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¿Será Netflix sinónimo de distribución en línea y dominación mundial?

Por Ed Harris, OMPI. Fecha de publicación: 15 de abril de 2014

¿Podrá el Presidente de los Estados Unidos de América, Frank Underwood, extender su dominación más allá de Washington D.C. hasta los confines del mundo?

Escenas de rodaje en el plató de la producción keniana "Me, My Wife and Her Guru." (Foto: cortesía de Alex Konstantaras)

Puede que el político estadounidense, manipulador y asesino, que protagoniza Kevin Spacey en la serie "House of Cards" de Netflix sea un personaje de ficción, pero en la vida real, muchos consideran que las series son el futuro de las películas: un híbrido televisivo, superproducción estilo Hollywood, que se transmite directamente a los hogares por flujo continuo en línea (streaming). Sin embargo, para otros cinéfilos, sobre todo aquellos que viven en las regiones menos desarrolladas del mundo, una relación entre producción y distribución en constante evolución como ésta todavía es un sueño lejano.

Con ocasión de una conferencia brindada en Edimburgo, Escocia, el Sr. Spacey expuso su opinión sobre el futuro de las películas. Estará signado por un nuevo tipo de confluencia de los medios, caracterizada por nuevas formas de distribución, tales como Netflix, donde la frontera entre "película" y "televisión" desaparece y una temporada completa de “House of Cards”, con sus trece capítulos, se ofrece en línea para que los espectadores puedan verlos sin otra limitación que la del tiempo que aguanten delante de la pantalla.

"Los niños que crecen hoy en día, no notan diferencia alguna... Para ellos todo es puro contenido, historias comunes y silvestres", dijo el Sr. Spacey. El público ha manifestado su voluntad: quiere que le contemos historias y las quiere ya. Cual hinchada, nos alienta para que cumplamos con sus expectativas."

Netflix

¿Pero qué estrategia hay que aplicar si se busca captar a un público lo más amplio posible a escala mundial? Netflix surgió en California, Estados Unidos, a finales de los noventa, y se hizo conocida gracias al servicio de alquiler de DVD por correo, que llegaban a manos de los clientes en sus emblemáticos sobres rojos. Esto marcó un giro hacia la proyección de películas de vídeo en casa, sin anuncios comerciales, y socavó los modelos comerciales de las grandes cadenas de vídeoclubes como Blockbuster.

Posteriormente, Netflix se orientó hacia la transmisión de películas por flujo continuo en línea, creando un espacio donde los espectadores podían ver películas y programas de televisión, vale decir alquilar contenido fílmico a cambio de una cuota mensual, en lugar de tener que comprarlo y almacenarlo en sus propios equipos informáticos.

Los canales de distribución en línea como Youtube o Vimeo, así como toda una serie de sitios web de menor envergadura que transmiten contenido de producción local por flujo continuo en línea, como Iroko TV, se han ganado la simpatía del público. Según un estudio de Sandvine, una empresa de tecnologías de comunicación con sede en Canadá, Netflix y Youtube representan más del 50% del tráfico de descargas en redes fijas registrado en América del Norte durante la segunda mitad del 2013.

Netflix ha ampliado su presencia a Sudamérica y Europa, y cuenta con 40 millones de abonados que ven más de un millón de horas de contenido fílmico por mes.

“House of Cards”

En la actualidad, la empresa produce y emite sus propias producciones, entre ellas la exitosísima "House of Cards", en la cual Underwood y su esposa urden un plan para conquistar el escenario político estadounidense (advertencia: a continuación develamos parte de la trama) y se apoderan de la Casa Blanca hacia el final de la segunda temporada. ¿Qué ambición cobijará Underwood en la tercera temporada, dominar el mundo?

¡No nos adelantemos a los acontecimientos! Si bien Netflix y otros servicios de transmisión de películas por flujo continuo en línea se han abierto camino hacia los cuatro rincones del planeta, aún existen muchos obstáculos que se interponen entre estos productos y personas del mundo entero, en particular en los países en desarrollo.

Para muchos, conectarse a Internet de alta velocidad y acceder a plataformas de transmisión de películas por flujo continuo en línea, previo pago a distancia con tarjeta de crédito, todavía es un sueño lejano. En muchos lugares, las personas de escasos recursos se apiñan en salas de cine improvisadas donde se proyectan DVD, o compran discos que ven en sus computadoras, posiblemente alimentadas por un ensordecedor generador eléctrico.

