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Discurso del Director General - 2012

Asambleas de la OMPI – 1 a 9 de octubre de 2012

Su Excelencia, Embajador Uglješa Zvekić, Presidente de la Asamblea General de la OMPI,
Excelentísimos Señores Ministros,
Excelentísimos Señores Representantes Permanentes,
Distinguidos Delegados:

Me complace dar a todas las delegaciones una cálida bienvenida a esta serie de reuniones de las Asambleas de los Estados miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Es sumamente satisfactorio ver a tantas delegaciones reunidas aquí; creo que contamos con más de 1.000 delegados inscritos.

Los últimos 12 meses transcurridos desde las últimas Asambleas han sido un buen año para la Organización. Para empezar, las condiciones financieras de la Organización siguen siendo sólidas a pesar de la difícil situación que se vive fuera. En 2011 se registró el mayor índice de utilización de los sistemas de la Organización alcanzado hasta ahora. Si bien el índice es más modesto en la primera mitad de 2012, la demanda sigue siendo tan intensa que estamos cumpliendo con creces nuestras estimaciones presupuestarias. Se trata de un importante resultado provisional, teniendo en cuenta la frágil situación económica mundial y la incertidumbre y falta de confianza reinantes en relación con esa situación.

Este importante resultado casi parece ir contra el sentido común. ¿Qué lo fundamenta? Creo que son varios los motivos. Uno es el cambio, observado a menudo, en la geografía de la producción económica y tecnológica, que ha originado nuevas fuentes de crecimiento en el momento en que las fuentes tradicionales han tenido resultados menos brillantes. China1, la República de Corea2, y, de manera limitada, un grupo de economías emergentes3 han aumentado progresivamente la utilización de la propiedad intelectual y los sistemas de la OMPI.

Otro de los motivos es la evolución de las tendencias de la actividad en el ámbito de las patentes, en que observamos una estrategia internacional en materia de patentes mucho más eficaz, reflejo de la globalización del comercio. En Japón, por ejemplo, el número de solicitudes nacionales de patente está disminuyendo, pero el porcentaje de solicitudes que pasan a ser solicitudes internacionales está aumentando significativamente.4

Pero el principal motivo es, a mi juicio, lo que se ha dado en llamar el consenso en innovación,5 el acuerdo, cada vez más ecuánime en todo el mundo, de que la innovación es la base del éxito económico. Lo cual ha tenido como consecuencia el rápido aumento de los niveles de inversión en investigación y desarrollo.6 Y también, que las principales economías hayan adoptado estrategias para mejorar sus ecosistemas de innovación. Aunque muchos de los aspectos de un ecosistema de innovación eficaz, como pueda ser unbuen sistema educativo, no entran en el ámbito de competencias de la OMPI, la propiedad intelectual constituye una parte esencial de dicho ecosistema de innovación, en la medida en que la P.I. refleja el valor económico de la innovación y crea un entorno seguro para que una idea pueda lanzarse al complejo viaje hacia la comercialización.

Puesto que la innovación es uno de los medios más importantes, sino el que más, para establecer una ventaja competitiva, de ello se desprende que la P.I., en tanto que elemento que capta el valor de la innovación, será con frecuencia el campo de batalla de la innovación. Esto es lo que estamos observando con las llamadas “guerras de patentes” en la industria de la telefonía inteligente y, de manera más general, en el sector de TIC, ámbitos en que los niveles de inversión en innovación han sido considerables y en que la innovación ha favorecido una posición de liderazgo en el mercado y sus consiguientes frutos.

Opino que estos acontecimientos constituyen una auténtica revolución. Desde el punto de vista geográfico, económico y estratégico, la posición de la P.I. ha conocido cambios trascendentales en el curso de los últimos veinte años. Si seguimos apegados a los criterios de la época anterior, no nos será posible seguir el curso de los acontecimientos. De ello se desprenden varias consecuencias, pero en particular, para la OMPI, me atrevo a decir que estas atañen a tres aspectos concretos.

