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Discurso del Director General

Asambleas de la OMPI de 2011

26 de septiembre de 2011

Su Excelencia, Embajador Uglješa Zvekić, Presidente de la Asamblea General de la OMPI,
Excelentísimos Señores Ministros,
Excelentísimos Señores Representantes Permanentes,
Distinguidos Delegados:

Me es muy grato sumarme al Presidente de la Asamblea General, Excelentísimo Embajador Zvekić, para darles una cálida bienvenida a esta sesión de la serie de reuniones de las Asambleas de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Deseo felicitar al Excelentísimo Embajador Zvekić por su nombramiento en tanto que Presidente de la Asamblea General y dejar constancia del gran interés con que aguardo la oportunidad de colaborar con él en el curso de los dos próximos años. No me cabe la menor duda de que el Excelentísimo Embajador sabrá orientar las reuniones de las Asambleas hacia la obtención de resultados positivos en relación con las numerosas cuestiones que están sobre el tapete. Permítanme, además, dar las gracias al Presidente saliente, Excelentismo Embajador Alberto Dumont, por la dedicación de que ha dado prueba en los dos últimos años y por su asesoramiento y orientación durante ese período.

Esta mañana les ha sido distribuido un informe detallado sobre los principales logros de la Organización desde hace un año. No me parece que proceda remitirme al contenido de dicho informe. Antes bien, deseo aprovechar esta oportunidad para abordar tres cuestiones generales o factores que considero deben ser objeto de mención especial.

En primer lugar, la condición financiera de la Organización, que como es natural, constituye siempre una cuestión prioritaria para los Estados miembros. Permítanme que les asegure que esa cuestión constituye también una prioridad de la Secretaría. A falta de una situación financiera bien cimentada sería imposible emprender y todavía menos llevar a buen puerto el programa de trabajo de la Organización.

Como todos ustedes saben, los ingresos de la Organización proceden de la utilización de los servicios que la Organización ofrece por conducto de sus sistemas mundiales de protección de la propiedad intelectual, a saber: el Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), el sistema de Madrid, en relación con las marcas, el sistema de La Haya, para los diseños industriales y el Centro de Arbitraje y Mediación de la OMPI. En 2011, la demanda de servicios de esos sistemas volvió al nivel registrado antes de la crisis y empezó incluso a superarlo. Las solicitudes internacionales cursadas en virtud del PCT, el sistema de Madrid y el sistema de La Haya han aumentado, respectivamente, en un 9,58%, un 7,4% y un 21,5%. Sin embargo, los ingresos no han aumentado en la misma medida, debido a los efectos negativos de la fuerte apreciación del franco suizo, efectos que se corregirán, cara al futuro, a medida que el mecanismo de ajuste previsto para ese tipo de fluctuaciones monetarias surta efecto hacia fines del presente año.

Durante la preparación de la sesión del Comité del Programa y Presupuesto, y en el transcurso de la misma, tuvo lugar un debate prolongado y sumamente fructífero entre los Estados miembros y la Secretaría acerca de la manera de enfocar las previsiones de la actividad del mercado para el bienio venidero, teniendo en cuenta la incertidumbre financiera y económica omnipresente en el actual panorama económico mundial. Desearía que quede constancia de lo útil que ha resultado ese debate. En la OMPI hemos mantenido nuestra previsión del 4,7% de aumento de los ingresos basada en los datos de que disponemos en este momento. Asimismo, opinamos que existen sólidas razones para pensar que los datos son fiables, a saber, el índice creciente de inversiones en activos intangibles, el carácter multipolar del crecimiento de la economía y la evolución de las pautas de uso de nuestros sistemas mundiales de P.I. No obstante, por respeto a quienes se han mostrado menos optimistas, hemos propuesto reducir los gastos de manera que aumenten únicamente en un 3%. Además, nos hemos comprometido a supervisar muy detenidamente los datos y a efectuar ajustes a medida que apunten en otra dirección. La Organización mantendrá estrechamente informados a los Estados miembros acerca de los cambios que se produzcan en la situación. Asimismo, desearía agradecerles el haber sido capaces de alcanzar ese compromiso y espero con interés que en los próximos días se apruebe el proyecto de presupuesto por programas para el próximo bienio con arreglo a las condiciones expuestas.

