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La trayectoria de China en los anales de la propiedad intelectual

Diciembre de 2010

En los treinta años transcurridos desde que China pasó a ser miembro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), el país ha registrado notables avances en el campo de la propiedad intelectual (P.I.) a tal punto que su oficina de patentes figura entre las cinco primeras del mundo y la oficina de marcas es la más grande del planeta. Se han logrado avances históricos en el desarrollo del sistema de derecho de autor y el sector creativo descolla por la vibrante actividad. Ello atestigua que la segunda economía del mundo hace suya sin reservas la P.I., convencida de que la innovación es la fuerza motriz del progreso económico. Para celebrar el aniversario, la Revista de la OMPI invitó a tres destacadas figuras del mundo de la P.I. para que expusieran sus perspectivas sobre los logros de ese país en lo relativo a la propiedad intelectual. El Comisionado Tian Lipu, de la Oficina Estatal de Propiedad Intelectual de China (SIPO), relata la evolución del ramo de las patentes; el Sr. Zhou Bohua, Ministro de la Administración Estatal de Industria y Comercio (SAIC), destaca los logros habidos en lo que se refiere a la protección de marcas; y el Ministro Liu Binjie, Director de la Administración Nacional de Derechos de Autor de la República Popular China (NCAC), explica el compromiso de su país con la protección del derecho de autor.

China y la P.I.


Foto: SIPO

Comisionado Tian Lipu, Oficina Estatal de Propiedad Intelectual de China (SIPO)

Antes de 1980, el año en que China pasó a ser miembro de la OMPI, el concepto de la P.I. era casi desconocido en el país y no se reconocía el valor que poseen los derechos de propiedad intelectual. Sin embargo, gracias a la determinación y los denodados esfuerzos del pueblo chino, fue posible establecer, a un ritmo sin precedentes, un sólido sistema de P.I., compatible con las necesidades nacionales de desarrollo y acorde con las normas internacionales. En los últimos treinta años, China:

  • constituyó un amplio marco jurídico de P.I. y un sistema de explotación de esos derechos;
  • instrumentó un mecanismo eficaz para la protección administrativa y judicial de la P.I.;
  • se adhirió a los trece tratados internacionales de P.I. que administra la OMPI;
  • cumplió ampliamente las obligaciones contraídas en virtud de los tratados y arreglos internacionales; y
  • brindó protección eficaz a los titulares de derechos de P.I., tanto nacionales como extranjeros.

La comunidad internacional, como la OMPI y demás organizaciones internacionales y distintos países, ha respaldado sin reservas los esfuerzos de China para dotarse de un sistema de P.I. y mejorarlo. Ello nos ha permitido formar profesionales en la materia y difundir ampliamente información sobre la P.I. para que el público pudiera conocer qué es la P.I. y la importancia que tiene.

Paralelamente a la mejora incesante del marco jurídico de P.I., se ha extendido el uso de este sistema, habiendo crecido espectacularmente el número de solicitudes de derechos de P.I. Las patentes, las marcas y el derecho de autor son cada vez más importantes para impulsar la economía nacional, y del mismo modo se conoce mucho mejor en la sociedad china la función que cumple la P.I.

En 2008, el Gobierno puso en marcha la estrategia nacional de P.I., que marca un hito en su compromiso a favor de la P.I. y revela claramente la férrea determinación de fomentar la innovación y de crear una economía del conocimiento.

El sistema de patentes de China

Desde su instauración en 1985, el sistema chino de patentes ha evolucionado de forma considerable, habiéndose batido nuevas marcas y mejorando notablemente la capacidad del país en el campo de la innovación. En el primer decenio del siglo XXI, las solicitudes de patente registraron un aumento anual promedio del 22,3%, a tal punto que, solamente de enero a octubre de 2010, fueron presentadas 295.275 patentes de invención, es decir, el 25% del mismo período de 2009, y de ellas, casi tres cuartos del total (72,5%, o sea, 214.079 solicitudes) correspondían a solicitantes del país.

En 2009, China fue el quinto usuario del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT), habiendo presentado casi 8.000 solicitudes internacionales de patente lo cual representa un ritmo de crecimiento del 29,7%. Prevemos que, en 2010, las solicitudes PCT superarán la cifra de 10.000. Las compañías y los inventores chinos recurren cada vez más al PCT para presentar solicitudes de patente en el extranjero, lo cual refuerza los desvelos del país en pro de la P.I. y ayuda a fomentar la innovación científica y técnica.