En primer lugar, la posición de la P.I. hace preciso contar con un sistema internacional de normas que lo regulen y encaucen la fuerte competencia que se registra en esta esfera de actividad. Las normas deberían ofrecernos unas reglas de juego equitativas y evitar que caigamos en la tentación de abrazar determinadas formas de proteccionismo o mercantilismo tecnológico. La OMPI cuenta con una larga tradición de establecimiento de normas multilaterales y resultó agradable verla refrendada en Beijing en junio pasado con la adopción del Tratado de Beijing sobre Interpretaciones y Ejecuciones Audiovisuales. El Tratado de Beijing es el primer tratado sobre derecho sustantivo de propiedad intelectual que se ha adoptado desde 1996. Las autoridades chinas albergaron la conferencia diplomática para la adopción del tratado que se caracterizó por el espíritu de participación tremendamente constructivo de todos los Estados miembros. Desearía expresar el profundo agradecimiento de la comunidad internacional de la propiedad intelectual al Gobierno de la República Popular de China por su generosa hospitalidad e impecable organización.

Cabe destacar que, en las declaraciones finales de la Conferencia Diplomática de Beijing, la mayoría de las delegaciones expresó la confianza en que se trasladara el espíritu de la Conferencia de Beijing al resto de la agenda normativa de la OMPI. Varios de los puntos que figuran en esa agenda están bastante avanzados y se confía en que en las Asambleas de 2012 se establezca un rumbo claro para ellos. En concreto, insto a los Estados miembros a suscribir el plan propuesto para adoptar un nuevo instrumento internacional sobre la mejora del acceso a las obras publicadas por parte de las personas con discapacidad visual y las personas con dificultades para acceder al texto impreso.

Asimismo, desearía instar a los Estados miembros a que avancen en la convocación de una conferencia diplomática para la adopción de un nuevo tratado sobre el derecho de los diseños industriales. No se trata de un tratado sustantivo, sino de un tratado que facilite las actividades y simplifique las formalidades.

Constituye una prioridad esencial para la Organización elaborar un instrumento internacional sobre la propiedad intelectual y los recursos genéticos, los conocimientos tradicionales y las expresiones culturales tradicionales. En los dos últimos años se han realizado avances a ese respecto, pero todavía queda camino por recorrer. La tarea inmediata que se plantea a los Estados miembros consiste en idear un proceso para los próximos 12 meses que dé lugar a un resultado positivo en las Asambleas de 2013. Para obtener ese resultado, será necesario un proceso intensivo y un gran grado de compromiso y participación por parte de todas las delegaciones.

Existen otras esferas de la agenda normativa que están siendo objeto de examen, pero no voy a mencionarlas en este momento. Esas esferas constituyen la expresión de la misma necesidad y el mismo desafío, a saber, el desafío de mantener y perfeccionar un sistema internacional basado en normas que sea pertinente para un entorno en el que la competencia es cada vez más intensa.

El segundo reto que plantean a la Organización los cambios en el entorno de la P.I. es el establecimiento de prioridades. La demanda de servicios de la Organización resulta casi abrumadora. Sin embargo, esta dispone de recursos limitados y no le es posible atender a todas las necesidades. A mi entender, esto significa que, en tanto que Organización, tendremos que ejercer una mayor disciplina en las decisiones programáticas y fomentar la eficacia en función de los costos de las operaciones. Se trata de una demanda auténtica que refleja necesidades reales, pero a veces será necesario establecer determinadas prioridades.

Entre las nuevas prioridades, dos se han planteado con frecuencia en las consultas mantenidas con los Estados miembros antes de la serie en curso de reuniones de las Asambleas.

En primer lugar, el establecimiento de nuevas oficinas de la OMPI en el exterior. Esa cuestión está sobre el tapete desde hace tres años. No son pocos los Estados miembros que han propuesto ser anfitriones de nuevas oficinas en el exterior. Es obvio que no puede haber un número ilimitado. Pero al parecer muchos están a favor de establecer una pequeña red estratégica de oficinas, que constituirían un valor añadido y contribuirían a dar a conocer la misión de la OMPI, a fomentar la utilización de los sistemas mundiales de P.I. de la Organización y, por consiguiente, a aumentar sus ingresos, contribuyendo así a que la Organización preste sus servicios de manera más eficaz en función de los costos. No tengo intención de repasar las razones que se han expuesto a favor y en contra a ese respecto, pero considero que debemos progresar en torno a esa cuestión de forma prudente y moderada. En el último año hemos afianzado de varias maneras el funcionamiento de las oficinas que tenemos en el exterior, prueba de ello son los concluyentes resultados obtenidos.

La segunda prioridad mencionada una y otra vez durante las consultas es la importancia de encontrar la manera de que el sector empresarial participe más activamente en nuestra labor. No se trata de encontrar medios para que participe en la toma de decisiones ni en la formulación de políticas. Pero parece haber consenso en el sentido de que la Organización debería tomar nota y aprender de los cambios que se están produciendo en ese entorno tecnológico y comercial, en constante evolución, en el que está inmersa la industria de la innovación y la creatividad.

