Se desprende de los datos publicados por la Federación Internacional de la Industria Fonográfica que, a nivel mundial, el crecimiento de la industria de las grabaciones musicales desde 2014 ha superado el 100 %, al pasar de 14 000 millones de dólares a 29 600 millones, de los cuales el 69 % corresponde a la transmisión en continuo. Este crecimiento continuado puede atribuirse a la apertura de los titulares de derechos a la innovación y a la concesión de licencias para nuevos servicios musicales, y a un cierto florecimiento de talentos en las regiones que anteriormente se veían más afectadas por la piratería. Hoy en día, América Latina, el África Subsahariana, Oriente Medio y el Norte de África son los mercados en los que la industria de las grabaciones musicales crece a un ritmo más veloz.
En los datos y las tendencias más recientes se observa que sigue existiendo potencial para la continuación de este crecimiento, si bien la Federación Internacional de la Industria Fonográfica señala que, para que esto ocurra, el respeto del derecho de autor y la inversión en los artistas son esenciales. El gasto en artistas y repertorio y en mercadotecnia registró un máximo histórico de 8 100 millones de dólares ya en 2023, en una coyuntura marcada por los desafíos sin precedentes al derecho de autor que plantean las empresas de inteligencia artificial (IA).
De los CD a la transmisión en continuo: cambio de paradigma en la generación de ingresos
En 2015, escribí un artículo para la Revista de la OMPI sobre la situación de la industria de la música, en el que abordaba las oportunidades y los retos en el ámbito del derecho de autor y compartía mi perspectiva sobre el crecimiento futuro. La Federación Internacional de la Industria Fonográfica acababa de publicar datos sobre los ingresos del sector en 2014, a nivel mundial; la industria fonográfica tenía entonces un peso de 14 000 millones de dólares, de los cuales la mayor parte correspondía a la venta de discos compactos (CD). Spotify contaba con 15 millones de suscriptores (263 millones en 2024), y uno de los principales obstáculos para el crecimiento de ese tipo de servicios eran las distorsiones del mercado que generaban las plataformas de intercambio de contenidos en línea, pues distribuían música sin licencia escudándose en supuestas disposiciones de “puerto seguro”.
Diez años después, los datos más actualizados pueden consultarse en el IFPI Global Music Report de 2025. En 2024, el peso de esta industria era de 29 600 millones, de los cuales el 69 % correspondía a la transmisión en continuo. A nivel mundial, se contabilizaban más de 750 millones suscripciones de pago a servicios de transmisión en continuo y, salvo excepciones, las principales plataformas de intercambio de contenidos y redes sociales habían negociado licencias para la distribución de música. No resulta exagerado afirmar que el calado de la transformación de la industria y su ritmo de crecimiento han superado incluso las predicciones más optimistas.
Tres factores clave que impulsan el crecimiento de la industria musical a nivel mundial
1) Más allá de la transmisión en continuo: productos en soporte físico y concesión de licencias sobre actuaciones
Aunque la mayor parte crecimiento de esta industria corresponde a los servicios de pago por transmisiones en continuo, no han desaparecido los productos en formato físico. Al contrario, no han dejado de crecer las ventas de discos de vinilo. Los organismos de gestión colectiva también contribuyen al aumento de los ingresos en concepto de radiodifusión y de concesión de licencias sobre actuaciones con público. Así pues, si bien la transmisión en continuo aporta la mayor parte de los ingresos de la industria, también se está registrado crecimiento en otros productos, lo cual refuerza la tendencia positiva.
2) Expansión mundial y potenciación de los artistas nacionales
La industria está creciendo en todo el mundo; todas las regiones han registrado una expansión. En la actualidad, China, la República de Corea, el Brasil y México figuran entre los diez mercados más importantes, y las regiones de mayor crecimiento en 2024 fueron Oriente Medio y el Norte de África, América Latina y el África Subsahariana. Además, según un reciente estudio sobre “Glocalization”, en la mayoría de los países objeto de análisis se ha observado “un aumento (en términos absolutos y relativos) del porcentaje de canciones y artistas nacionales entre los 10 más populares en 2022”. En la Federación Internacional de la Industria Fonográfica también hemos constatado esta tendencia en las listas anuales de los diez mercados más importantes.
Los datos ponen de manifiesto la relevancia de invertir en artistas nacionales para velar por la continuidad de ese crecimiento, y la importancia de contar con sistemas mundiales de derecho de autor predecibles y armonizados que propicien esa inversión. No resulta exagerado afirmar que el Tratado de la OMPI sobre Derecho de Autor y el Tratado de la OMPI sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas cimientan el sistema mundial de derecho de autor y posibilitan el crecimiento de la música nacional y de otras industrias creativas.