Los innovadores y las compañías extranjeras también recurren en gran medida al sistema de patentes de China. En septiembre de 2010, la SIPO tenía registradas en total un millón de solicitudes de patente de extranjeros (la mitad, presentadas en los cinco años anteriores), lo cual hace de China uno de los países donde se registra más actividad de patentamiento.

La legislación de patentes fue reformada en profundidad en 1992, 2000 y 2008, y ahora su objeto es mucho más extenso y completo. Se instauraron normas de concesión de patentes más estrictas y mejores métodos de examen y aprobación, y se fortaleció la protección por patente y corrigió el equilibrio de los intereses y beneficios de los titulares de derechos de patente y del interés público, cumpliendo así la voluntad del legislador, que quiso dotar al país de un sistema de patentes que estimule y proteja la innovación. Dichas reformas legislativas apuntan a orientar y regular los intereses de las distintas partes con el fin de ordenar el mercado. Ha mejorado notablemente la capacidad de usar el sistema de patentes, y se ha reforzado la principal competitividad del país. Asimismo las reformas nos han permitido cumplir estrictamente las normas internacionales en materia económica y comercial.

A lo largo de los últimos treinta años, China se ha adherido a diversos convenios internacionales sobre patentes y ha suscrito acuerdos bilaterales en ese campo. Respetamos escrupulosamente las obligaciones internacionales contraídas y participamos de forma decidida en los debates internacionales sobre las cuestiones de fondo, como la armonización del sistema internacional de patentes y la protección de los derechos de P.I. sobre los recursos genéticos, los conocimientos tradicionales y las expresiones del folclore. Sobre la base del respeto mutuo y la igualdad, China ha reforzado el diálogo y los intercambios con diversos países y organizaciones internacionales, con los cuales se ha propuesto colaborar por todos los medios. De esa forma, China prosigue su aportación positiva y práctica al desarrollo del sistema internacional de patentes.

En la actualidad, la meta del desarrollo económico sostenible plantea a China problemas de envergadura, referidos al desequilibrio de nuestra estructura industrial y un modo de desarrollo que dista mucho de ser óptimo. Pasarán años antes de que la vida del país pueda girar en torno a la innovación. Igual que otras naciones, China tiene que atender problemas universales, como el cambio climático, la salud pública y la crisis de la energía, los cuales repercuten en el sistema de patentes y ponen de manifiesto la necesidad de proseguir estimulando la innovación con miras a idear soluciones eficaces y duraderas. Ante ese panorama, la meta de proseguir desarrollando el sistema nacional de patentes nos obliga a adoptar medidas eficaces y vigorosas que estimulen la innovación en el conjunto de la sociedad. Será preciso alentar a que las compañías usen mejor el sistema del PCT para acelerar el desarrollo económico y fortalecer la principal competitividad nacional. Gracias al marco que brinda la OMPI, China se unirá al resto del mundo para buscar respuesta a dichos problemas y colaborar como corresponde a mejorar el sistema internacional de patentes y fomentar la prosperidad común y el desarrollo de todos los países.

La estrategia de marcas que aplica China


Foto: SAIC

Sr. Zhou Bohua, Ministro de la Administración Estatal de Industria y Comercio (SAIC)

La P.I. es la fuerza motriz que mueve la competencia en la economía moderna. Las marcas están estrechamente relacionadas con los intereses de los productores, los comerciantes y los consumidores, en los cuales repercuten notablemente, y en consecuencia cumplen una función muy importante para el moderno desarrollo socioeconómico. Por eso resulta vital para China fortalecer los procedimientos de solicitud y registro de marcas, así como reforzar los mecanismos de protección y los sistemas de administración, pues es la vía para facilitar y acrecentar el desarrollo económico y la competitividad y dotar al país de una economía impulsada por la innovación.