La segunda cuestión que desearía mencionar es la finalización de las obras del nuevo edificio de la Organización. Esta tarde vamos a inaugurar oficialmente el edificio y a festejar ese logro arquitectónico. Desde esta tribuna desearía mencionar especialmente la importancia que tiene el edificio para la Organización. Como ustedes saben, se trata de un proyecto que existía desde hacía mucho tiempo: concretamente, desde principios de la década de 1990. Ahora, ya está finalizado el edificio, al cual se han trasladado unos 500 miembros del personal que ocupaban anteriormente locales alquilados. El edificio ofrece un entorno de trabajo maravilloso y la respuesta del personal a ese respecto ha sido muy alentadora. Numerosos colegas de la OMPI han trabajado para alcanzar ese objetivo durante los tres últimos años. Haber llevado a buen término el proceso de construcción del nuevo edificio nos permite afirmar con convicción que la OMPI ha sido capaz de ejecutar un proyecto de envergadura de manera puntual y conforme a lo presupuestado, y con clase. Tenemos previsto hacer lo mismo con la nueva sala de conferencias, cuyas obras ya se han iniciado, a fin de albergar en ella la serie de reuniones de las Asambleas de 2013.

La última cuestión que merece ser mencionada es el programa normativo de la Organización. En el año transcurrido se han obtenido resultados muy positivos en varios ámbitos. En el ámbito de las interpretaciones y ejecuciones audiovisuales se han realizado avances decisivos y confío en que esta semana se apruebe una recomendación encaminada a convocar, o volver a convocar, una conferencia diplomática cuyo tema principal es hoy objeto de consenso en su mayor parte. Con ello se pondrá fin al punto muerto en el que han estado las conversaciones a ese respecto en los últimos 11 años. En ese mismo comité, es decir, el Comité Permanente de Derecho de Autor y Derechos Conexos, se ha progresado de forma extraordinaria hacia un acuerdo en torno al contenido de un instrumento internacional para mejorar el acceso a las obras publicadas por parte de las personas con dificultades de acceso al texto impreso convencional. A ello viene a añadirse el nuevo plan de trabajo acordado en el ámbito de la protección de los organismos de radiodifusión.

Importantes son también los progresos realizados en el Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore (CIG). En el marco de dicha instancia se han preparado textos que han sido objeto de laboriosas negociaciones. Las condiciones para la renovación del mandato del CIG para el próximo bienio han sido acordadas por el CIG y se someten hoy a examen y aprobación de las Asambleas. Es la primera vez que el CIG llega a un acuerdo por sí mismo acerca de la renovación de su mandato sin tener que solicitar la contribución de las Asambleas.

Otros progresos dignos de mención son los realizados en el ámbito de los diseños industriales en el Comité Permanente sobre el Derecho de Marcas, la aprobación, por primera vez desde hace muchos años, de un programa sustantivo de trabajo por el Comité Permanente sobre el Derecho de Patentes, y la revisión propuesta del Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de las Denominaciones de Origen y su Registro Internacional.

En todas las reuniones en las que se han obtenido esos resultados se ha observado una gran mejora del clima de colaboración entre los Estados miembros. Las Delegaciones están dando prueba de un ánimo sumamente constructivo en la búsqueda de soluciones. Empieza a percibirse un espíritu de confianza en la capacidad de la Organización de llegar a acuerdos. Y no podemos por menos que congratularnos por ello. Aun cuando se trata de un progreso incipiente, es una oportunidad que no podemos dejar pasar y deseo dar las gracias a todos los Estados miembros por la extraordinaria actitud de compromiso de que han dado prueba con ese fin.

Habida cuenta de la magnitud de los retos afrontados por el entorno de la propiedad intelectual (P.I.), que evoluciona con rapidez, no solo se agradece la confianza depositada en la capacidad de la Organización para consolidar el marco jurídico internacional, sino que esa confianza es necesaria. Donde quiera que nos fijemos en ese ámbito, se observan desafíos. Esto no constituye necesariamente una circunstancia negativa. Los desafíos no solamente surgen de las dificultades, sino también de los cambios y sobre todo, en el caso de la P.I., del paso a sistemas económicos en los que los activos intangibles son cada vez mas objeto de inversiones y fuente de creación de riqueza.

De los numerosos desafíos planteados a la P.I. que se me ocurren en este momento, permítanme mencionar tres que, en mi opinión, figurarán entre los desafíos que van a dominar el panorama de la P.I. en los años venideros.

