Descripción de las prácticas de clasificación de la OMPI

30 de marzo de 2017

A fin de comunicar mejor las políticas internas relativas a la clasificación, la OMPI ha publicado las Directrices relativas a la Clasificación de Productos y Servicios en las Solicitudes InternacionalesPDF, Examination Guidelines Concerning the Classification of Goods and Services in International Applications. El documento constituye una guía sobre los principios de clasificación de productos y servicios que nuestros examinadores aplican en el examen de marcas.

Toda solicitud internacional de registro de marca presentada a través del Sistema de Madrid de la OMPI debe incluir una lista de productos o servicios a los que se aplica la marca.  La lista debe ser clara y concisa y respetar las normas específicas sobre cómo categorizar (o “clasificar”) cada elemento, es decir, debe cumplir los principios de la Clasificación Internacional de Productos y Servicios:  la Clasificación de Niza.  Si no se cumplen esos requisitos, la solicitud no pasará el examen y se emitirá un aviso de “irregularidad”.

Para que se comprendan mejor los principios de clasificación aplicados y a fin de minimizar los errores, la OMPI ha publicado las Directrices de Clasificación [PDF] en inglés, francés y español.

 

Creación de una lista de productos y servicios

El primer paso para crear una lista aceptable de productos y servicios consiste en utilizar el Gestor de productos y servicios de Madrid.  Esta base de datos en línea, de acceso gratuito, servirá para orientar el proceso de clasificación y comprobar que los términos de la lista son aceptables para la OMPI y las Oficinas de P.I. de los 29 países participantes.

Una vez compilada la lista utilizando la base de datos, las Directrices de Clasificación serán de utilidad para ajustar lo que vaya a presentar, evitándose así una serie de dificultades frecuentes en la clasificación.

 

Contenido

Las Directrices de Clasificación se dividen en tres secciones.  La primera proporciona información general sobre el Sistema de Madrid y la Clasificación de Niza, mientras que la Sección 2 establece los principios de clasificación aplicados por la OMPI.  Por su parte, la Sección 3 contiene información práctica y orientaciones relativas al formato.

Principios de clasificación

(Foto: iStockphoto.com/vetkit)

Como principio fundamental, los productos o servicios que figuren en la lista deberán clasificarse según su función o finalidad.  Si ello no fuera posible (por ejemplo, en el caso de las “figuras”), la clasificación debería realizarse por analogía con otros productos acabados similares.  Si no existe ninguno, se puede clasificar el producto según su materia o naturaleza (sin procesar, semiprocesado o procesado) y su modo de funcionamiento (por ejemplo, eléctrico, hidráulico).  Por su parte, los servicios deben clasificarse según el tipo o el ámbito de la actividad.  Para más detalles, véanse los apartados 2.2 a 2.4 de las Directrices de Clasificación.

A fin de determinar a qué clase o clases pertenecen determinados productos o servicios, la OMPI recomienda utilizar, a modo de guía, el lenguaje exacto de las 45 clases que comprende la Clasificación de Niza, si se desea obtener protección en territorios que aplican esa Clasificación.  La lista alfabética de la Clasificación de Niza también propone una clase especial para cada uno de sus 8.590 términos.

 

Como principio fundamental, los productos o servicios que figuren en la lista deberán clasificarse según su función o finalidad.  Si ello no fuera posible (por ejemplo, en el caso de las “figuras”), la clasificación debería realizarse por analogía con otros productos acabados similares.  Si no existe ninguno, se puede clasificar el producto según su materia o naturaleza (sin procesar, semiprocesado o procesado) y su modo de funcionamiento (por ejemplo, eléctrico, hidráulico).  Por su parte, los servicios deben clasificarse según el tipo o el ámbito de la actividad.  Para más detalles, véanse los apartados 2.2 a 2.4 de las Directrices de Clasificación.

A fin de determinar a qué clase o clases pertenecen determinados productos o servicios, la OMPI recomienda utilizar, a modo de guía, el lenguaje exacto de las 45 clases que comprende la Clasificación de Niza, si se desea obtener protección en territorios que aplican esa Clasificación.  La lista alfabética de la Clasificación de Niza también propone una clase especial para cada uno de sus 8.590 términosPDF, Examination Guidelines Concerning the Classification of Goods and Services in International Applications.

Además de estos principios generales, las Directrices de Clasificación también proporcionan orientaciones para la clasificación de materias primas, componentes (partes) y estuches (por ejemplo, para teléfonos inteligentes) de conformidad con los apartados 2.2.c) a f), así como reglas específicas para los siguientes productos y servicios:  juegos electrónicos y programas informáticos de juegos, bebidas o vinos con bajo contenido alcohólico, filtros y materiales filtrantes, válvulas, kits, partes y piezas (o accesorios), fabricación de productos, servicios de asociación, servicios de venta mayorista y minorista y servicios de reparación.  Para más detalles, véase el apartado 2.6 del documentoPDF, Examination Guidelines Concerning the Classification of Goods and Services in International Applications.

¿Cómo han de describirse los productos y servicios?

Las Directrices de Clasificación también aclaran la posición de la OMPI con respecto al uso de nombres protegidos en la lista de productos y servicios (apartado 2.7), así como a la utilización de determinadas expresiones frecuentes (apartado 2.6).

Por ejemplo, la OMPI admitirá expresiones que tienen por objeto especificar o limitar el alcance de un registro de marca, como “en particular”, “en concreto”, “concretamente”, “especialmente”, “incluido”, “es decir” o “a saber”, siempre y cuando estén acompañadas de nombres de productos o servicios específicos.

Por otra parte, la OMPI no admitirá términos amplios (como “y similares” o “etc.”) que impiden identificar claramente los productos o servicios.  Las expresiones como “todos los productos”, “todos los demás servicios”, o “todos los productos salvo los comprendidos en la clase [X]” suelen considerarse demasiado ambiguas y no se admitirán.

Consejos de formato

La sección 3 de las Directrices de Clasificación se refiere a los problemas comunes relacionados con el formato, como la puntuación, los corchetes, el uso de mayúsculas y caracteres especiales, el uso del plural y la admisibilidad de las abreviaturas y siglas.

Cabe recordar que a la hora de tomar decisiones relativas o bien al formato, la redacción o a la clasificación, la claridad es fundamental:  la lista de productos y servicios pasará el examen si la descripción de cada elemento es “comprensible, lingüísticamente correcta y suficientemente precisa” y los términos han sido clasificados correctamente.