Desde que en 1978 comenzara el proceso de reformas y apertura, los esfuerzos realizados en el campo de las marcas han sido indispensables para el rápido progreso económico de la nación. Se han constituido sistemas de protección por vía administrativa y judicial, típicamente chinos, que funcionan de forma paralela y se refuerzan mutuamente. El ordenamiento jurídico, que se ajusta a las normas internacionales y refleja la actual realidad de China, da prioridad a la cuestión de las marcas. Después de que se pusiera en marcha la estrategia nacional de P.I., la Administración Estatal de Industria y Comercio (SAIC), el organismo competente en materia de registro y administración de marcas, ha trabajado de forma infatigable para ponerla en práctica y gracias a esos esfuerzos se han obtenido notables logros.

En primer lugar, la SAIC ha reducido el retraso de la tramitación de solicitudes de marca provocado por la mayor demanda de esos derechos, pues ahora todo el proceso de registro de marcas no llega a un año.


Foto: iStockphoto/Brytta

Segundo, se ha puesto el acento en proteger el derecho exclusivo de usar la marca registrada. Ello ha creado un terreno fértil para el desarrollo económico.

En tercer lugar, se ha realizado una valiosa labor sobre las marcas en relación con los productos agrícolas y el uso de las indicaciones geográficas. Gracias a ello los agricultores tienen la posibilidad de acrecentar sus ingresos, y se mejora también la productividad de la agricultura y facilita el desarrollo rural.

Cuarto, se ha acogido positivamente usar los derechos de marca registrada para garantía de los créditos que solicitan las empresas, lo cual ha prestigiado aún más el uso y administración de los derechos de marca.

Por último, la cuestión de las marcas ha recibido en general mayor atención gracias a los renovados esfuerzos para difundir amplia información sobre ellas y mejorar los servicios que se prestan al público. El sitio Web de las marcas de China fue visto 2.360 millones de veces el año pasado; es una cifra sin precedentes, que demuestra que se ha logrado interesar a la opinión pública en la cuestión de las marcas.

China posee la oficina de marcas más importante del mundo, lo cual refleja las proporciones, importancia y atractivo del mercado chino. A la fecha, el número de solicitudes de marca alcanza la cifra de 7.992.000, de las cuales 5.285.000 son marcas registradas, y de ellas 4.247.000 están activas aún (en ambos criterios China ocupa el primer lugar mundial). El número de solicitudes que designan a China con arreglo al Protocolo concerniente al Arreglo de Madrid relativo al Registro Internacional de Marcas supera ya las 150.000 (China lleva seis años seguidos en ese primer puesto mundial). A su vez, los nacionales chinos llevan presentadas 10.876 solicitudes internacionales al amparo del Sistema de Madrid, con lo cual China ocupa el octavo puesto mundial por sexto año consecutivo y el primero de los países en desarrollo.

Pese a las graves repercusiones de la reciente crisis económica internacional, en China han crecido notablemente las solicitudes de registro de marcas, lo cual se atribuye a las siguientes razones:

  • el criterio positivo y previsor con que el gobierno chino ha encarado el sistema de marcas;
  • la profundización de las reformas y de la apertura;
  • la concepción de una estrategia de marcas de amplio alcance;
  • el mayor interés de la opinión pública por la cuestión de las marcas;
  • la mejora del examen de marcas; y
  • la mayor confianza que poseen los solicitantes en el sistema de marcas.

A finales de septiembre 2010, las solicitudes de registro de marcas se cifraban en 781.000, es decir, aumentaron 26,1% con respecto al mismo período anterior. Si continua esa tendencia, las solicitudes presentadas en el correr de todo el año superarán el millón, cantidad sin precedentes. El número de solicitudes de extensión territorial o en que se designa a China con arreglo al Sistema de Madrid ascienden a 10.991, y se han presentado otras 1.233 solicitudes cuyo trámite está en espera. Ello representa un aumento interanual del 36,5%.

Aunque el abultado número de marcas registradas atestigua los notables resultados cosechados por China en este campo, las marcas nacionales son poco conocidas en el extranjero. En consecuencia, ello no refleja la producción económica y el volumen del comercio exterior e indica que, pese a los enormes adelantos en esta actividad, el país no es especialmente competitivo, lo cual obliga a redoblar los esfuerzos para:

  • proseguir la ejecución exhaustiva de la estrategia de marcas, y para ello ampliar la capacidad para tramitar las solicitudes y registrar las marcas;
  • perfeccionar los mecanismos de protección de las marcas y los sistemas para su administración;
  • y fomentar los intercambios y la colaboración con las instituciones homólogas, como la OMPI y las administraciones de marcas de otros países.