El primero consiste en la gestión de la demanda o del volumen de las solicitudes de derechos de P.I. que se presentan en todo el mundo. Con más de 1,2 billones de dólares de los Estados Unidos invertidos anualmente en todo el mundo en actividades de investigación y desarrollo (I+D), apenas sorprende el hecho de que siga aumentando el número de solicitudes de derechos de P.I. Deberíamos considerar esta evolución como una tendencia a largo plazo, aun cuando esté sujeta a la desaceleración que tiene lugar provisionalmente en el contexto económico presente. Les voy a ofrecer dos series de cifras a fin de ilustrar esa tendencia. En los Estados Unidos de América, la primera patente otorgada con arreglo al sistema de numeración vigente se concedió en 1836. En 1911, se concedió la patente Nº 1 millón. En 2011, se concedió la patente Nº 8 millones. En China, en 1989, se presentaron 9.659 solicitudes de patente, junto con 48.411 solicitudes de registro de marca y 158 solicitudes de registro de diseño industrial. Veinte años más tarde, en ese país se presentaron 241.367 solicitudes de patente, 795.759 solicitudes de registro de marca y 367.613 solicitudes de registro de diseños industrial.

Estos ejemplos extraídos de las economías más importantes del mundo tienen fiel reflejo en muchas otras economías. Está clara la dirección en que caminamos. Sucede lo mismo, probablemente, con el objetivo al que aspiramos, es decir, disponer de sistemas de P.I. eficaces en función de los costos., simples, accesibles y eficientes en los que se emitan títulos de P.I. de calidad y se sirvan los intereses de la innovación. Lo que no está tan clara es la manera en que vamos a alcanzar ese objetivo. Y es todo menos fácil responder a ese desafío, que conllevará la adopción de medidas en numerosos frentes, incluido el uso más eficaz de los sistemas mundiales de P.I. de la OMPI, distintas medidas legislativas, modalidades de repartición de tareas y la mejora de la infraestructura técnica. A los fines de hallar la respuesta adecuada, la comunidad internacional tendrá que hacer gala de una enorme capacidad para establecer acuerdos.

El traslado de todos los contenidos a formatos digitales y a Internet representa un segundo reto de gran envergadura. Muchos de los soportes materiales de nuestra cultura, incluidos los CD‑ROM y los DVD de música y películas, los periódicos y, tal vez, en el futuro, los libros, son especies en vías de extinción. En una estimación se prevé que los periódicos desaparezcan en todo el mundo antes de 2040 o 2050. No hago referencia a estos cambios para lamentar que tengan lugar. Los menciono para recordar que no estamos muy lejos de un mundo en el que la inmensa mayoría de nuestras fuentes de enriquecimiento cultural, al margen de los espectáculos en directo y las relaciones interpersonales, sólo estarán disponibles en formatos digitales y en Internet. Un mundo en el que las creaciones de la cultura literaria, audiovisual y musical son contenidos y su soporte es virtual ha dejado de ser una realidad remota.

Todos somos conscientes de la incidencia que esta transformación está teniendo en el ámbito del derecho de autor. Muchos gobiernos están buscando de manera activa formas de afrontar el reto, algunas bastante interesantes. Al igual que sucede con el desafío que plantea la gestión de la demanda, la solución probablemente sea compleja y habrá que tener en cuenta cuestiones de legislación, infraestructuras, cambio cultural, colaboración institucional y adopción de mejores métodos de trabajo. Y, al igual que con la gestión de la demanda, hay una sensación de urgencia, y la solución requerirá de una gran dedicación y un gran compromiso a fin de alcanzar un acuerdo.

El tercer reto al que me gustaría referirme es el fortalecimiento de la capacidad de los países menos adelantados y de los países en desarrollo para que participen en el sistema de la P.I. y se sirvan de él a fin de alentar la innovación y la creatividad cultural. La Secretaría seguirá prestando una atención especial a este área. Hemos realizado algunos avances en la mejora de la prestación de nuestros servicios de fomento de la capacidad mediante la introducción de una planificación estratégica y la “integración” o el trabajo conjunto de todos los servicios de la Organización para abordar la capacidad de los países en desarrollo en la prestación de los mismos. También hemos desarrollado bases de datos, plataformas y servicios que brindan a los países en desarrollo más oportunidades de aprovechar los conocimientos y la información que genera el sistema de P.I. Contamos con proyectos de modernización y automatización de las oficinas en más de 50 países, y otros 40 aguardan proyectos similares. Aun así, somos conscientes de que existe margen de mejora y esperamos trabajar con los Estados miembros, con ese fin.

Permítanme concluir manifestando mi agradecimiento a todos mis colegas de la Oficina Internacional por la dedicación, el duro trabajo y el profesionalismo demostrados a lo largo del pasado año. Creo que es mucho lo que hemos logrado, como espero que quede claro en el informe que he presentado por escrito. Este éxito les pertenece.