de 2008, había presentado 32.

El Instituto de Química de Unicamp es quien ha llegado más lejos en la aplicación de lo que ha aprendido sobre la importancia de proteger la propiedad intelectual. En el momento de redactar este artículo, el Instituto había presentado 214 solicitudes de patente. El profesor Fernando Galembeck, inventor principal de dos tecnologías sobre las que Unicamp ha concedido licencias, señala que el proceso de transferir la tecnología a la industria “ha sido extremadamente positivo” para la investigación que se lleva a cabo en su laboratorio, al “aportar recursos complementarios sustanciales” y contribuir a crear “un ambiente de mayor entusiasmo y preocupación por la pertinencia de los resultados”. El profesor Galembeck subraya que “si no disponemos de patentes y no concedemos licencias sobre ellas, las invenciones no se transformarán en productos y procesos comerciales reales. Y si solamente publicamos los resultados, tendremos que pagar mañana por los frutos de nuestro propio trabajo”.

El profesor Licio Velloso, inventor de la Facultad de Ciencias Médicas, creó una sustancia sintética basada en la insulina para tratar la diabetes mellitus, de la que se concedió una licencia a Aché Laboratórios en 2006. Aché planea invertir 2 millones de reales brasileños durante la fase inicial de desarrollo del fármaco, que se está llevando a cabo conjuntamente con la Universidad. Según el profesor Velloso, los primeros ensayos finalizarán durante el primer semestre de 2010.

Retos y logros

Con todo, Inova se enfrenta a un reto fundamental a la hora de convencer al cuerpo docente, a los investigadores y a los alumnos de que sus invenciones pueden transferirse más fácilmente a la sociedad si protegen su propiedad intelectual. “Recibimos un total de 72 informes de invenciones en 2008”, dice el profesor Roberto Lotufo, Director Ejecutivo de Inova. “Sin embargo, todavía nos queda un largo camino por recorrer para sensibilizar a la comunidad universitaria sobre la importancia de proteger la propiedad intelectual”.


Producción de la prueba TF-Test desarrollada
en el Instituto de Biología (Foto: Inova)

Otro reto al que se enfrenta Inova es la revisión de la política de Unicamp en materia de propiedad intelectual para adaptarla tanto a la Ley federal innovación de 2004 como a la Ley estadual de innovación de 2008. Actualmente, hay una comisión especial de la Universidad que está en curso de estudio de una amplia propuesta en esta materia.

El profesor Lotufo pone de relieve los resultados del proyecto InovaNIT como uno de sus logros más importantes. El objetivo de InovaNIT es asistir a otras instituciones públicas científicas y tecnológicas del Brasil para la creación de oficinas de transferencia tecnológica, tal como requiere la Ley federal de innovación. El profesor Lotufo señala que “desde su inicio, en julio de 2007, hasta diciembre de 2008, el proyecto ha prestado asistencia a 186 instituciones, y han participado un total de 539 personas en los 24 cursos que ha ofrecido”. En 2009 se ha publicado una recopilación de artículos escritos por los instructores de los cursos.

Inova prevé que “probablemente recibirá menos regalías de los contratos de licencia de tecnología en 2009 en comparación con 2008, pero no podemos decir si la reducción está relacionada con la crisis financiera”. Otros factores que pueden hacer que fluctúen los ingresos por regalías pueden ser los cambios en los canales de distribución o comercialización de los productos bajo licencia.

Unicamp recibió un importante impulso en 2008 cuando recibió financiación estatal para la construcción de un Centro de investigación e innovación en el campus principal de Campinas. El Centro dispondrá de laboratorios dedicados a proyectos de investigación en colaboración, así como una infraestructura de vivero de empresas con capacidad para 50 nuevas empresas.

Los objetivos futuros de Inova son similares a sus objetivos iniciales: “profesionalizarnos más en la forma de gestionar la propiedad intelectual y comercializar la tecnología; atraer a Unicamp más proyectos de investigación en colaboración; y estimular el espíritu empresarial tecnológico y la creación de un entorno local de innovación”.

Las licencias tecnológicas generan productos comerciales

Hay cinco productos basados en tecnologías bajo licencia de Unicamp disponibles en el mercado brasileño:

  • Una prueba para determinar la causa principal de la sordera genética en bebés recién nacidos. Esta tecnología galardonada, creada por el Centro de Biología Molecular e Ingeniería Genética, se transfirió en 2004 bajo licencia a la empresa de diagnósticos DLE, que la comercializó en 2005.
  • Una medicina fitoterapéutica, producida a partir de una sustancia que se encuentra en la soja, para tratar los síntomas de la menopausia. La Facultad de Ingeniería de Alimentos presentó dos solicitudes de patente para esta tecnología, de la que concedió una licencia a Steviafarma en 2004. La medicina se lanzó mercado en 2007, tras la aprobación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA).
  • Un nanocompuesto polimérico de arcilla (Imbrik) que puede utilizarse como materia prima para una amplia gama de productos. El Imbrik fue inventado en el Instituto de Química, y se concedió una licencia de su proceso de producción a Orbys Tecnologia de Nanocompositos Poliméricos en 2005. Dos años después, otra empresa, LCM Bolas, lo utilizó para producir Nanoball, una pelota de tenis más duradera y resistente.
  • Un reactivo para la destrucción in-situ y ex-situ de contaminantes medioambientales. Creado en el Instituto de Química, en 2007 se concedió una licencia de este reactivo a Contech Produtos Biodegradáveis, que se comercializa bajo el nombre de marca Fentox.
  • Una prueba de materia fecal para el diagnóstico parasitológico. Immunoassay firmó un acuerdo con Unicamp en 2008 para la comercialización de la prueba TF-Test (Three Fecal Test), creada en el Instituto de Biología. La empresa está produciendo y distribuyendo esta prueba entre varios hospitales y laboratorios de análisis clínicos.

El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.