3) Crecimiento equitativo en toda la cadena de valor de la música
Todos los actores -compositores, productores, artistas, discográficas y distribuidores- de la cadena de valor de la industria musical han resultado ganadores. En el Reino Unido, la Oficina de Propiedad Intelectual y la Dirección de Competencia y Mercado, en estudios respectivos sobre los ingresos de los creadores de música en la era digital, informaron de que el aumento de las ventas y los ingresos que la industria estaba registrando se traducía en mayores remuneraciones de los artistas y compositores, y que los servicios de transmisión en continuo bajo suscripción representaban para los consumidores una propuesta de valor sin precedentes.
La Federación Internacional de la Industria Fonográfica ha observado la misma tendencia a nivel mundial. En 2023, los sellos discográficos abonaron el 34,8 % de sus ingresos a los artistas, y estos pagos aumentaron un 107 % entre 2016 y 2023. Los compositores y los productores también han resultado beneficiados: en 2023, los ingresos que percibieron por transmisiones en continuo fueron más del doble de lo que ganaron con las ventas de CD en 2001, año en que las cifras correspondientes a productos en formato físico alcanzaron sus valores máximos.
Inversión de 8 100 millones de dólares en el desarrollo de la carrera de los artistas, para destacar sobre el fondo de ruido digital
Si bien es cierto que los artistas disponen actualmente de más opciones y oportunidades que antes, a la hora de producir y distribuir su música, la “democratización” de la producción musical y la competencia mundial dificultan más que nunca que los artistas lleguen a los aficionados a la música.
Hay más de 100 millones de canciones disponibles en plataformas, y cada día se suben a la red más de 100 000 nuevas grabaciones, según datos proporcionados por Luminate (proveedor de información sobre el mercado del entretenimiento, previamente conocido como MRC Data y Nielsen Music). Así pues, se entiende que las discográficas continúen desempeñando una función fundamental en el ecosistema musical: su experiencia en la búsqueda de talentos, así como en la promoción de estos artistas y el desarrollo de su carrera puede ayudarlos a tener éxito en la tarea cada vez más ardua de captar y mantener el interés de los aficionados.
No puede darse por sentado que la industria siga creciendo; se necesita inversión, apostar por el arte creado por personas y contar con un marco sólido de derechos de autor.
Lo que ha permanecido constante durante la rápida evolución de la industria y los profundos cambios en su funcionamiento es la centralidad del arte y de la confianza e inversión de los sellos discográficos en los artistas y su música.
Según el IFPI Global Music Report de 2025, la inversión de las discográficas en artistas y repertorio y en mercadotecnia registró un máximo absoluto en 2023, con 8 100 millones de dólares. Esa inversión resulta esencial, y sigue siendo una apuesta de alto riesgo, ya que solo uno o dos de cada diez artistas alcanzan el éxito comercial. De ella se benefician otros actores de la industria, desde los compositores a los proveedores de servicios digitales, pasando por los productores.
En este contexto, la protección del derecho de autor mantiene su papel de piedra angular del sistema, pues ofrece seguridad jurídica para las arriesgadas inversiones de las discográficas, en los artistas y su música. En ausencia de la exclusividad que proporciona el derecho de autor, las discográficas no podrían negociar términos comerciales justos para el uso de sus grabaciones, lo cual es necesario para garantizar la creación de nuevos temas y la inversión en artistas emergentes.
Este principio fundamental del derecho de autor se aplica igualmente al ámbito de la IA generativa.
No existe una demanda demostrable de música generada por IA por parte de los consumidores; los artistas humanos son más que capaces de satisfacerla.
IA y derecho de autor en la industria musical
Mientras los Gobiernos de todo el mundo estudian qué ajustes al sistema de derecho de autor son necesarios para la IA, es importante aprender de los errores del pasado -por ejemplo, cuando se introdujeron los descargos de responsabilidad de los intermediarios que operaban en línea- y no contemplar excepciones sin realizar previamente una evaluación factual exhaustiva de las necesidades de los consumidores y las repercusiones económicas.
No parece estar justificado que, sin negociar licencias, los proveedores de IA generativa utilicen grabaciones de sonido para entrenar modelos. No existe una demanda demostrable de música generada por IA por parte de los consumidores, los artistas humanos son más que capaces de satisfacer el apetito por música nueva y los titulares de derechos han demostrado su apertura a la concesión de licencias de mayor envergadura.
Debates jurídicos sobre la IA y los derechos en la industria de la música
A lo largo de los más de 100 años de historia de la industria fonográfica, los artistas y las discográficas han adoptado, adaptado y utilizado las nuevas tecnologías. La AI no es una excepción. Los músicos y sus sellos llevan años recurriendo a distintas aplicaciones de IA y seguirán haciéndolo.
El reto para las industrias creativas no ha sido la aparición de nuevas tecnologías, sino el reflejo pavloviano de partes del sector tecnológico de reclamar la flexibilización del derecho de autor (alegando que esto es necesario para el progreso tecnológico) y el hecho de que las nuevas tecnologías se utilicen a menudo sin respetar las normas sobre derecho de autor, bajo el pretexto de la “falta de claridad”.