Contribuir a forjar un entorno creativo

Los problemas de infraestructura que impiden la participación en el comercio mundial - y el desarrollo económico –son los mismos que les ponen trabas a los países menos desarrollados que desean contribuir a forjar un entorno creativo para el futuro del cine y otros contenidos fílmicos.

Por ello, la OMPI ayuda a muchos de sus 187 Estados miembros a integrar más plenamente a sus ciudadanos en la esfera mundial de la propiedad intelectual (P.I.) - un componente importante del suelo nutriente en el cual echan sus raíces las empresas creativas, tales como las productoras cinematográficas que gozan del respaldo de las entidades de distribución. Colaboramos con los países en la actualización de sus normas de P.I., lo cual puede redundar en beneficio de los productores, autores, artistas intérpretes y ejecutantes, distribuidores, así como de otros interesados y de los equipos que los acompañan, que intentan ganarse la vida gracias a la creación cinematográfica y su exportación a través de plataformas internacionales como Netflix.

Por ejemplo, el Tratado de Beijing, auspiciado por la OMPI y adoptado en 2012 en la capital china, ayudará a los artistas intérpretes y ejecutantes del medio audiovisual, tales como los actores, a ejercer un mejor control sobre sus derechos en el entorno con múltiples canales de distribución que es Internet.

También prestamos asistencia técnica a los países, mediante su conexión a las bases mundiales de datos sobre P.I., al tiempo que colaboramos con cientos de centros de formación del mundo entero donde la gente de a pie puede acceder a computadoras conectadas a Internet y a otros recursos para llevar adelante su labor creativa.

Cineastas africanos

También colaboramos con individuos del mundo entero para que sus esfuerzos en los sectores de la creación y los negocios den sus frutos. Como ejemplo de una actividad característica, la OMPI organizó a principios de abril una formación de varios días en Nairobi, Kenya, donde cineastas, distribuidores, instituciones financieras y representantes de gobierno se reunieron para debatir sobre la mejor manera de sacarle partido al sistema internacional de derechos de autor, ahora que el entorno técnico está en pleno cambio.

"Durante el taller se identificaron las nuevas oportunidades que tendrán los cineastas para valorizar su creatividad. El público quiere ver programas de producción y temática locales, y la industria cinematográfica africana está entrando en la mira de los inversionistas: la adhesión a las normas internacionales de derechos de autor crea un entorno que propicia las inversiones en la producción local de contenido, la remuneración de los talentos, la utilización de canales de distribución legítimos y la diversificación de oportunidades comerciales." dijo Carole Croella, Consejera Principal de la OMPI y directora del proyecto de formación de Nairobi.

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Tom Mshindi, Director del Consejo de Derechos de Autor de Kenya, Githu Muigai, Fiscal General de Kenya, y Carole Croella, Consejera Principal de la OMPI, con ocasión de una formación relacionada con la industria cinematográfica, celebrada en Nairobi en abril. (Foto: cortesía de Rob Aft)

Kevin Spacey

Según el Sr. Spacey, estos nuevos canales de distribución de contenido de pago, que rebosan de contenido que se puede ver pero no copiar, cumplen con un doble objetivo: también funcionan como antídoto contra la piratería, una práctica que es moneda corriente en Internet. La piratería floreció cuando las películas pasaron a ofrecerse en formato de archivo que se podía almacenar localmente, en lugar de ser un espectáculo que se disfrutaba en un espacio público y regulado. Sin embargo, el que los servicios de transmisión de películas por flujo continuo en línea sean de fácil acceso quizás permita la creación de un espacio, también de fácil acceso, y - lo que es aún más importante para el Sr. Spacey- que sea de pago.

"Si se ofrece a las personas lo que quieren, en el momento indicado, en el formato adecuado y a un precio razonable, es más probable que accedan a pagar por ello en lugar de robarlo", dijo el Sr. Spacey, en una conferencia que dio en el marco del Festival Internacional de Televisión de Edimburgo, en 2013, disponible en Youtube. "Por supuesto habrá quienes prefieran seguir robando contenido", dijo, provocando la risa del público. "Pero creo que lograremos darle un sablazo a la piratería".