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El uso legítimo de contenidos digitales de forma clara y simple

Noviembre de 2009

Por Lesley Ellen Harris

¿Sigue su organización recibiendo diariamente montones de periódicos y revistas especializadas para la dirección y el personal? Probablemente, no. Internet es ahora el método preferido para enviar y distribuir este tipo de contenidos. Sin embargo, el uso legítimo de contenidos digitales plantea varias cuestiones a bibliotecarios y administradores de recursos, a las que Lesley Ellen Harris, abogada, escritora y docente especializada en derechos de autor y concesión de licencias, responde en este artículo. La Sra. Harris publica The Copyright & New Media Law Newsletter y mantiene una bitácora con respuestas a cuestiones sobre el derecho de autor. Ha publicado un libro, Licensing Digital Content: A Practical Guide for Librarians, cuya segunda edición está disponible en ALA Editions.

Suponga que la organización en la que trabaja acaba de firmar un acuerdo de licencia para acceder a una base electrónica de datos o a una publicación periódica. Como bibliotecario o administrador de recursos, sabe que firmar una licencia no es lo mismo que comprar los ejemplares en papel del mismo contenido para su acceso en las estanterías. El uso de los contenidos está sujeto a determinadas condiciones establecidas en el acuerdo de licencia. Ahora bien, ¿cuáles son sus obligaciones respecto de informar a los demás, es decir, a los usuarios finales de la base de datos o de la publicación periódica, sobre esas condiciones de uso?

¿Acaso ahora tiene que convertirse en “policía del derecho de autor”, encargado de vigilar cada búsqueda, cada acceso, cada descarga o cada impresión de la base de datos o de la publicación periódica? ¿Debe instruir a los usuarios sobre las condiciones de uso e informarles de que son responsables de asegurarse de que utilizan legítimamente cualquier contenido utilizado bajo la licencia? De hecho, ¿tiene alguna obligación en absoluto? La primera fuente a la que puede acudir para encontrar respuestas es la propia licencia.

Lea la licencia

Es importante buscar las cláusulas de la licencia donde se establecen las obligaciones del licenciatario. Por ejemplo, puede haber una cláusula en la que se declare que los empleados, clientes, el público y otros usuarios autorizados deben ser notificados de las condiciones de uso de la licencia. En tal caso, ¿cómo hacerlo? ¿Debe exigirse a los usuarios que lean una copia de la licencia antes de acceder a la base de datos? Probablemente, resulte más útil elaborar un resumen de las condiciones, redactado en un lenguaje directo, que incluya, quizá, ejemplos concretos de qué es lo que se permite de conformidad con la licencia.

En el resumen deberá figurar el nombre de una persona de contacto o una dirección de correo electrónico para resolver dudas posteriores. Puede preverse que llegarán muchas preguntas sobre la licencia, por ejemplo:

  • ¿Puedo enviar por correo electrónico a un cliente una copia en formato PDF de un artículo?
  • ¿Puedo publicar una imagen de la base de datos sujeta a licencia de uso en la intranet o en el sitio Web de nuestra biblioteca (u organización)?
  • ¿Puedo imprimir una copia de un artículo al que he accedido?
  • ¿Puedo reenviar una copia de un artículo a otro bibliotecario de nuestra biblioteca o a un compañero de trabajo destinado actualmente en otro país?

En el caso de que alguna de las respuestas a estas preguntas sea negativa, inevitablemente la pregunta siguiente será: ¿por qué no? O, en algunos casos, obtendremos la respuesta de “pero con la versión impresa sí que podía “. Por ejemplo, ¿por qué no puedo reenviar todos los artículos de una publicación periódica en concreto a todos los bibliotecarios de nuestra biblioteca; no es acaso lo mismo que poner en circulación la publicación periódica impresa?


Foto: iStockphotos

Iniciativas educativas

Cualquiera que sea el enfoque que se adopte, velar por el uso legítimo de contenidos electrónicos sujetos a licencia no resulta fácil y debe abordarse a diferentes niveles. La primera medida puede ser enseñar a los usuarios los fundamentos de la legislación sobre derecho de autor y explicarles que un acuerdo de licencia autoriza a utilizar los contenidos, pero no otorga su titularidad. El siguiente paso puede consistir en debatir cómo funcionan los permisos y cómo los acuerdos de licencia establecen condiciones de uso específicas.