El creciente número de acciones legales incoadas por parte de destacados titulares de derechos de autor contra algunos de los mayores proveedores de IA generativa, como OpenAI, Meta y Anthropic, o los desarrolladores de IA musical Suno y Udio, ponen de manifiesto el enfoque adoptado por esas empresas.
Este reto al que se ven confrontados los responsables de la formulación de políticas en el ámbito del derecho de autor nos resulta familiar, aunque presenta características inéditas. No tiene precedentes en el sentido de que la IA bien podría ser la innovación con más potencial y más transformadora de nuestra época. No obstante, el sistema del derecho de autor, basado en la atribución de sólidos derechos exclusivos, ya ha aportado soluciones a desafíos similares en el pasado
Políticas de derecho de autor equilibradas en el ámbito de la música generada por IA
Para dotarnos de políticas de derecho autor equilibradas en el ámbito de la música generada por IA, deben respetarse tres premisas fundamentales.
I) Sigue siendo necesario contar con un sistema de derecho de autor
El marco mundial del derecho de autor, basado en los tratados de la OMPI sobre el derecho de autor, sigue proporcionando una base sólida. Los derechos exclusivos de los titulares deben garantizarse y respetarse, y cualquier excepción o limitación debe cumplir con las reglas de los tres pasos recogidas en los tratados. Por ejemplo, si la concesión de licencias sobre obras protegidas por el derecho de autor para el entrenamiento de la IA es una opción viable, no deben contemplarse excepciones.
Ii) La transparencia es fundamental
Sin la suficiente transparencia, reclamar la aplicación del derecho de autor resulta extremadamente difícil u oneroso. A esto se debe, por ejemplo, que el artículo 53 de la recientemente aprobada Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea obligue a los desarrolladores de IA a que “elaboren y pongan a disposición del público un resumen suficientemente detallado de los contenidos utilizados para el entrenamiento del modelo de IA de uso general”.
Iii) La centralidad de la creatividad humana
El derecho de autor protege las obras originales resultantes de la creatividad humana. Los creadores de numerosos sectores recurren a diferentes herramientas de IA como apoyo en el proceso creativo. Sin embargo, si bien el uso de aplicaciones de IA por parte de los artistas no debería impedir que las obras resultantes gozasen de protección, los productos generados únicamente a través de IA no están protegidos por las leyes de derecho de autor, ni deberían estarlo.
La IA puede aportar mejoras a nuestra vida cotidiana y contribuir a encontrar soluciones a problemas acuciantes, como el desarrollo de nuevos medicamentos y la lucha contra el cambio climático. No obstante, cabe distinguir entre esos efectos positivos para la sociedad y la creación de modelos de IA generativa que tienen por fin beneficiarse de la creatividad artística de las personas. En el segundo caso, no parece adecuado contemplar excepciones a la legislación del derecho de autor, pues permitir que los desarrolladores de IA se lucren a costa de la creatividad de los titulares de derechos sería poco juicioso desde una perspectiva económica, además de contrario a la ética.
El futuro de la industria de la música: transmisión en continuo, derecho de autor e IA
¿Qué nos espera en los diez próximos años en la industrial musical? Uno de los aspectos más interesantes de nuestra industria es el no poder predecir qué tipos de música, géneros y artistas gustarán a los aficionados en el futuro, lo que hace que siempre sucedan cosas nuevas e inesperadas.
Lo que está claro es que, en la actualidad, la industria musical no solo se nutre del cambio sino que propicia la innovación. El resultado es un crecimiento continuo tanto en los nuevos mercados como en los emergentes, que va parejo a una potenciación de las carreras de los artistas y a nuevas oportunidades para hacerse conocidos en todo el mundo.
La tecnología continuará siendo un aliado esencial de las discográficas, para identificar métodos que estimulen la conexión entre el público y los artistas. En lo que respecta a la AI, una de las alternativas para la evolución positiva de esta tecnología en la industria de la música es la concesión de licencias sobre temas musicales, en condiciones justas, a servicios de IA generativa, siempre bajo autorización previa y de manera transparente. Es preciso que los Gobiernos sean conscientes de estas necesidades y las respalden.
Aunque quizás resulte paradójico, el brillante futuro de la industria de la música se sustenta en el mismo elemento que ha hecho posible su evolución en el último decenio: el respeto del sistema mundial de protección del derecho de autor.
Acerca del autor:
Lauri Rechard, director jurídico de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, trabaja en Londres. Antes de trabajar en la Federación, dirigió Gramex, una sociedad finlandesa de derecho de autor para intérpretes y productores musicales, y fue socia en Procopé & Hornborg, uno de los bufetes de abogados más destacados de Finlandia. También participó en los Juegos Olímpicos de 1988, en la disciplina de vela.