El compositor, productor y editor musical sueco Niclas Molinder se ha labrado una carrera como defensor de los derechos de los creadores. Ha colaborado con grandes nombres de la industria musical, como Björn Ulvaeus, de ABBA, con quien fundó la herramienta de colaboración y gestión de datos Session Studio, junto al renombrado productor Max Martin. Se trata de una plataforma que ayuda a los creadores a documentar los datos clave necesarios para el correcto pago de derechos de autor y la asignación de créditos. Como uno de los principales impulsores de CLIP (Creators Learn Intellectual Property), Molinder es un firme defensor de los derechos musicales y la educación de los artistas en todo el mundo. En esta conversación para la Revista de la OMPI, insta a los creadores de música a tomar medidas proactivas para obtener la compensación que les corresponde.
¿De dónde viene su pasión por los derechos sobre obras musicales?
Al principio, no tenía intención de involucrarme en esta cuestión. Llevo más de 20 años trabajando como compositor y productor, y mi objetivo siempre ha sido crear música. No obstante, llegó un momento en que mi socio y yo recibimos tantas peticiones de nuevas canciones y producciones que no dábamos abasto. Para gestionar la demanda, creamos una editorial y un sello discográfico, con lo que convertimos nuestra actividad en una productora a gran escala.
Por primera vez, me encontraba al otro lado de la mesa, representando a otros creadores. Era responsabilidad mía asegurarme de que todos los registros fueran correctos. Fue entonces cuando comprendí realmente lo complejos que son los metadatos y la importancia que tienen en el ciclo de vida de una canción. También me di cuenta de algo fundamental: el término “canción”, que utilizamos tan a la ligera, no es una definición legal, sino una combinación de obra musical y grabación sonora. Comprendí claramente que los metadatos y la gestión de derechos son esenciales para garantizar que todos los que participan en la creación de una canción reciban el crédito y la remuneración que les corresponde. Fue algo que me hizo abrir los ojos.
Habla usted del otro lado de la mesa. Algunos artistas sienten que están en el lado equivocado. Al mismo tiempo, Spotify declara haber pagado 10 000 millones de dólares EE.UU. en derechos de autor en 2024. ¿Qué está pasando?
En primer lugar, creo que es una falta de conocimiento y educación. En lugar de buscar soluciones, lo que hacemos muchas veces es echarnos la culpa unos a otros. Sinceramente, no creo que ninguna empresa u organización esté tratando deliberadamente de excluir a los creadores en beneficio propio. El problema es el sistema mismo: es un sistema complejo y, si no se dispone de los datos correctos, los pagos pueden retrasarse o perderse.
¿Y qué pasa en el otro lado?
Hablando como creador, si nosotros mismos no hacemos un seguimiento de las personas con las que colaboramos y que han contribuido a una obra musical o una grabación sonora, ¿cómo podemos esperar que el resto del sector (editores, mánagers, discográficas, servicios de transmisión en continuo y organismos de gestión colectiva) lo averigüen por nosotros? La propiedad intelectual y los pagos por regalías se basan en que todos estén de acuerdo acerca de quién ha participado y cómo se deben dividir los ingresos.
En última instancia, es un problema de transparencia y comunicación. Lo que me gustaría que tuvieran claro los editores, los sellos discográficos, los mánagers, los directores de marketing y todos los que trabajan en el sector es que es necesario capturar metadatos de alta calidad al principio del proceso creativo. Si hacemos esto bien desde el principio, podemos establecer enlaces seguros entre los identificadores y el dinero fluirá más rápido y con mayor precisión a través del sistema. Todo el mundo sale ganando.

Entonces, ¿qué es lo que me toca hacer como creador musical?
Hay que enfocarlo como cualquier otro trabajo. Si trabajas en un restaurante, por ejemplo, tienes que proporcionar a tu empleador tres datos clave para poder cobrar: tu número de la seguridad social, tus datos bancarios y un parte de las horas que has trabajado.