Las bibliotecas u organizaciones que disponen de varias bases de datos y publicaciones periódicas sujetas a licencias de uso pueden plantearse la celebración regular de seminarios educativos en el lugar de trabajo sobre la utilización de contenidos sujetos a licencia de uso, cómo se cumple un contrato y cuáles son las condiciones que suelen encontrarse en los acuerdos de licencia digitales. Los participantes en los seminarios normalmente suelen obtener un conocimiento exhaustivo de los aspectos legales del uso de contenidos electrónicos, así como de algunas de las limitaciones específicas con arreglo a determinadas licencias en particular. Para quienes no son capaces de impartir este tipo de seminarios, hay muchas organizaciones y asociaciones profesionales que ofrecen cursos a través de Internet, cuestión, por cierto, muy habitual en los congresos de bibliotecarios.

Advertir que la obra está protegida

Otra forma de instruir a los usuarios sobre el uso legítimo de contenidos sujetos a licencia es incluir información sobre los derechos de autor en cada artículo de una publicación o de una base de datos (por ejemplo, el nombre y dirección de correo electrónico del titular del contenido). El titular del contenido puede que haya optado ya por incluir esa información en cada artículo, de manera que aparezca automáticamente.

Siempre que se facilite el acceso a contenidos sujetos a licencia de uso, deben ponerse explícitamente en conocimiento de los clientes, investigadores y otros usuarios finales la legislación de derecho de autor y los acuerdos de concesión de licencias. Por ejemplo, deberá advertirse que las obras están amparadas por derechos de autor colocando carteles a tal efecto cerca de los terminales informáticos desde los que pueda accederse a las bases de datos o a las publicaciones periódicas. En el caso de acceso remoto, deberá aparecer una mención de que los derechos sobre la obra han sido reservados antes de conceder al usuario el acceso a los contenidos. La redacción de este aviso puede consensuarse con el titular del contenido.

La biblioteca también deberá poner a disposición de los usuarios información fácilmente accesible sobre la legislación de derecho de autor y los acuerdos de licencia a través de su propio sitio Web, intranet, en forma de listado de enlaces con otros sitios Web, o en una de las estanterías de la biblioteca. La utilización de algún tipo de sistema de gestión digital de derechos también puede contribuir a asegurar un uso adecuado de contenidos sujetos a licencia, incluida la utilización de sitios protegidos mediante palabras clave y encriptación. Algunos encuentran que este método resulta muy adecuado, en tanto que otros consideran que la gestión digital de derechos resulta gravosa, en el sentido de que puede dificultar el acceso a contenidos sujetos a licencia de uso.

Disponer de un punto de enlace también puede ser útil. Cuando la licencia no sea clara, o cuando la actividad en cuestión no se trate específicamente en la licencia, el usuario final debe tener a alguien con quien ponerse en contacto, como un bibliotecario o una persona con experiencia en la negociación e interpretación de acuerdos de licencia, que pueda ofrecer una respuesta rápida y práctica. Por lo general, no es necesario recurrir a una opinión jurídica especializada, y consultar a un jurista cada una de las cuestiones puede requerir mucho tiempo y dinero. Bien vale la pena convertir a un bibliotecario o a cualquier otra persona capacitada en bibliotecario especializado en derechos de autor a tiempo parcial o a tiempo completo que pueda tratar los problemas de derechos de autor y de uso de la licencia para el centro de recursos o la organización.

Aumentar el número de usuarios legítimos

Asegurar que los contenidos sujetos a licencia de uso se utilizan legítimamente es una labor que tiene muchos aspectos. Conlleva entender la licencia, explicar claramente las condiciones de uso y obtener el apoyo de la gerencia superior, tanto en cuanto al presupuesto como en lo que se refiere a tiempo, para formar a los usuarios finales. La formación es fundamental para infundir una mayor confianza entre los usuarios finales al utilizar contenidos sujetos a licencia de uso y quizás incluso para incrementar su uso, contribuyendo, por consiguiente, a aumentar el uso legítimo general de contenidos sujetos a licencia de uso.

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