De esa forma, en poco tiempo, China se convertirá en una potencia en el mundo de las marcas.

La evolución del derecho de autor en China


Foto: NCAC

Ministro Liu Binjie, Director de la Administración Nacional de Derechos de Autor de la República Popular China (NCAC)

En junio de 1980, el gobierno chino puso en marcha la ola de reformas y pasó a formar parte de la familia internacional de la P.I. Desde entonces, China mantiene estrechos lazos de fraternidad y colaboración con la OMPI. En los últimos años, ha participado activamente en los esfuerzos dirigidos por la OMPI para fomentar el desarrollo del sistema internacional de derecho de autor, y ha cumplido una función única en ese campo comportándose como una nación en desarrollo responsable. Al mismo tiempo, la OMPI ha respaldado decididamente la labor emprendida por China para proteger el derecho de autor, particularmente por la vía de formar profesionales para mejorar nuestro sistema nacional de protección del derecho de autor.

Los tres decenios pasados de pertenencia a la OMPI coinciden con un período de incesantes progresos del sistema de protección del derecho de autor vigente en China, que ha surgido prácticamente de la nada. En ese período, se legisló un moderno sistema de derecho de autor ajustado a las condiciones del país y acorde con las normas internacionales en la materia. Hay ahora un sistema jurídico para ventilar los litigios relativos a esos derechos, y en ese sistema los regímenes de protección por vía judicial y administrativa se refuerzan mutuamente. Toma forma un marco básico para que los servicios públicos puedan respaldar los intereses de los titulares de derechos y de los usuarios, y alienten un amplio compromiso social que promueva el respeto por el derecho de autor, considerando que en el mercado nacional circulan productos amparados por ese derecho. Además de estimular la prosperidad de las industrias de derecho de autor y de comprometer más a la opinión pública en el asunto, ello ha contribuido a reforzar y profundizar los intercambios y la colaboración internacional en ese campo.

La protección del derecho de autor en China ha registrado progresos históricos, que atestiguan no solamente la pericia y los denodados esfuerzos de los expertos chinos en ese campo, sino también la dedicación desinteresada de la comunidad internacional y de la OMPI, en particular. En este trigésimo aniversario de la adhesión de China a la OMPI, queremos rendir nuestro más sincero homenaje a la OMPI, así como a las demás instituciones nacionales y extranjeras del mundo del derecho de autor, gracias a cuya inmensa ayuda China ha podido progresar en ese campo.

Hoy, el desarrollo político, económico, cultural y social de China se lleva de forma coordinada, y su economía, en particular, registra un crecimiento sólido y sostenido. Sin embargo, pese a ese impresionante desarrollo, hay problemas sin resolver, como la escasez de recursos, la contaminación del medio ambiente, la estructura económica irracional y la carencia de planes de desarrollo, que, de persistir, trabarán considerablemente el crecimiento económico. Ante ese nuevo panorama, que acontece en pleno siglo XXI, el gobierno chino ha puesto en marcha un plan estratégico para “impulsar la aplicación del método científico al desarrollo nacional y construir un país volcado en la innovación”. La protección de la P.I. es la fuerza motriz que impulsa la consecución de esas metas. El sistema de P.I., y muy particularmente, el derecho de autor, juega una función cada vez más importante para fomentar la innovación, transformar el modelo de desarrollo económico y estimular la principal competitividad del país.

Prevemos que el sistema de derecho de autor vigente en China seguirá avanzando y que se privilegiará aún más el tema de la protección. Proseguirán también la apertura del país y los compromisos de amplia colaboración internacional en la materia. El gobierno chino mantendrá y fortalecerá la fructífera colaboración y los intercambios con la OMPI y participará decididamente en las deliberaciones de los foros internacionales de derecho de autor y en la labor encaminada a concebir nuevas normas internacionales en la materia. De esa forma, China continuará promoviendo el sistema de protección del derecho de autor y sus beneficios para el desarrollo coordinado de la economía, la cultura y la ciencia de todo el planeta, y para el avance de la civilización y el progreso de la humanidad.

El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.