Permítanme retomar la cuestión del nuevo entorno de la innovación y referirme a mi última observación a ese respecto. Guarda relación con los países en desarrollo y los países menos adelantados. El nuevo entorno ha creado nuevas oportunidades para algunos, que han podido abrirse paso en las cadenas de innovación y valor a nivel mundial. Para otros, el nuevo entorno es sumamente complejo, en particular, habida cuenta de la rapidez con que evoluciona. Eso exige que la Organización encuentre nuevas formas de ser eficaz al prestar asistencia en la creación de capacidad. Somos conscientes de que hay mucho margen para la mejora pero creo que hemos sabido crear nuevos servicios encaminados a elevar nuestro nivel de rendimiento. Se trata, entre otros, de los siguientes servicios:

  • nuestro programa de modernización de las oficinas de P.I. y mejora de su capacidad para utilizar las TIC en apoyo a la administración de P.I., que ya ha puesto en marcha proyectos en 90 países;
  • nuestro programa de creación de Centros de Apoyo a la Tecnología y la Innovación (CATI), que están operativos en casi 30 países, con el fin facilitar el acceso a bases de datos de ciencia y tecnología y mejorar su utilización;
  • nuestra colaboración con varias editoriales y proveedores de bases de datos comerciales para ofrecer acceso a publicaciones de carácter científico y técnico, ya sea de manera gratuita parar los PMA, o a tarifas muy ventajosas en el caso de los países en desarrollo de medianos ingresos (el programa ARDI (Acceso a la investigación para el desarrollo y la innovación) y ASPI (Acceso a la información especializada sobre patentes)); y
  • WIPO Re:Search, un consorcio del sector público y privado que tiene por misión acelerar el descubrimiento y fortalecer la capacidad de innovación mediante la puesta a disposición de sus activos de P.I. y conocimientos especializados con el fin de impulsar la investigación en las esferas de las enfermedades tropicales desatendidas, el paludismo y la tuberculosis.

En mi informe escrito, distribuido esta mañana, se ofrecen pormenores sobre estos y otros de nuestros programas dirigidos a los países en desarrollo y PMA.

Permítanme concluir haciendo extensivo mi agradecimiento al Presidente de la Asamblea General, Excelentísimo Embajador Zvekić, por su liderazgo, apoyo y arduo trabajo a lo largo del pasado año.

Deseo asimismo rendir homenaje a los miembros del personal de la OMPI, que han conseguido muchos logros en el último año y que, en sus respectivos ámbitos de responsabilidad, han hecho que la Organización siga avanzando. Contamos con un gran número de funcionarios sumamente competentes y que trabajan de forma altamente profesional y con entusiasmo y dedicación. Estoy muy agradecido a todos ellos.

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1  Las solicitudes internacionales de patente de China presentadas en virtud del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT) aumentaron del 33,4% en 2011.
2  Las solicitudes de la República de Corea aumentaron del 8% en 2011.
3  A título de ejemplo, aunque partiendo de una base inferior a las de China o la República de Corea, en 2011, las solicitudes del Brasil aumentaron del 17,2%, las de la India del 11,2%, las de la Federación de Rusia del 20,8% y las de Turquía del 12,7%.
4  En 2011, el número de solicitudes de patente presentadas en el Japón sufrió una disminución marginal, pasando de 344.598 en 2010 a 342.610, mientras que el número de solicitudes PCT presentadas por Japón aumentó del 20,5%.
5  National Academies of Science, Rising to the Challenge: U.S. Innovation Policy for the Global Economy.
6  “En todo el mundo, se estima que el gasto total en I+D ascendió en 2009 a 1.276.000 millones de dólares de los EE.UU (en paridad de poder adquisitivo). La estimación correspondiente, cinco años antes, es decir, en 2004, fue de 873.000 millones de dólares de los EE.UU. Diez años antes, es decir, en 1999, fue de 641.000 millones de de dólares de los EE.UU. A juzgar por esas cifras, el crecimiento en esos totales mundiales ha sido rápido, con un promedio anual de cerca del 8% en los últimos cinco años y del 7% en los últimos 10 años.” (National Science Board, Science and Engineering Indicators 2012, Capítulo 4) (Traducción de la Oficina Internacional.)