Los creadores musicales deben aplicar la misma lógica. Al terminar una canción, deben facilitar sus identificadores IPI, IPN e ISNI, acordar la participación y asegurarse de que todos los implicados disponen exactamente de la misma información. No estoy diciendo que los únicos responsables sean los creadores: los responsables son todos los que trabajan en el sector. Pero antes de empezar a hablar de introducir mejoras en etapas posteriores, es necesario que los creadores cambien de mentalidad y reconozcan la importancia de los metadatos como un vínculo esencial con su trabajo.
Lo que estoy diciendo es algo que se puede hacer con papel y bolígrafo. Y simplemente hay que hacerlo. Lo más importante es adoptar la mentalidad adecuada y ponerlo en práctica.
Pongamos que tengo toda esta información; ¿cómo me aseguro de que estará disponible para todo el sector a escala mundial?
Mi recomendación es utilizar herramientas para creadores que sean compatibles con la norma DDEX-RIN.
El verdadero desafío es que el proceso suele ser demasiado complicado para los creadores musicales. Por eso es tan importante que las empresas de la industria musical incorporen normas y soluciones existentes como Connex, que garantiza que todos los metadatos sean precisos y coincidan antes de que se publique una canción.
Ponga un ejemplo.
Digamos que soy un compositor. Antes de que se publique mi canción, tengo que negociar y acordar la participación en la obra musical. Esta conversación suele ser incómoda y puede crear un mal ambiente, pero evitarla conduce a problemas mayores.
Si la participación no está documentada, las empresas del sector pueden reconocerme como compositor, pero no sabrán cómo distribuir los pagos. Como resultado, el dinero permanece retenido hasta que se resuelva la controversia. Muchos compositores se quejan de los retrasos en los pagos, pero la verdad es que este problema puede evitarse fácilmente si se llega a un simple acuerdo al principio al que tengan acceso todos los compositores, editores y OGC implicados.
¿Me está hablando de la llamada caja negra de dinero que no va a ninguna parte porque es difícil encontrar a los creadores?
Sí, aunque a veces el dinero acaba llegando a su destinatario legítimo. Los OGC, los editores y otras organizaciones del sector trabajan duro para distribuir las regalías con la máxima precisión posible. Sin embargo, también hay que abordar los enormes costes administrativos y los retrasos que generan los datos incompletos o incorrectos. Si un OGC o un editor no tiene los metadatos necesarios, debe buscarlos manualmente, lo que cuesta tiempo y dinero. Los creadores deben implicarse más en su propia administración. Cuanto más precisos sean los datos que proporcionamos desde el principio, menos recursos se desperdician más adelante en buscar la información que falta.
¿Ve alguna solución?
Tiene que haber un cambio radical de mentalidad en el sector: para disponer de unos metadatos precisos hay que partir de la fuente, durante la creación, y no esperar a un proceso largo y costoso de corrección posterior, tiempo después del lanzamiento de la canción. El sector también debe adoptar un papel más activo en la educación. Asisto con frecuencia a conferencias y eventos de la industria musical y la educación es siempre un tema candente. Todo el mundo dice: “Necesitamos mejorar la educación de los creadores”.
Y eso es justo lo que ustedes ofrecen.
Exactamente. Con la creación de CLIP, hemos hecho algo único: una plataforma educativa gratuita disponible en siete idiomas. Y lo que es más importante, todo el contenido cuenta con la aprobación de la industria musical en su conjunto. Nuestra junta asesora está formada por los principales organismos comerciales de la industria musical, algo que nunca antes había ocurrido en una iniciativa educativa de este tipo. Por supuesto, se necesita tiempo para lograr una adopción plena en todo el mundo, pero necesitamos que las partes interesadas de toda la industria musical den un paso adelante y apoyen la plataforma.
A todos los que forman parte de la industria: únanse a nosotros. Es gratis. No cuesta ni un dólar, ni un euro, ni ninguna otra moneda. Solo les pedimos que nos ayuden a correr la voz entre sus creadores.
Esta entrevista es el resultado de la edición y sintetización de dos conversaciones distintas.